Mamá está loca

Nerviosita, así estaba porque sabía que la película era una tontuna para pasar el rato, pero joder, esperaba que tuviera alguna gracieta por lo menos.

Ridícula, y que conste que parto de la base de que Uma me cae muy bien.

Hoy he cogido el autobús para volver a Madrid y he sido una de las primeras en subir. No había mucho jaleo ya que es lunes y día laborable. Pues bien, desde mi cercana posición me he percatado de que todavía existe educación. Buenas tardes, Hola o Feliz año nuevo no faltaba como saludo al conductor. ¿Te molesta que eche mi asiento hacia atrás? No, en absoluto. Si ves que te molesta, dime algo. He oído y participado de conversaciones así. Por supuesto que los factores influyen. Cuando hay prisas, agobios de gente, si nos esperan obligaciones... nos volvemos algo más irascibles. Siempre te puedes encontrar a algún mameluco al que te gustaría regalarle una colleja sin reparar ni siquiera en su edad. Sin embargo, son un porcentaje menor.

La mamá en apuros sólo se cruza con gente a punto del desquicio. Eso no es normal. Está todo exagerado y ella encima, cree dar una gran respuesta que les pegue un corte y no lo consigue, vaya que no. Yo le habría chillado más por mema. La irascibilidad palpable en la sociedad no es tan fácil de encontrar como le resulta a Uma.

Además pretende mostrarnos una labor exagerada que casi no le da ni tiempo de escribir un blog de internet. Oh, pobrecita. Y jo, qué de situaciones tan estresantes: tiene que preparar una fiesta de cumpleaños (¿¿??) uhhh, cuidado que tiene que inflar globos. Y nadie se cree que sea una persona sin tiempo siquiera de mirarse el ojete. Por dios, esa piel que luce es de cuidado especial. Sí, va despeinada y viste de forma descuidada, pero le reluce el cutis que no veas. Eso lleva tiempo. Uma no nos engañas.

Los problemas y alegrías cotidianas de una pareja y sus dos hijos pequeños han dado mucho de sí en el cine; seguro que todos podríamos citar un montón de comedias memorables que desarrollan este tema. Desde ahora os digo que ésta no es una de ellas; pero tampoco se merece las bajísimas puntuaciones que de momento va recibiendo: ¡¡¡3,1!!! Quizás los espectadores españoles esperaban ver otra película...

La protagonista de ésta (Uma Thurman, que coquetamente pretende disimular su belleza) está igual de estresada que la Sarah-Jessica, pero tiene niños y perro en lugar de amigas y amantes. Con ello se pierde glamour, pero -al menos en principio- se podría ganar interés humano. Por desgracia, no es así; tres cuartas partes de la película se gastan en una sátira (sin gracia, al menos para nosotros) de los progrepijos habitantes del Greenwich Village neoyorkino.

En su parte final el film remonta un poco y afronta la verdadera historia que debería haber contado desde el principio. Pero ya es un poco tarde; la película se ha echado a perder.

En resumen, si vas a verla es posible que te aburras un poquito, pero solamente un poquito.

Para fans de Jodie Foster: hay un cameo de ella as herself.

Sí. Lo reconozco. Para mí se trata de un film de ciencia ficción por una razón bastante sencilla. No me creí ninguna de las situaciones presuntamente cómicas que vi en la pantalla, porque todas eran muy forzadas y muy absurdas. Vayamos por pasos:
- Esta mujer se agobia mucho porque no le da tiempo a preparar la fiesta de cumpleaños de su hija y de hacer todas las tareas que tiene un ama de casa, pero, vamos a ver... a lo mejor no ha pensado que dejarlo todo para el último momento no es la mejor solución, quizá debía de haber sido un poco más previsora, digo yo.
- Trae un tejemaneje con el aparcamiento del coche que no es normal. Si no pilla aparcamiento en la puerta de su casa pilla un berrinche que para qué. Pues hija, eso tiene una solución muy fácil. No cojas el coche. Si luego vas a pagar al que está aparcado para que se vaya... coge directamente un taxi.
- Si una está muy agobiada, no se le ocurre irse do compras con la mejor amiga para perder casi toda la mañana.
- Las situaciones son dantescas de puro incomprensibles: Vamos a ver... a mí no se me ocurre ponerme a contarle a los de la cola del supermercado las cosas de mi vida privada, ni a la encargada de la pastelería el por qué le he puesto ese nombre a mi hija, ni a un señor que está aparcado en mi puerta los apartamentos que tengo y cómo los conseguí, ni a un hombre que hay en la calle los motivos por los que no vivo en las afueras y no se me ocurre tampoco subir a un mensajero a mi casa y ponerme a bailar rock and roll con un tipo al que no he visto en mi puñetera vida.
- Esta señora, que tiene un blog en internet, tampoco es que sea muy de fiar porque si eres amiga de ella y le cuentas un secretillo, no tarda ni una hora en escribirlo en publicarlo en su dominio. Y le extraña que se lo tomen a mal.
- La amiga también tiene mandanga. Se extraña de que no ligue mucho en los bares estando embarazada de tres meses. Incomprensible.
En definitiva, un montón de situaciones que son incomprensibles (incluso inquietantes), que quieren ser graciosas, pero no resisten ni un mínimo análisis y que hace que pensemos que o bien esta mujer no está bien de la azotea o ha tenido la mala suerte de encontrarse con todos los zumbados de Nueva York en una sola mañana.
Por eso creo que es de ciencia-ficción. Son situaciones y diáĺogos que, de tanto querer denunciar la situación de la mujer en la actualidad, caen en la exageración más ramplona.Tengo en mi casa a dos hijos preciosos y a una mujer que trabaja fuera de mi localidad. Hemos sufrido muchos agobios durante muchos días, pero no nos hemos visto reflejados en el film.
Esta señora tiene un trabajo que puede realizar desde casa (escribir en su blog), un marido con un horario flexible que ayuda en casa, el colegio de su hija está en la puerta de su casa (la ve en el patio desde su balcón)... en definitiva, creo que ha exagerado un poco. Y todo por no preparar el cumpleaños con un poco de tiempo.
Para mí, es una ofensa para las mujeres que trabajan fuera y tienen que hacer verdaderos malabarismos junto con sus parejas para que todo medianamente funcione. Con esas, toda mi admiración. Este personaje no les ha hecho justicia, la verdad. Y menos con la interpretación de la casi siempre gran Uma Thurman pero aquí lastrada por ese afán de querer hacer gracia a base de gag físicos y mohínes.

