Bel Ami: El seductor

Aceptable (por los pelos...) película que se deja ver por tres motivos:
Lo interesante (y miserable) de la historia.
La cuidada ambientación histórica: vestidos, edificios, carruajes, menaje...
Las fabulosas actrices del reparto, aunque no están en su mejor papel ninguna de ellas. Hay una que sobresale por su energía y su solvencia frente a las cámaras: Kristin Scott, la mejor de toda la película.

Le falta un poco de brío a la buena historia de como un joven "bueno para nada" intenta medrar en la Francia del S.XIX.
Pattinson no ayuda a este fin, la verdad. Y eso que está, aquí, más creíble que en otras actuaciones.
Le falta expresividad y agresividad en la mirada. Aunque nos intenten convencer de que es el "guaperas" oficial...a mí no me convence.

Para pasar el rato con una película ligeramente superior a lo mediocre.

Buena película en base al drama de su avaricioso personaje, Geoge Duroy, adecuadamente ambientada, aunque presume de baches en su recorrido. Es como si fuera una montaña rusa, con sus subidas y bajadas que puede arrancarte algún bostezo. Y la culpa de ello no la tiene, ni mucho menos, Robert Pattinson (Agua para Elefantes, 2011), al que no considero que defraude al espectador en este film, sino los ínsipidos matices que adornan la historia sus debutantes directores, que deberían de haber arriesgado más para contarnos la historia de Duroy, que aquí se le ve algo plano y predecible, aunque poco se puede hacer con un guión lineal y sin pulir. En cuanto al reparto femenino, todas correctas: Uma Thurman (Pulp Fiction, 1994) como la calculadora y fría Madelaine Forestier; Kristin Scott Thomas (El paciente inglés, 1996) como la incrédula y rígida Virginie Rousset; y Christina Ricci (La familia Addams, 1991) como la risueña y educada Clotilde de Marelle (Ricci, la más destacable del film).

Si te gustan los dramas de época, es tu película, aunque no la esperes con grandes expectativas...

5,5.

Eso es esta película, que no llega a hundirse porque los mimbres son espectaculares. Hablamos de Guy de Maupassant. No obstante, en "Bel Ami" son diversos los defectos que se acumulan, empezando por el más elemental de todos: falta pasta.

Mucha pasta. París casi no se ve. Un par o tres escenas de refilón y ale. En consonancia, los decorados interiores tampoco destacan. Francamente, si vas a hacer una película de ricos siendo pobre, mejor no la hagas.

Otro problema es la ausencia de talento en una dirección bicéfala -mal empezamos- que no saca jugo a nada, pues despacha semejante argumento en hora y media. La historia pedía fuego lento, pues el ascenso del advenedizo, así mostrado, parece de chiste. Se le ve venir desde San Petersburgo.

Y no sólo a él, ya que todo se vislumbra desde el principio. No hay sorpresa ni siquiera tiempo físico para que el espectador, ya no digo disfrute, sino asimile los acontecimientos. Otro cantar son los celos entre matrimonios de conveniencia, ya lo que me faltaba.

Tercer problema. Es demasiado anglosajona, o lo que es lo mismo, puritana. Una Francia bajo la lupa británica no tiene sentido. Esta es una historia de seducción prácticamente estéril en ese sentido.

Cuarto y quinto problema. Uma Thurman no encaja, es demasiado americana y su rostro, terriblemente contemporáneo. Y Kristin Scott Thomas no merecía tamaño desplante. Parece una secundaria cualquiera, por Dios.

Por lo demás, todo bien. Los mimbres son impresionantes, ya lo he dicho. Robert Pattinson me gusta, su actuación es magnífica y da el perfil. No comprendo tanto desprecio. Christina Ricci, más de lo mismo. Quién me lo iba a decir. Y salvo un final en el que ya había desconectado, la cinta es interesante de ver, aunque le veas las costuras en repetidas ocasiones.

Me ha gustado bastante este film, me parece que la ambientación es buenísima y la historia es bastante buena, tiene un buen desarrollo e incluso llega a sorprender mucho en el tramo final. Sin embargo, he de decir que tiene un error garrafal: el cásting de mujeres es maravilloso, completamente metidas en su papel, pero Robert Pattinson no cuela como seductor empedernido, ya que es la sosería en persona. Durante el metraje, no me podía dejar de preguntar que hubiera hecho un actor de la talla de Ryan Gosling (no dejaba de pasárseme por la cabeza de que sería un buen papel para él, le quedaría como un guante) con esta historia.
Así pues, "Bel Ami" es una buena película, bastante disfrutable, pero Robert Pattinson no cuela en el papel, aunque legiones de jovencitas estén loquitas por él, es demasiado soso para encarnar a un joven que vuelve locas a mujeres de la talla de Uma Thurman o Christina Ricci.

Mi nota: 6.8

No es un caso excepcional y por desgracia seguirá pasando. Partiendo un clásico de la literatura, en este caso francesa, la complejidad y extensión del libro hace que se convierta en una novela ciertamente inadaptable, a no ser que se disponga de total libertad en metraje, o que se opte por una visión alejada del academismo (como la versión de Cumbres Borrascosas de Andrea Arnold).

Pero en Bel Ami no ha pasado eso, por desgracia. Debo admitir que no he leído la novela original, pero los errores de la adaptación se reconocen, después de tantos casos similares, con facilidad. Aquí hay elipsis sin justificar, en las que perdemos mucha información y detalles de muchos personajes. Hay saltos entre secuencias que no justifican cambios en los estados de ánimo de sus personajes ni en sus decisiones. Hay un final precipitado y lecturas esenciales de la trama que finalmente parecen algo casi anecdótico.

Y no deja de sorprenderme, porque Declan Donnellan y Nick Ormerod, han realizado con su compañía teatral (Cheek by Jowl) alguno de los montajes sobre grandes clásicos más arriesgados y rompedores que he visto. Con su primera película van por el camino contrario, y se quedan en una zona de seguridad, entretenida, pero nunca trascendente.

Como buenos directores de teatro que son, sus actores están fantásticos; una pena que los personajes que encarnan se tengan que ceñir a un guión que ha constreñido sus vidas y dejado la evolución de las mismas sin un desarrollo plausible. Pese a todo, es en las escenas más sencillas en las que sus tres fantásticas actrices y su protagonista realmente se lucen.

El protagonista, del que tantas cosas malas se han dicho, no merece esa manía que se le tiene. Dentro de unos años hablarán de él como hablan ahora de Brad Pitt o de Leonardo DiCaprio. Su trabajo como el Bel Ami del título clava curiosamente su vertiente arribista, egoísta y hasta casi grotesca en su perpetuo estado febril, pero descuida tal vez el poder seductor que su personaje exige. En cualquier caso, un guión bien estructurado hubiera hecho que esto no sucediera, lo que es una pena, debido al innegable interés de su historia.