Donde viven los monstruos

Rara vez suelo pensar como nuestro gran crítico frustrado Boyero, pero esta vez pienso como él, esta película me aburre y bastante, la verdad que no me interesa para nada su huída ni los personajes que lo rodean, todo es aburrido y aunque parece que hay momentos que va a profundizar en la historia, todo vuelve más tarde a la misma rutina.

No sé a quién está dirigida esta película si a los niños o a los adultos, hay películas de niños con un fondo totalmente adulto como es La historia Interminable o muchísimas películas de Pixar, sin embargo con esta película me pierdo por completo, no sé qué pretende y me aburro mucho.

La única cosa positiva es la interpretación del niño, nada mal para su edad.

Maurice Sendak escribió un cuento para niños muy pequeños, de líneas muy simples, pero que le daba al narrador la posibilidad de enriquecerlo de mil maneras, creo que ahí radica su magia. Y en las bellas ilustraciones que lo acompañan, por supuesto.

Spike Jonze ha dirigido una película para niños grandes, ha adaptado un cuento para adultos, con hermosa fotografía y emotiva banda sonora, que logran enmarcar con sentimiento la historia del pequeño Max.

Pero vayamos por partes. Toda la película gira en torno a Max y sus emociones, sus vivencias y sus miedos. La estructura del film también es simple: una primera parte nos muestra la vida de Max, y la otra, el mundo interior del pequeño.

Max es un niño, de carne y hueso, ríe, llora, se enrabieta, miente y se asusta como un niño de verdad. Es auténtico, por eso te atrapa.
La banda sonora logra envolverte y trasladarte a su mundo interior. Allí donde deberían sonar violines, se oyen ecos de voces infantiles.
La fotografía es, sí, preciosa. Y los muñecos son magníficos.

El joven actor Max Records está sencillamente genial, porque no actúa "como si", simplemente actúa, es decir, reacciona.

Es verdad que no es una película para todos. Es como una pequeña artesanía, increíble, bella dentro de su rareza y sus imperfeccciones. Hecha por Jonze para nosotros, con detalles únicos.
Es una película para dejarse llevar, y disfrutar.

Que por la historia que cuenta podrías verla sentado sobre una alfombra, con las piernas cruzadas... O, por sus muñecos, como si estuvieras en una función de títeres... O, por su fotografía, como si estuvieras ante tu álbum de cromos (o figuritas) con imágenes de la peli que te llevaron a ver tus padres.
Es para verla con sensibilidad, con inteligencia, pero sobre todo con capacidad de asombro.

Perfecta.
Simplemente p-e-r-f-e-c-t-a.
Me ha cautivado totalmente, me ha metido de lleno en la historia.
Me ha ilusionado, me ha emocionado, me ha entristecido, me ha hecho sonreír, ha conseguido que los ojos se me empañen de lágrimas...
Es una AUTÉNTICA MARAVILLA de película.
Acabo de terminar de verla y sencillamente no la puedo describir con palabras. Es una película de sensaciones, de sentimientos, te entra por los ojos, se te extiende por todos los sentidos, y te llega al corazón. Cada imagen, cada fotograma... Y una música de lujo que acaba por bordar la película.
Hay que verla. Es necesario.
Es una película extraña, curiosa. Es genial.
De esas que sé que voy a querer volver a ver de nuevo. Y no sólo una vez más.
Es un auténtico disfrute.
Te deja un sello en el corazón de melancolía, nostalgia, alegría y esperanza.
Es pura inocencia mezclada con la madurez.
Y no sé qué más puedo decir de ella.
Hay que verla, de verdad.

Maravillosa.

Cuando haces una peli infantil tienes que saber a quién dirigirte, si a niños, si a adultos o si a ambos. Esta cinta no sabe a quién se dirige porque los niños no la entienden y los adultos se aburren. Los modernos de turno dirán que es una reflexión sobre la infancia y la amistad, yo solo veo a un niño malcriado jugando y peleandose con muñecos que parecen sacados de Fraggel Rock, hay que reconocer que visualmente és muy atractiva, eso no cabe duda, pero si una peli aburre ya puede ser lo atractiva que quiera. Encima nos "regalan" una banda sonora llena de música para emos o sea que vamos listos. Aunque la verdad que de un freak cómo Spike Jonze no se podía esperar otra cosa.

Film a caballo entre el cine para niños y el que no lo es. Está a caballo porque hila demasiado el mensaje e introduce un vocabulario que lo diferencia de los clásicos infantiles, pero sin embargo la intención es tan simple como el mostrar el cariño que pueden generar las experiencias positivas.
Para los adultos queda un documento endeble, no por su significado sino por la justificación de éste. Uno no se cree lo que ve, y eso pasa factura. Hay una relación demasiado banal entre los personajes como para que los sentimientos queden tan a flor de piel (a menos que los “monstruos” tengan identidades muy infantiles, cosa que parece clara).

En resumen resulta aburrida para quienes esperan algo con más calado social. Incluso se vislumbra una crítica ecológica que queda rápidamente disuelta por las intenciones del niño y su clan de seres imaginarios.
Y, por cierto, a mi tampoco me gusta la sobreactuación del infante Max Records.

Dicho todo esto hay un punto positivo en el film y uno muy positivo. El primero es la música, que aunque previsible no por ello deja de ser oportuna y apropiada. Buena combinación con las imágenes.
Y no son sino estas el segundo punto. La fotografía está muy por encima de lo necesario para una película dedicada a los niños (que no la van a apreciar en su esplendor). Fantástica iluminación, planos complejos y todo un sinfín de desenfocados enriquecen visualmente el desarrollo.

Si no fuera por esto último, sería una muy decepcionante adaptación de un cuento corto que no merece una hora y media. Gracias a esto queda solo en un film aburrido y ñoño, pero agradable a la vista.