La masacre de toolbox

Basada en hechos reales. Serie B tirando a Z y con un desarrollo un tanto irregular pero no se trata en absoluto de un Slasher. Tiene asesinatos al principio pero luego se convierte en un psicothriller bastante decente. Cuando descubrimos la motivación del asesino la película se vuelve un tanto inquietante. No es una maravilla pero es bastante interesante de ver, sobre todo para aficionados al género.

Me ha sorprendido este singular film de bajísimo presupuesto, pero muy decentemente elaborado. El film posee una ambientación muy pero que muy buena, sombría, tenebrosa, que desde luego consigue inquietar. Ciertamente a pesar de lo que parece a priori, no es un slasher en sí, aunque hay un asesino enmascarado y muertes con bastante gore. Es más un thriller que recopila la carnaza en los 20 minutos iniciales para después centrarse en las andanzas de los personajes. Es un film que se centra mucho en la psicología de sus integrantes, y la verdad el desarrollo hace que la película enganche. Incluso se presentan momentos dramáticos que le añaden seriedad y que la convierte en una película de esta temática ciertamente atípica. La verdad es que la considero una película recomendable, a pesar de su baja calidad, posee méritos en el argumento que la convierte en un pequeño clásico, diferente insisto a pesar de lo que a priori parece ser un mero slasher de dudosa calidad. Sin lugar a dudas es infinitamente mejor que el bodrio que es el remake hecho por Tobe Hooper en 2003, que poca relación tiene con este...

Un hombre llega, mata a los presentes y se va por donde ha venido. Esa es la máxima y el procedimiento más habitual del asesino psicópata, muchos no esperaríamos nada más...
pero algunas veces nos podemos llevar una sorpresa por el camino. Y esta película lo demuestra.

Después de varios títulos que lograron hacer más o menos dinero en los cines de barrio y en los videoclubs, esa ramificación del terror basada en el impacto realista que se pudiera crear a base de vísceras, sangre a borbotones y cuerpos sin vida (preferiblemente de mujeres jóvenes y guapas) repartidos por el espacio llamado "slasher" ya se había asentado como género de pleno derecho gracias al impulso de "La Matanza de Texas" y al perfeccionamiento al que lo llevara Carpenter en "La Noche de Halloween". Entre medias, un sinfín de producciones intentaban explotar el filón con muy pocos medios de aquel "nuevo" cine.
Así lo haría Tony DiDio, quien, impresionado por la gran recepción que obtuvo la rompedora obra de Tobe Hooper (y más cuando a finales de década se organizaban reestrenos de la misma en algunos cines), maquinó realizar su propio "slasher" encargándole el proyecto a varios guionistas (tres, nada menos) y situando tras la cámara, Dios sabe por qué, a un realizador cómodamente afincado en el universo televisivo llamado Dennis Donnelly, que había metido sus dedos en algunas de las series más conocidas de la época (como "Vega$", "Los Ángeles de Charlie", "Dallas" o "Hawai 5.0").

Quizá el nexo más visible entre la obra de Hooper y "The Toolbox Murders" (llamada convenientemente aunque no de forma muy acertada para su distribución en España "El Asesino de la Caja de Herramientas") sea que la segunda también predica que los acontecimientos mostrados son una dramatización de sucesos auténticos, cuando en realidad se trata de una mera artimaña con fines propagandísticos. Pero el principio del film apunta claramente a su condición más básica de "slasher", con la brusca presentación del asesino dando muerte a toda chica guapa que desfila por la pantalla.
Entre tinieblas vemos cómo las mujeres caen una tras otra mientras la técnica de Donnelly, rudimentaria a más no poder, intenta evocar los "giallos" de Sergio Martino, Joe D'Amato y Mario Bava y la estilizada filmación de éste, Dario Argento y Brian DePalma. Da lo que promete: sangre, interesantes herramientas de muerte, retorcido humor negro y erotismo del más grueso, a veces incluso yendo un poco más allá (impagable la escena de Dee Ann en la bañera). Sin embargo esta carnicería, que no se aparta del morbo por lo horrible, es excesiva, y el espectador llega a preguntarse a la media hora si no va a haber algo más salvo chicas preciosas amontonándose y la policía dando vueltas por el escenario del crimen sin hacer nada.

No obstante, y para nuestra sorpresa, la película parece sufrir una vuelta de tuerca con el secuestro de Laurie (reflejo nada carismático de la protagonista de "La Noche de Halloween", ¡con la que, cosa curiosa, comparte el nombre!), aunque tengamos que soportar a esa insulsa pareja (el hermano de ésta y su amigo) dándoselas de sagaces investigadores, a ver si resuelven el misterio de los crímenes. Las tornas cambian, los códigos se tuercen, hemos tenido que esperar mucho tiempo pero puede que merezca la pena.
Los guionistas deciden echar el "slasher" de manual pringado de sutil "gore" a un lado e introducirnos en los pliegues de un "thriller" conducido no por el horror físico sino por el psicológico y cuya atmósfera se va enrareciendo y volviendo más enfermiza a cada paso que da el metraje y a cada confesión que ofrece el asesino, descubierto ante nosotros y la chica en el ecuador de la trama (¿demasiado temprano o demasiado tarde?). Desprecio de la sexualidad, malsana obsesión religiosa, misoginia justificada, traumas del pasado que destapan los trazos de un amor incestuoso nunca revelado y, como colofón, forzada inversión de roles en un desquiciado intento de recuperar lo perdido, una vida que se fue.

Laurie ya no es Laurie nunca más, sino Kathy a ojos del asesino transmutado, por obra y gracia del guión, en un padre atormentado (especie de versión radical y homicida de la obsesiva madre de "Carrie", lo que acerca la historia a terrenos más "depalmanianos") por la prematura partida de su amada hija. La sensación que puede sentir el espectador al igual que la pobre chica, por la crudeza y extrañeza que imprime el director al ambiente, es de puro agobio; a estas alturas, a la película sólo le queda descender a sus inframundos y proseguir con la estela de locura ya mostrada, que trascenderá todos los límites en su tramo final.
Poco se puede decir en términos técnicos salvo el dominio de la angustiante atmósfera a partir del segundo y mejor acto (clara demostración de que es sabido que impacta más el horror psicológico que el simplemente sangriento), y aún menos se puede añadir al valor interpretativo, no alcanzado por nadie en especial (es menester subrayar las horribles actuaciones de Nicholas Beauvy, Tim Donnelly o Marciee Drake) salvo por ese inquietante Cameron Mitchell, quien aporta mucha más complejidad y oscuridad a un personaje que podría haber caído rápidamente en el manido estereotipo.

Prohibida en varios países, machacada en su momento y alabada por el mismísimo Stephen King, "The Toolbox Murders", único largometraje conocido de Dennis Donnelly, es ahora una magnífica rareza de culto para los amantes del género, que de haber gozado de un presupuesto mayor, mejores actores y una más estudiada y menos cutre primera parte habría logrado más reconocimiento.
26 años después la ironía quiso que Hooper realizase una nueva versión, diametralmente distinta de la original. Visto que DiDio se inspiró en "La Matanza de Texas" y más tarde su director haría un "remake" de su película todo parecía convertirse en un círculo vicioso perfectamente planificado por el cosmos. Estas cosas pasan en el mundo del cine.

El título es un reclamo tan fuerte que es difícil escapar de ella y no verla si se te pone delante, pese a que la perspectiva no es buena dada su valoración. He recibido lo que esperaba, ojalá me hubiera equivocado pero no, la película que en el título ya aclara cómo es el asesino, alguien que usa una caja de herramientas, es mala, y cutre. Poco se puede destacar porque además no hay ninguna intención de hacer humor, como en otras películas casposas en esta línea. Es cutre porque intenta ser seria y el nivel es el que es, de serie B para abajo, muy para abajo.

Aunque parezca una contradicción añadiré que de tanto en tanto sienta bien ver este tipo de cine, aunque sea mala de verdad tirando a horrible, conviene saber que se hacían cosas así para valorar mejor lo siguiente que te caiga en las manos. Respecto al caso concreto de "El asesino de la caja de herramientas" es lógico opinar que la mayoría de escenas están rodadas una única vez, y a positivar como diría el legendario Ed Wood. Se puede decir que no busca la perfección formal y los detalles no están pulidos, más bien son brochazos gruesos sin pudor alguno, y si ponemos unas tías en bolas para sumarle el interés de los espectadores más salidos pues no pasa nada, y si ponemos en la portada a una mujer semidesnuda pues mejor. ¿El guión?; pues un asesino que se pone las botas en media hora, luego aparece un policía que no parece que haga muy bien su trabajo y un intento más bien fallido de crear una atmósfera maligna entre psicópatas y tarados. Y herramientas, sí, una remachadora, un martillo, destornilladores, esas cosas...

No es nada especial, aunque en un principio la premisa parecia apuntar a que lo sería... Tiene un par de escenas de muerte muy llamativas, pero su guión y actuaciones son un poco desastrosas...

Aunque me encanta ese alocado monologo final de Cameran Mitchell, que parece estar canalizando un Nicolas Cage que aun no existía.

A pesar de todo, es una de estas que se puede disfrutar mucho de forma irónica.