Narciso y Goldmundo

Con una factura técnica y fotografía impecables, sorprende esta producción alemana que adapta el bestseller homónimo de 1930 del premio Nobel de literatura Hermann Hesse. Una historia singular de amistad que ocurre en el monasterio de Mariabronn en la Alemania medieval.

Narciso es un monje, inteligente y amante de las ciencias. Muy consagrado espiritualmente a la vida religiosa. Está designado como asistente de griego en la escuela del monasterio donde vive. Un día aparece Goldmundo, un joven todo lo contrario a él, posee un espíritu sensible y libre, sabe desenvolverse en la vida y amar a las mujeres. Sus dos vidas continuamente permanecerán separadas pero unidas por una fuerte amistad.

Dirige con bastante maestría el austriaco Stefan Ruzowitzky que empezó en el cine con títulos como "Anatomia" y que posteriormente alcanzó el reconocimiento de la crítica internacional con "Los Falsificadores" película que gano el Óscar en 2008. Aquí consigue plasmar muy bien la miserable vida en la edad media azotada por la peste.

Los dos actores protagonistas lo dan todo en sus interpretaciones Sabin Tambrea y Jannis Niewöhner  el primero conformista y contemplativo, mientas que el segundo aparece como un libertino entusiasta que busca desesperadamente emociones en la vida. Hay que sumarle un montón de actores bastante conocidos del cine alemán que se les ve en papeles pequeños.

Un film muy interesante que no ha tenido estreno en cines, pero puede disfrutarse en plataformas.
Destino Arrakis.com

Hace años leía a Herman Hesse, pero no recuerdo entre sus obras este inesperado relato, ahora llevado al cine... La película me hizo recordar a EL NOMBRE DE LA ROSA de Umberto Eco. Trasciende en ella aquel espíritu del medievo, como tal vez lo imaginamos, aunque la realidad, quizá nos hubiera desconcertado por lo poco que tenía que ver con estas historias, en cierto modo... oníricas.

A medida que avanza va incorporando nuevas realidades de sus protagonistas, a través de aventuras medievales; entroncando con la picaresca, y aunque roza varios géneros, permanece fiel a su esencia.

Muy bien interpretada, con una ambientación exquisita para recrear aquellas peculiares abadías, donde el temor llega de lo que te supera. Entretenimiento liviano aunque en ningún momento despreciable.

Habría que dividirla en dos partes, ambas muy diferenciadas. La primera, tal vez la más interesante, presenta a los personajes y lo hace de la mejor manera: Un convento de la Edad Media donde ambos crecen y se forjan, incluso sabiendo que no seguirán caminos paralelos.

Lo que si resulta plasmado con acierto, es la amistad de sus protagonistas. Un guion que prometía importante argumento y a medida que avanza no responde a las expectativas creadas. Aunque la propuesta era estimable, algunas partes no han sido bien aprovechadas a lo largo de su último tercio.

Se rescata la amistad, y ese sentimiento leal, en ocasiones confuso, muy bien trasladado por Stefan Ruzowitzky, su director.

Uno tiene la sensación de haber leido a quien debía cuando aún no debía. Sartre, Camús, Platón, Kafka..., etc, etc, pasaron por mis ojos y mi cerebro antes de haber cumplido los 20 y por supuesto Herman Hesse (1877-1962) ese poeta, novelista y pintor germano-suizo, premio Nobel en el 46 que hablaba del espíritu, de la busqueda de uno mismo y la verdad y aunque abogaba por un cristianismo de dar más que de predicar, la ifluencia de las religiones orientales está muy presente en su obra. Todos los caminos conducen a Dios.

Y de todo eso va "Narciso y Goldmundo" novela que Hesse publicó en 1930 y que es adaptada por primera vez de la mano del austriaco Ruzowitzky que no ha vuelto a levantar cabeza desde que consiguió el Oscar en 2007 con "Los falsificadores". El Amor con mayúsculas no exento del deseo carnal insatisfecho permanece inalterable a lo largo de los años entre dos amigos que optan por senderos diferentes a la hora de buscar su propia verdad en una edad media donde Dios y el Diablo cabalgan juntos. Colorista, bien intencionada, con ritmo desigual, al final las peripecias del bello Goldmundo plagadas de tópicos en la busqueda de su madre acaban por conseguir que empatizemos con él y que como decía el propio Hesse la felicidad es un "cómo" y no un "qué".

cineziete.wordpress.com

Hesse tenía otra idea en esta novela. Un ejemplo más de un espíritu hondo y a la vez ecléctico. En esa novela Hesse contrapone y complementa el mundo del espíritu y el de la sensibilidad. Y lo hace a través de la amistad entre los dos, Narciso y Golmundo.
La película apunta a algo de esto, pero no profundiza y lo que deja caer en todo momento es que Narciso está enamorado de Golmundo pero no se atreve a dar el paso. Eso no es la novela.
En la película, como en la novela, a Golmundo le ocurre de todo, pero se deja ver mejor en la novela. En la película es una especie de batiburrillo.
Una precisión: se ha dicho aquí que la película transcurre en plena Edad Media. No tan plena. La peste negra, que en la novela y en la película aparece con todo su horror es de la mitad del siglo XIV.