Yo soy la ley

Estos tipos tan duros, tan arrogantes y siempre tan convencidos de lo que tienen que hacer y de cómo tienen que hacerlo, es el caldo de cultivo en el que se desarrolla con facilidad un género de western que ha gozado generalmente del agrado popular.

Si, además, la película está bien dirigida y bien interpretada, si los actores son creíbles e incluso humanos (a pesar de su dureza), si el argumento presenta verosimilitud y coherencia, si la banda sonora presta su concurso con soltura y si el ritmo es adecuado en todo momento, sólo cabe señalar que el resultado final raya a gran altura.

No se trata de una película más.
Estamos ante una película de las buenas.

Un western hecho a la medida de Burt Lancaster. donde la excesiva violencia reina de principio a fin, pero con un pulso narrativo pausado y atrayente desde el principio del film.
Destacaría la interpretación de Burt Lancaster seguido de un buen reparto de actores, donde Lee J. Cobb y Robert Ryan destacan positivamente haciendo creíble esta producción un poco tardía en la carrera de estos tres actores. También resalto la fotografía, el buen uso de los encuadres, muchos de ellos con el manejo del Zoom, con buenos movimientos de cámara que nos sumergen en la historia haciendo más atrayente nuestra atención.
La película se sigue con atención, aunque se prevee el final facilmente.
Un buen western donde solo el nombre de sus protagonistas nos invita a presenciarlo.


José Antonio ZG

Muy buen elenco que respalda esta producción. Un western con realismo de guión; sin exageraciones en la acción, sin shows mediáticos, sin exacerbados manejos de las armas, sin revólveres con 30 cartuchos, sin caballos que nunca caen en una balacera. En contrapartida tiene ritmo, tiene emoción y suspenso, tiene amor y sexo, muestra a hombres con valor y a hombres cobardes, a oportunistas e interesados, a obsecuentes sin remedio, y a algunos arrepentidos temerosos y, finalmente enseña hasta momentos en que la justicia parece no tener más remedio que ser tomada por manos propias para quitarle la existencia a individuos que han subsistido detrás de sus miserias humanas, aliviando así su interminable sendero de decrepitud. Un apartado especial merece el final de la historia que, de manera excelente y sorpresivamente escapa a lo clásico y tradicional. Para quien guste del género no resultará desilusionado.

Muy buen western, bien elaborado y mejor interpretado. Cuenta con una buena ambientación, magníficas escenas dramáticas, tiroteos violentos y duros y un final impactante, duro y soberbio que desmetifica y mucho la labor de la ley que imperaba por aquellos años.
Cinta a reivindicar de un director infravalorado (cuando menos en este film) y que cuenta en su haber con una historia a priori sencilla pero con soberbios actores, buena banda sonora y todo lo que hace falta para hacer un western de los buenos.
Altamente recomendable.

Otro western crepuscular, aunque de mejor calidad que "La venganza de Ulzana", en el que Burt Lancaster vuelve a ofrecer un papel sombrío y muy violento, alejado de otras producciones.
Aunque en algunos momentos pueda parecer tediosa o algo típica, la película está muy bien resuelta con logradas escenas de acción, y alguna que otra escena muy violenta, (la muerte del viejo granjero por parte de los matones), a la vez que apoyada en un gran reparto de viejas glorias cinematográficas en el ocaso de sus carreras, (Robert Ryan, Lee J. Cobb, Joseph Wiseman, John McGiver), y otras más nuevas dispuestas a despuntar, (Robert Duvall, Albert Salmi, Richard Jordan) que dan a la película cierto vigor y la salvan de un pobre guión.
Como curiosidad, añadir que el director Michael Winner, fue uno de los directores, (concretamente el primero), que dirigió al inefable Charles Bronson en esa no menos inefable saga de películas que son "Yo soy la justicia" y posteriores.