La vida que te espera

Desarrollada en el cántabro valle del Pas, es la historia del enfrentamiento entre dos vecinos (Diego y Bugallo) por una hermosa vaca lechera. Este simbólico y aparentemente trivial asunto desata una tragedia que derivará también en una peligrosa historia de amor entre la hija mayor de uno de ellos y el hijo del otro.
Un drama rural de ciertos rasgos antropológicos nada novedoso y que resulta incluso hasta algo forzado, algo muy negativo tratándose de una historia de tan claro contenido naturalista y sencillo. Los actores salvan medianamente el asunto y Gutiérrez Aragón vuelve a demostrar que es un cineasta con muy poco que decir, a pesar de que inexplicablemente sigue siendo resucitado y redimido por la crítica una y otra vez (el señor Marinero a la cabeza).

La película, está bien, con escenas absurdas eso sí, ahora, las interpretaciones que se hacen de la misma no dejan de sorprenderme.

Resulta que el padre es un padre superpadre y supersacrificado, y qué desagradecidas que son sus hijas, cuánto se sacrifica este incomprendido padre por ellas.

Vamos a ver, este sujeto es un completo indeseable, estaba empeñado y bien empeñado en que sus hijas no pudieran estudiar, bien se demuestra en cómo trató de hacer suspender en los exámenes a la pequeña impidiéndole acudir.

Este padre tiene tanta lumbrera que pensaba enviar sola a su hija pequeña a la casa de un hombre con maneras de loco (menos mal que al final fue la hija mayor), padrazo padrazo, después de todo el mal que ha hecho sacrificarse asumiendo la culpabilidad del crímen es su único modo de absolución moral.

Padrazo que no duda en amenazar con un cuchillo a su hija por tener sexualidad, cuestión de honor, antes se mataba a las mujeres por ello y hay que entender al buen hombre.

Veo críticas al físico de la protagonista. El novio, Ray, no es físicamente perfecto, no veo por qué ella va a tener que serlo, ni él ni ella me parecen feos.

La escena en que las hijas bailan con el padre es lo más absurdo de la película, por dios, parecía que intentaran que el padre las agrediera sexualmente para poder denunciarle. Pero bueno, había que ofrecer carne a un público masculino que pierde fácilmente la objetividad. Si la peli pretendía un relato realista y costumbrista, esa escena rompe absolutamente todo.

No creo que puede calificarse a una actriz de niña prodigio por el hecho de ser mona. Me pregunto si con los actores masculinos "monos" se pierde la objetividad con la misma facilidad.

En fin, la peli se rompe absolutamente en algunos momentos, pero como catalizador para hacer salir el hombre de las cavernas de los televidentes masculinos del mundo civilizado que se quedaron placenteramente encandilados en una escena en que una adolescente provocaba sexualmente a su padre, está requetebien.

‘’La vida que te espera’’ tenia todos los ingredientes para convertirse en una película redonda. Por un lado, tenemos un magnifico elenco de actores y actrices que se meten en la piel de los personajes desde el minuto uno (destacando a actores y actrices como Juan Diego, Celso Bugallo, el siempre talentoso Luis Tosar, Marta Etura y una jovencísima Clara Lago que ya daba muestras solidas de su valía en el terreno de la interpretación). Por otro lado, el director Manuel Gutiérrez Aragón nos presentaba una historia que es un drama rural de los grandes con leves intervenciones humorísticas que suavizan un poco la pesada carga que trae consigo la historia. Esa historia de vecinos que se odian y se matan en contraposición con vecinos que se desean y deciden amarse a pesar de las rencillas familiares, daba mucho juego y bien desarrollada podría habernos ofrecido una grandísima película. Además, esa sublime y bellísima fotografía de Gozalo F. Berridi que nos mostraba la belleza natural del Valle del Pas nos regalaba grandes instantáneas que permitían al espectador sumergirse en el encanto natural de la región cántabra y fundirse en sus verdes prados.


Dicho todo esto, habrá quien se pregunte el porqué de mi baja nota (un suspenso por los pelos). Pues bien, el guion de Ángeles González-Sinde y Manuel Gutiérrez Aragón desarrolla a la perfección la primera parte de la historia a la que no se le puede reprochar nada. La trama arranca con algunas escenas devastadoras que sirven para situarnos en el contexto donde se desarrolla la historia y en la forma de vida de los pasiegos (hombres y mujeres que habitan pequeñas aldeas, haciéndose cargo de su ganadería y luchando contra los devastadores efectos de la soledad y el aislamiento de esas tierras que parecen alejarlos por completo de los avances del mundo moderno). El conflicto inicial es desvelado en esa parte de la trama, al enfrentarse dos vecinos y ser asesinado uno de ellos en la disputa. La trama sigue avanzando con buena sintonía cuando el hijo del fallecido (un atractivo Luis Tosar) se desplaza para asistir al entierro de su padre y acaba quedándose un tiempo en aquellos alejados parajes. Val (la hija del ‘’supuesto’’ asesino) y el entablan una extraña relación que comienza como una forma de averiguar lo que sabe el otro acerca del terrible suceso y acaba por convertirse en una historia de amor y pasión desenfrenada. Tengo que destacar que las escenas de sexo entre Etura y Tosar me han parecido muy tiernas y realistas, actúan tan bien que aportan gran verosimilitud al desarrollo de la trama. La aparición de Genia (la hija menor de Gildo y hermana de Val) es un claro ejemplo de cómo los más jóvenes quieren abandonar ese mundo antiguo de tradiciones y costumbres impuestas por los padres y abrirse camino en el mundo moderno.


El problema, viene con la segunda parte de la historia (especialmente con su desenlace tan abrupto e inverosímil). Manuel Gutiérrez Aragón quiere hacerse el interesante y cree que ofreciéndonos un brusco giro de la trama en su parte final podrá conseguirlo. Sin embargo, pasa todo lo contrario. De un momento a otro dejas de entender las motivaciones y las acciones de los personajes (que tan bien desarrollados estaban hasta ese mismo momento). Los malos malísimos de pronto se vuelven santos beatos y los demás personajes realizan acciones sin ningún sentido o lógica. Sin esos 15 últimos minutos, la puntuación de esta cinta y mi valoración final serían otras. No entiendo ese desenlace tan absurdo y creo que a Gutiérrez Aragón le ha pasado un poco como a la joven del ‘’cuento de la lechera’’. Durante prácticamente todo el recorrido de la cinta no ha dejado de pensar ni en un solo momento la cantidad de caminos a los que podría conducir su historia para dejar huella en la memoria colectiva y es justamente ese último intento de impresionar al espectador lo que ha provocado que la trama descarrile sin remedio, haciendo que todo lo bueno y especial que se había conseguido se desparrame por el suelo.


Una verdadera pena, la historia prometía pero el desenlace es de chiste. Lo explico mejor en la zona de spoiler.


Posdata: Esos que opinan en sus criticas que en esta película Clara Lago estaba muy sensual se lo deberían mirar. En esta cinta tenía solo 13 años y la atracción por niños o adolescentes tiene un nombre (pederastia). Basta ya de sexualizar a los niños y niñas de la industria cinematográfica.

¿Por qué las películas españolas son tan cutres?. Los pasiegos no son como los describen en la película, además hay muchos fallos, por ejemplo en el vestuario ¿por qué Val se acuesta con gersey y hace el desayuno a la mañana siguiente en maga corta?, no me lo explico. Me da vegüenza ajena que pongan a los actores con esa vestimenta tan sucia como en el caso del padre que da la impresión que no se lava jamás. Por favor, ya está bien de hacer este cine tan miserable.

Lo único que salva a dicha peli es la bonitísima fotografía del Valle del Pas en Cantabria del que tengo muy buenos recuerdos.

No me explico como González Sinde y Gutiérrez Aragón juntos pueden haber perpetrado una película que para mí se acerca un tanto al bodrio. Y lamento decirlo, porque respeto mucho a ambos, y "La Mitad del Cielo", de Aragón, es una de mis películas preferidas de siempre. Pero el mejor escribano echa un borrón. La historia en principio tiene pegada, hay una muy lograda ambientación rural, buenos actores y actrices, pero los personajes tienen comportamientos inconsecuentes, y no porque se quiera presentar personajes incoherentes en sí, sino por incoherencia o descuido del guion. Una frase de Luis Tosar, "soy peluquero, pero no soy tonto", resume tanta incongruencia y dejadez. Hay alargamientos y decaimientos del ritmo que desmayan el interés. La película pretende gran intensidad emocional (tragedia griega, han dicho algunos), pero en mi caso lo que ha provocado es hastío. Me cuesta mucho dejar una película a medias, aunque me aburra o me harte, de hecho nunca lo hago, pero ésta es de las que me pasé toda la última parte pensando "señor, aparta de mí este cáliz". En fin.