Un día en la vida de una madre neoyorquina, casada y con dos hijos (una niña y un bebe), en el que Katherine Dieckmann (dirección y guión) nos muestra a través del seguimiento a esa madre, los miedos, anhelos, frustraciones, y finalmente orgullo de esa mujer más cerca de los 40 que de los 30, urbanita con blog, y entorno neurótico inherente a la vorágine de una gran ciudad.

Narrado de forma amable, con leves toques de comedia y atmósfera muy neoyorquina, resulta algo así como una temporada de sitcom televisiva, a lo "Loco por ti", con suaves toques "Seinfeld", y hasta si me apuran algo de "Sexo en Nueva York" de barrio, comprimida en hora y media, dejándose ver más que nada por ser la madre en cuestión una guapísima en su madurez Uma Thurman (hasta se marca un bailecito y todo, que es de largo lo más divertido – por lo mitómano - de la función) y poco mas (bueno, también sale en un pequeño cameo Jodie Foster haciendo de sí misma).

Eso es todo, por mucho que sientas reflejadas situaciones que te sean familiares, no pasa de ser una suave y amable comedia con reiterantes guiños a las mamas urbanas, que supongo es el público que mas disfrutara con la función.

Una triste verdad es que ninguna o pocas películas han mostrado la realidad de lo que es ser una madre contemporánea. Quizás el escaso interés por mostrar este tipo de historias se debe precisamente a que las madres siguen siendo un grupo demográfico excluido y sus labores las continúan desarrollando de manera anónima y sin recibir una justa remuneración. La cinta independiente “Una mamá en apuros”, de la directora Katherine Dieckmann, tiene el mérito de ser la única película reciente que se ha atrevido a desmitificar la idea de la maternidad y cuyo personaje principal – Eliza, una madre algo geek, al borde de un ataque de nervios – analiza los altibajos de su vida en torno al matrimonio, los niños y los sueños postergados.

“Una mamá en apuros” narra un día en la vida de Eliza, pero no es cualquier día, es un día caótico en el que convergen una serie de acontecimientos, siendo el principal de ellos la celebración del sexto cumpleaños de Clara, su adorable hija. Como toda una Sra. Dalloway neoyorquina de la era posterior al 9/11, Eliza, deberá superar muchos obstáculos urbanos a fin de armonizar sus roles de mujer, esposa, madre y escritora con deseos de triunfar.

Uma Thurman en el papel principal, luce exactamente como una mamá desaliñada del Greenwich Village y la forma en que asume las irrefrenables urgencias de su personaje es maravillosa. En los papeles secundarios, Anthony Edwards es excelente como el marido bonachón y distraído, mientras Minnie Driver es vivaz e inteligente en el rol de la mejor amiga.

Aprecio el hecho de que Katherine Dieckmann se haya acercado al tema de la maternidad de una manera sencilla y a la vez muy personal y sincera. La principal dificultad de “Una mamá en apuros” es el tono (que a veces es muy irregular) pero en general la historia cuenta con muchos momentos veraces y el guión con suficientes líneas sabias. El momento climático, para mí, es la bella escena en la que Eliza explica a su esposo cómo ella siente que esas tareas tan concretas y específicas que hacen las madres – llenar tazas de café, doblar ropa, etc. – “como que se llevan la pasión”… y pienso que eso es lo más maravilloso de esta pequeña película, que no se trata de una mujer quejándose sino de una persona que desesperadamente busca recuperar la pasión por vivir.