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Bésame, tonto

Comedia Un famoso cantante, conocido por su reputación de conquistador empedernido (Dean Martin), llega con su lujoso coche a un tranquilo pueblecito llamado Clímax. Allí viven dos amigos: un fracasado profesor de piano, casado con una bella mujer, y el encargado de la gasolinera. Cuando reconocen al cantante, conciben la esperanza de que pueda ofrecerles una oportunidad para entrar en el mundo de la música. (FILMAFFINITY)
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Críticas 37
Críticas ordenadas por utilidad
17 de enero de 2009
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que una película sea de Billy Wilder no otorga patente de corso. Que sea de Wilder no significa que estemos ante una obra maestra. La diferencia entre Wilder y muchísimos otros directores hay que buscarla en un conjunto magnífico y superior de trabajos cinematográficos y no en el pleno al quince, por utilizar términos quinielísticos.

Dicho esto y mencionando una vez que Wilder es uno de los genios de mi lámpara cinéfila, hay que añadir que Bésame, tonto es una entretenida película con muchos elementos que identifican a su director, pero un par de escalones por debajo de dos comedias superiores como fueron El apartamento y Con faldas y a lo loco. Incluso, si me apuran, en el escalón inmediatamente superior, se apelotonan 1,2,3, ¿Que ocurrió entre mi padre y tu madre?, En bandeja de plata y Primera plana.

Resulta curioso que en casi todas las citadas intervenga Jack Lemmon y en cambio no lo haga en Bésame, tonto, pero yo no buscaría por ese lado la razón del descenso en cuanto a calidad se refiere. Ray Walston no lo hace mal. No. Ese no es el problema. La causa de este ligerísimo fracaso hay que buscarla en un guión donde, a diferencia de sus grandes comedias, se cae mucho más en elementos demasiado socorridos (por ejemplo las bromitas en las duchas) y abundan menos los originales gags a los que estamos demasiado acostumbrados.

Todo ello sin contar la polémica que originó la película en los estamentos más puritanos de la sociedad USA y en los grupos ultradefensores de la moralidad. La cosa no estaba para frivolidades y mucho menos para intercambios de parejas. De ahí que la tijera hiciese su agosto e incluso, resulta sorprendente que la escena de la roulotte fuese eliminada en la exhibición americana y no en la europea.

Dean Martin no convence ni como autorretrato de si mismo, todo lo contrario de Kim Novak que derrocha belleza y calidad en una "desbordante" interpretación. Buena aparición de Felicia Farr.

Estoy de acuerdo en que amar el cine y ser algo así como fan de Billy Wilder viene a ser lo mismo, pero ello no nos debe llevar a confusión. Wilder, como todos, tiene obras maestras, muy buenas, buenas y regulares, (malas, probablemente no) y Bésame tonto está entre las buenas. No es poco.
FATHER CAPRIO
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28 de febrero de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empiezo a ver esta película y me parece una tontería. Pero sigo pegada a la tele y consigue que me interese por la historia, los personajes y la manera de contarlo.

Parece una comedia musical, una comedia de enredo. Pero es, simplemente, una comedia llena de ácida crítica a la sociedad que plasma. Aquí los amigos se traicionan, los esposos se engañan, la prostituta se toma su trabajo en serio -y, como no lo hace, no cobra-, el ídolo musical es un sinvergüenza que no duda en robar canciones, ... y la televisión sólo la mira el loro. No se escapa ni el clero, con su recogida de firmas "pro-moralizantes".

Es curioso cómo el mejor personaje es ése al que todos quieren echar pero del que todos se sirven, porque, "el bombazo" es la chica que recomienda el barman, como dice ella misma. Sin embargo, gracias a una verdadera obra de caridad -la esposa primero firma para que cierren el prostíbulo y, a la noche, se convierte en una chica del local y, con sus ganancias, la buena de Kim Novak puede, por fin dejar ese "trabajo temporal"-; Ahí es donde mejor se ve la doble moral de los personajes.

De antología son los jerseys del profesor de música -cada uno con el busto de un compositor clásico (rebajando a los grandes al nivel de los cantantes de moda, iconos efímeros de la actualidad).

También me parece estupenda la simbiosis que se da entre las dos mujeres pues, ambas, se encuentran como en su casa cuando cambian los papeles. Las dos dicen: "¡Qué casa más bonita y más acogedora tienes!", como si fueran dos caras de la misma moneda: se intercambian las camas, los vestidos, los hombres... y el sueldo.

Otras de Wilder me han gustado mucho más; pero ésta, vale la pena.
luguca
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15 de diciembre de 2009
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que, a estas alturas, ya nadie duda de la enorme capacidad que tuvo, Billy Wilder, para realizar grandes comedias. Pulcro, equilibrado, aleccionador y profundamente divertido, su cine ha echado hondas raíces y permanece en el gusto de cientos de cinéfilos como una de las experiencias más gratas que podamos tener una y otra vez. Porque, lo bueno de Wilder, es que su cine se disfruta hoy, dentro de un año, dentro de diez o dentro de cien años. Es perenne como las aguas del mar, porque ha sido engendrado con todo el vigor del arte por excelencia.

Subestimada por algunos, y muy apreciada por otros, entre los que me incluyo, <<BÉSAME, TONTO>>, es una comedia que se sostiene gracias a unos fabulosos personajes llenos de contradicciones y tambaleantes, hasta entonces, en buena parte de sus decisiones... pero, un día la luz entra en la casa, con rostro de cantante seductor y de prostituta ejerciendo su oficio. Nada común, pero bastante corriente en el delicioso juego de la vida.

