Haz click aquí para copiar la URL

Soñar, soñar

Comedia. Drama Mario, -El Rulo-, es un trotamundos que viaja por el interior del país ofreciendo números artísticos. Acierta a pasar un día por el pueblo donde vive Carlos, un empleado municipal que sueña con ser artista. Nace entre los dos una amistad, y Carlos abandona todo para seguir a Mario. Juntos intentarán hacerse famosos en Buenos Aires. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
1 de julio de 2011
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que crece conforme pasa el tiempo y los personajes apresan la memoria. Hasta la fecha, los personajes descritos por Favio estaban carentes de cierta humanidad (irónicamente su personaje más humano pudiera ser el diablo interpretado por Alfredo Alcón en "Nazareno Cruz y el lobo"), otorgando el peso del trabajo a aspectos más técnicos. Por primera vez, Favio escribe personajes llenos de pasión, con todas las vicisitudes que convierten al género humano en una contradicción constante. En palabras del propio director:

“Es un film donde trato con personajes ingenuos, de una gran pureza, pero que vuelan permanentemente. No tocan nunca la tierra, están siempre en el aire”.

Como en su primera etapa más auto-bibliográfica, Favio tira de recuerdos: de su deseo por ser artista (como Charlie), de su llegada a Buenos Aires desde Mendoza, y toda la ingenuidad de aquellos años. Esas ansias de comerse el mundo, unido a esa ingenuidad que da la lozana vida, quedan recogidos cuando Charlie (Carlos Monzón) ansioso por mostrar sus pinitos artísticos le cuenta a Mario, el Rulo (Gian Franco Pagliaro) que él salió en el periódico por ser pateado por un caballo. ¡Y con foto!

Siempre encontraremos en los trabajos de Leonardo Favio, el toque surrealista y/o alegórico que sin dar sensación de parche, añade capas a la construcción de los personajes. Así ocurre cuando Charlie pide permiso a su madre (finada) para “ser artista” en la tumba de ésta mientras ella toma mate. Veremos como a posteriori, un daguerrotipo de la susodicha acompañará al hijo en sus viajes.

Técnicamente nos encontramos ante un filme que siempre evita el plano-contraplano, luciendo un gran trabajo en la composición de la escena; y un uso magistral de dos travellings que al contrario de los usados en "Juan Moreira" tienen siempre una función específica. El primero para el avance de la historia, usado como nexo de un flashback de Mario:

- Fue mi mejor momento -dice el Rulo mientras observamos a este como ventrílocuo y a un enano (Carmen*) haciendo de marioneta.

Durante el final de la película, cuando el enano y Mario comparten mesa en una cafetería, Favio describe de manera sublime el poder de fascinación que Carmen ejerce sobre Mario. La escena acaba con la que para mí es la mejor frase de toda la película cuando Mario le dice al enano:

- “Dios quiera que crezcas, así te morís de hambre.”

Con esa frase se describe completamente a Mario. Mario envidia al enano en tanto que siendo enano, es ya artista. Puede ganar dinero gracias a su estatura. Mario en cambio, debe pasarlas putas para poder comer.

(Abróchense los cinturones porque esto continúa).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chagolate con churros
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de noviembre de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Rulo -el cantante Gian Franco Pagliaro- es un nómade artista que recorre los pueblos llevando pequeños números de ilusionismo, canto y notas de humor. Quiere triunfar en la metróplis y da -incidentalmente- con Charly, un modesto ordenanza que trabaja en un municipio y que, como él, quiere lograr el éxito en el rubro del arte. Así, concibe la posibilidad de asociarlo a sus números. Pero sucede que Charly -Carlos Monzón- es algo tardo, tiene unas luces limitadas y alguna fragilidad en la memoria que conspiran contra sus posibilidades. Recuerda ésto en alguna medida a "E arrivato Zampanó", pero con una pareja puramente masculina, un duetto en el que uno lleva la voz cantante y organiza la carrera y el otro lo secunda. La película muestra el gusto invariable de Favio por el arte popular, la aparición de escenas circenses y de artistas algo kitsch pero simpáticos...en conjunto es una película que fluye amablemente, con algunos encuadres con perspectiva interesante que es una de los fuertes del Director y que se puede ver. 7,2.
elneon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de octubre de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Soñar, soñar" es la tercera y última película de su segunda trilogía, y, estrenada poco después del golpe de estado de marzo de 1976, que acabó con la democracia de los años 1973-1976, fue un fracaso en cuanto al público. Favio, rodando una comedia contemporánea, se arriesgaba aún más que en sus dos anteriores largometrajes, "Juan Moreira" y "Nazareno Cruz y el lobo", y quizá eso explica el hecho de que "Soñar, soñar", desprovista de mitos y de épica, desconcertara y fracasara comercialmente.

Sin embargo, para mí es la mejor de las tres. "Soñar, soñar" es una historia de picaresca y de fracaso, en la línea de "Cowboy de medianoche" (Midnight Cowboy, 1969), de John Schlesinger. Y, como este título norteamericano, una historia de amistad entre dos hombres muy diferentes, o quizá no tanto.

Carlos Monzón y Gianfranco Pagliaro están muy bien en sus respectivos papeles, un ordenanza de ayuntamiento (municipalidad en Argentina) más bien miedoso y no muy espabilado, y un artista nómada que actúa, canta y presenta, respectivamente. Y los planos en los que estos dos actores con tanto talento -Monzón además era boxeador, y Pagliaro, cantante- aparecen con el cabello lleno de rulos, no tienen precio.

A destacar, por último, el larguísimo "travelling" en el que Favio nos describe una feria de Buenos Aires, su miseria y su grandeza.
Pedro Triguero_Lizana
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de junio de 2016
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si, eso es lo que significa esta película del gran Leonardo Favio para mi. Una historia que lo tiene todo: un muy buen guion, soberbias actuaciones, entretiene siempre, buena banda sonora, y nos deja un mensaje al final. Es triste, bizarramente cómica por momentos, interesante por donde se la mire. Me hace acordar a Cowboy de Medianoche, esa fascinante película de 1969 que trataba de 2 "perdedores", esa horrible visión prejuiciosa que se tiene de personas a las que la vida no les fue fácil pero se las define con ese desafortunado término, sin analizar el corazón de dichas personas. En esta obra argentina es similar al de aquella americana, se trata de dos individuos que se quieren mucho, se cuidan el uno al otro. Y eso es lo importante. Que son dos buenas personas. Y ese amor que se tienen. Simplemente magistral film.
Juan
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow