Más tarde nos enteraremos que todo lo que parece no era tal. Siendo familia todo lo que se muestra podría haber tenido sentido, sin embargo, son un grupo de amigos. Y resulta que no celebrarían nada, muy por el contrario, se reunían a vivir juntos, nada más y nada menos que el fin del mundo. Pero... ¿te reúnes a pasar tu última noche con un grupo de personas con NULA complicidad? Esto es algo completamente incoherente.

El resto tampoco es creíble, el humor negro constante no funciona, presenciamos una serie de "momentos incómodos" entre los personajes que no se entiende que aportan al guión, escenas para que el amplio reparto se muestre pero donde ninguno funciona, con la única excepción del joven Roman Griffin Davis, el único que cae bien dentro de un grupo que genera un gancho realmente mínimo (por culpa del guión).

La película gasta demasiado tiempo en jugar a ser comedia ácida para de pronto y de golpe realizar un giro (en su recta final) hacia el drama, mostrándonos hacia donde realmente quería ir (todo lo anterior entonces, ¿para qué?), con un escenario apocalíptico donde todos han aceptado su fin a excepción de un pequeño niño, que representa a ese dedo capaz de cuestionar lo que las autoridades han señalado. La idea no es mala pero se ha perdido demasiado tiempo en ese inicio de comedia negra e incómoda, dejándonos una película fallida, que dedica demasiado tiempo a asuntos que no van al caso en lugar de internarse en el dilema/crítica que pretendía plantear.

¿Lo mejor? Que en la recta final genera un buen suspenso.
¿Lo peor? El inicio lamentable, los primeros treinta minutos.

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