El dueño de casa (un hilarante, Ray Walston), es un profesor de piano, casado con una agraciada dama llamada, Zelda (interpretada con encanto por Felicia Farr, por aquel entonces esposa de, Jack Lemmon), a quien, cada día, atormenta con sus ridículos celos que ya bordean la paranoia. Orville, no admite con su esposa la menor insinuación de hombre alguno, y como ella es atractiva, ocasiones no le faltan a este atorado esposo para que haga un bello ridículo ante nuestros ojos.. y éste es el primer gran atractivo de la película.

El guion que escribieran, el propio Wilder y I.A.L. Diamond, basados en la obra, "L'Ora de la Fantasia" (1944) de Anna Bonacci (llevada primero al cine por, Mario Camerini, con el título, "Moglie per una Notte", en 1952), encuentra deliciosas situaciones para ilustrar los celos con gracia singular… mientras el marido sufre y los involucrados se espantan. Entre tanto, Zelda se comporta como una madura mujer que ve con indiferencia y con estoica paciencia, las desentonadas de su especial marido.

Una sensual y provocativa, Kim Novak, entrará en escena para convertirse en el personaje más aleccionador de la historia, cuando acepta hacerse pasar por la esposa del profesor de piano, para prestarse a los coqueteos del presuntuoso cantante, Dino (el nombre de pila de, Dean Martin, era, Dino Crocetti)). Con su personaje de Polly, la Novak hará renacer sentimientos ya perdidos en la apreciación que, de las féminas, tenía el beethoveniano maestro, y nos llevará a comprender que, el valor de una persona será para nosotros, el que, nosotros, decidamos darle.

Divertida, encantadora, sensitiva y llena de calidez, <<BÉSAME, TONTO>>, resulta muy atractiva como obra cinematográfica y bien le vendría a los señores machistas que tanto pesan (por pesados), en nuestra sociedad.
Luis Guillermo Cardona
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16 de diciembre de 2011
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parezco un novato, llevo un montón de años viendo cine y aun dejo que me sorprenda Wilder, nada menos que Wilder, y con una película que ya había visto hace años. ¡Increíble! Entonces me pareció una estupenda cinta, pero para ser del maestro nada del otro mundo. La he vuelto a visionar, y encima con un espíritu crítico y no he podido, me ha vencido con todas las de la ley. Y por si fuera poco me he quedado colgado de Kim Novak, como si ahora fuera yo un chaval de quince años, me ha transportado a la adolescencia, casi a la niñez, solo puedo pensar en ella, soñar con ella, vivir para ella, en ella hace 47 años ¡Que mujer! ¡Que curvas! Y esa cara tan perfecta, no atisbo en ella un solo defecto. Creo que hasta he perdido el apetito y eso en mí es muy difícil. ¿Será el amor?
La mires por donde la mires, la película es extraordinaria, cínica, irónica, corrosiva, un torrente de inventiva, de imaginación, un guión redondo, con un punto surrealista, con algún gag inolvidable, romántico, altruista, generoso y ruin, tierno y malévolo, en definitiva lleno de contrastes. Una dirección con un ritmo de vértigo, música, fotografía, todo excelente. Y los intérpretes, a parte de la diosa Novak, y aunque por momentos los demás queden un tanto eclipsados, siguen luciendo a un magnifico nivel.
Dean Martin parodiándose así mismo, en un papel hecho a su medida, está de perlas, como no podría ser de otra forma. Felicia Farr genial y enormemente atractiva, hay algunos momentos en los que casi iguala a la diosa. Cliff Osmond en el liante y manipulador mecánico, de lujo. Mención especial merece Ray Walston, dicen que el papel era para Peter Sellers, dejando aparte el motivo (parece ser que problemas serios de salud para Sellers) me alegro mucho que al final se lo llevara el, ya que esta simplemente inconmensurable, como obsesivo celoso o como tierno protector, muy difícilmente se puede uno imaginar a alguien mejor para ese papel. El gag del camarero que no se ríe con los chistes y que no entiende nada me parece sintomático de lo que representa la película, un maravilloso disparate y despropósito que entretiene, emociona y divierte con absoluta naturalidad.
picais
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24 de julio de 2018
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo también adoro a Billy Wilder. Sin embargo, estoy de acuerdo con casi todos los usuarios que me preceden en las críticas. Ésta, no está a la altura de muchas de sus otras grandes comedias. Y resulta difícil explicarlo, pero lo intentaré.
La película empieza magníficamente. Puro Wilder. Nos presentan a un tipo ( Ray Watson ), felizmente casado con una preciosa mujer, ( Felicia Farr ), que se gana la vida dando clases de piano a mediocres alumnos, aunque compone canciones que sueña con vender algún día, a alguna compañía discográfica. Le acompaña en este sueño, un humilde mecánico vecino, aspirante a cantante.
Ray es feliz, pero tiene un pequeño " problemilla". Es un celoso patológico. Afortunadamente su mujer, sabe manejarle e impedir que esos celos, compliquen su matrimonio.
Un buen día, el famoso cantante Dino, ( Dean Martin ), aparece en el pequeño pueblo donde viven nuestros personajes, y para en la pequeña gasolinera que regenta nuestro mecánico para repostar.
Ésta es la oportunidad que esperaban nuestros dos hombres. Si consiguen que Dino oiga sus canciones, quizá las compre y así, saltarán a la fama. ( spoiler ).
Nada que decir respecto a la presentación de personajes y de la trama. Es impecable y el maestro ya hace gala de su cinismo y su acidez para prometernos un enredo en el que no va a dejar títere con cabeza, para luego, ir poco a poco deslizándose hacia la amargura.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Izeta
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