El malísimo Cyrus Kriticos ha construido una casa que, en realidad, es una prisión de fantasmas… a los espíritus los ha ido capturando con ayuda de un vidente llamado Dennis Rafkin (Matthew Lillard), quien sufre ataques epilépticos cuando está cerca de “energías espirituales desplazadas” o “agentes psicoquinéticos”. Aunque Rafkin usa esas expresiones rimbombantes, se refiere a lo que cualquier otro llamaría “fantasmas”.

Pero no… eso no es bastante inverosímil, así que se le da otra vuelta de tuerca al guión: lo cierto es que la casa es una máquina para abrir las compuertas del ‘Ojo del Infierno’, para poder controlar a vivos y muertos. Por cierto, los fantasmas están bajo control de unos hechizos redactados en latín, sobre las paredes de la vivienda… solo que las paredes no son paredes: son cristales. ¡Ah! Y para poder ver a los fantasmas, te tienes que poder unas gafas como las que lucía el baloncestista Kareem Abdul-Jabbar. Por cierto, que los fantasmas forman parte de un ‘zodiaco negro’… ¿Qué eso no existe? Da igual, eso es irrelevante…

Y que no se me olvide mencionar a Kalina Oretzia (Embeth Davidtz), una activista muy poco convencional… esta señora asegura que trabaja “en la recuperación de espíritus, liberando almas atrapadas”. Por favor, ¡no explotéis las almas de los muertos! Según dice ella misma, “no son animales: son personas”. Ahí queda eso.

Ver este film/montón de estiércol es descorazonador: la sucesión de despropósitos en la trama, el sonrojante guión, el casposo maquillaje de los fantasmas, el penoso estilo videoclipero del director (Steve Beck) y las paupérrimas actuaciones de todos los intérpretes (sin excepción) te hacen sentirte estafado. ¿Qué clase de tomadura de pelo es ésta?

Lo peor de todo es que ’13 fantasmas’ recaudó (sólo en 5 fines de semana, y en las salas de cine de Estados Unidos) casi el doble de lo que costó. Conclusión: al público se le da basura de ínfima calidad y éste (mayoritariamente) lo paladea entre aplausos. En cualquier caso, no me quejo: me conformo con no formar parte de ese grupo de individuos. Antes me corto las venas o me vuelo la cabeza con una escopeta recortada que me uno a ellos.

En resumen: ’13 fantasmas’ es una película para adolescentes (o para adultos con mentalidad 'teen') que se dejen impresionar explosiones, efectos especiales hechos con ordenador, imágenes llamativas y sonidos estridentes... si te importa un güevo el sentido que tenga la historia, la actuación de los actores, los diálogos... ésta puede ser una buena opción para ti.

PD: Un apunte curioso (y significativo)… el director de este engendro (Steve Beck) NO ha tenido lo que se dice una prolongada carrera en el mundo del cine: aparte de ’13 fantasmas’ (en el 2001), Beck dirigió ‘Ghost Ship’ (en el 2002). Desde entonces se ha dedicado a hacer lo que realmente se le da bien: grabar anuncios de televisión… joder, por fin un caso de justicia poética.

Nefasto pseudo-film de terror, que da verdadera pena en casi todos los aspectos. Se parte de una idea interesante (aunque poco original) y se logra crear un ambiente desasosegante, en las distintas salas del centro psiquiátrico (pero recordemos que es algo mil veces visto antes y otras mil después de esta cinta, casi siempre con MEJORES resultados). A partir de ahí entramos en una sucesión de despropósitos que llega a su culmen en el desenlace final (que es aberrante).

El director de la película es William Malone… quien, en los últimos 33 años, ha dirigido 5 películas, 1 telefilm y 17 capítulos de series televisivas… siempre en el género de terror. Menudo ‘carrerón’ el suyo (y por algo será, ¿no?). Su mayor aportación a la causa ha sido el diseño de la careta que lucía el asesino de ‘La noche de Halloween’. Sus películas siempre han sido grandes mierdas y ‘House on Haunted Hill’ no es precisamente una excepción. Su estilo narrativo es aburridísimo y el modo que tiene de (intentar) asustar al espectador es infantil. Que se retire ya, por favor.

El guión de la historia es lamentable (hay unos ‘cráteres’ en la trama descomunales) y los diálogos son pueriles. Se intenta crear cierta ‘tensión dialéctica’ entre el matrimonio Rush-Janssen, pero las (supuestamente) mordaces ‘puyas’ que se mandan entre ellos son tan bizarras, artificiales y pretenciosas… que causan estupor.

El desarrollo del film se divide en tres categorías:

1.- LO PREVISIBLE: el fallo del ascensor hacia la atracción es una broma pesada que se ‘huele’ a kilómetros… y que el fallecimiento de Evelyn en la sala de electroshock es un ‘fake’ no sorprende a nadie…

2.- LO INTRASCENDENTE: el 95% de la película…

3.- LO PATÉTICO: el aspecto del ‘espíritu’ que forman las almas de todos los que han muerto en ese edificio (un 'humillo' casposo)… el final de la historia, que es como para tirarse por un acantilado…

Los actores están bastante mal, en general. El terror no es el género al que mejor se ajusta el estilo de Geoffrey Rush, y se nota bastante. Famke Janssen tiene una cara bonita y un hermoso cuerpo, pero a la hora de actuar sólo puede aportar algún mohín y varias muecas bastante cargantes… del resto del grupo, creo que la peor de todas es Ali Carter (¡da repelús!), y el más convincente Taye Diggs (es el único mínimamente entonado). Los demás, mediocres o peor aún…

Sólo un apunte más: Me resulta desesperante que no haya forma de que los miembros del grupo puedan pasar siquiera un minuto juntos… además, el modo de separarlos es siempre de lo más peregrino… ¿no hay otra manera de crear una mínima angustia en el espectador? Qué vergüenza, por favor.

En resumen: una película malísima, con un par de cosillas que pueden salvarse de la quema… pero, en su conjunto, es una porquería. Verla es perder tiempo de vida.

Parece ser que la crítica de la época machacó bastante el último trabajo de Billy Wilder, lo que influyó negativamente en la taquilla y contribuyó a precipitar el adiós de este gran director de cine. Ver para creer. Todavía hoy leo comentarios que se escandalizan porque en esta obra se diga “hijo de puta” y “cojones”, aparezca un medallón con forma de pene, tenga cabida un chiste con unos porros (que es una excusa para atacar a los agentes de policía que lo aceptan) o se exhiban los turgentes pechos de una joven mujer.

Me viene a la cabeza la expresión “ser más papista que el papa”… y, sin abandonar el Estado Vaticano, sólo haré un apunte: en la Capilla Sixtina, Miguel Ángel Buonarroti representó muchísimos personajes bíblicos DESNUDOS… incluso el maestro de ceremonias del papa Julio II, Biaggio da Cesena, está retratado con orejas de burro y con una serpiente devorándole los testículos… ¿Puede esa ‘pequeña maldad’ restarle interés al conjunto de la obra? ¿Acaso la hace menos digna de su autor? Un poco de seriedad, señores…

En fin, veo que la mayoría de las críticas consideran esta película una “obra menor” de Wilder. Bueno, respeto esas opiniones… pero en absoluto comparto. Creo que estamos ante una película divertidísima, que presenta algunas secuencias desternillantes y que mantiene intacta la esencia del cine de este gran realizador. Además, el modo en que se finiquita el atentado contra Gambola es magistral…

Creo que desde el propio inicio (con la carta-bomba de Trabucco y el posterior ‘puro de la celebración’) se dibuja una sonrisa en el espectador (cosa dificilísima, dada la naturaleza de lo que se acaba de presenciar); creo que la hierática seriedad del personaje de Matthau es brillantísima, y que el insufrible individuo al que da vida Lemmon es igualmente espectacular; creo que ‘Aquí un amigo’ deja a los policías a un nivel sólo comparable con el de los periodistas en ‘Primera Plana’; creo que Klaus Kinski está perfecto dando vida a un fantoche indescriptible; creo que la música contribuye a darle al film un ritmo adecuado; creo que a lo largo de ‘Aquí un amigo’ se presencian momentos tronchantes (por ejemplo, cuando Lemmon pierde los nervios al descubrir que apenas conoce 5 zonas erógenas de la mujer, ¡siendo que existen 89!… o cuando Matthau da la extremaunción a un moribundo, con un latín de lo más ‘macarrónico’… o el diálogo entre ambos, para referirse al tipo de trabajo que desempeña Trabucco… o cuando el doctor Zuckerbrot incrementa el número de ejercicios que realiza en una barra). Y aún quedan muchísimos más.

En resumen, una vez más Wilder da una lección de dirección, con un estilo sencillo y conciso… y nos suministra su peculiar humor en pequeñas dosis, de forma gradual y bien modulada. El guión es brillante y en él se ataca a una sociedad que presumía de estar ‘liberada’ (¿gracias al consumo de sustancias psicotrópicas?) y que seguía siendo pacata y ultra-conservadora. Aún hoy muchos no han sido capaces de entender el mensaje que subyace en los ácidos diálogos del film… ¡qué pena!

En mi humilde opinión, estamos ante (otra) sensacional comedia con el sello de Billy Wilder (quien, me permito recordar, había cumplido 75 años cuando dirigió ‘Aquí un amigo’). ¡Casi ná! Desde luego, se la recomiendo a todos los amantes del género…

El actor Kirk Douglas participó en 72 películas a lo largo de su carrera como intérprete, y 18 de ellas fueron westerns. De todo el repertorio, 'Cactus Jack' es sin duda la peor de todas ellas. Y no es por falta de actitud, que quede claro: sorprende que este mito del cine se tomara tantas molestias en participar en este film... cuando ya había cumplido ¡¡¡nada menos que 63 años!!!

El pobre Kirk se pasa la mitad de la película sufriendo toda clase de golpes y porrazos... y la otra mitad, hablando con su caballo (llamado Whiskey). Y se nota que intenta dignificar la película... pero es que "donde no hay mata, no hay patata". Así de claro.

'Cactus Jack' pretende ser una mezcla de western y comedia, en la que se aprecian aspectos del clásico slapstick y de los cartoons: de hecho, el propio desarrollo es una recreación de los personajes del Coyote y el Correcaminos... en una interminable (no exagero: INTERMINABLE) sucesión de gags, con el pobre 'Cactus' Jack fracasando una y otra vez en sus intentos por asaltar a Guapo Forastero y a su acompañante, Estupenda Jones. Así que la trama y el desarrollo del film son una calamidad.

¿El trabajo de los actores? Si dejas aparte a Kirk Douglas, el nivel es LAMENTABLE. Basta con decir que tiene más registros interpretativos el caballo 'Whiskey' que Arnold Schwarzenegger. Ahí queda eso. Y sí, Ann-Margret está muy atractiva enfundada en una especie de traje de flamenca que deja poco a la imaginación (probablemente, le venía dos tallas pequeño). Pero lo que se dice actuar, delante de la cámara... ná de ná.

Capítulo aparte para los (supuestos) indios: Nervioso Alce (Paul Lynde) y Ojos de Lince (Robert Tessier). Basta decir que su sobreactuación es vergonzosa... y que las palabras y las acciones de sus personajes son tan ofensivas y racistas que, en caso de rodarse en la actualidad, motivarían la aparición de una demanda multimillonaria... y los estudios acabarían pagando y cerrando, tras declararse en bancarrota.

En resumen: película mala de cojones, a la que ni Kirk Douglas ni su caballo pueden salvar. Y ojo con la Banda Sonora del film, compuesta básicamente por dos canciones country (Charmin' y Handsome Stranger), obra de un tal Mel Tillis. Cada dos minutos, suenan... se van alternando (primero una, después la otra)... y vuelta a empezar. Os aviso: no sirve de nada que te sangren los oídos. Es un bucle INFINITO.

Parodia de medio pelo (aunque de elevado presupuesto... ¡22 millones de dólares de la época!) en la que Mel Brooks (director, guionista y actor en este film) enlaza una serie de gags, situaciones cómicas y simples 'paridas' con desiguales resultados, dentro de un conjunto bastante flojo.

La base de la película es la saga de 'La Guerra de las Galaxias', aunque también hay referencias a 'Star Trek', 'Alien', 'El mago de Oz' y 'El planeta de los Simios'. La película tiene un nivel bajo en todo momento, aunque existen algunos gags que tienen cierta gracia y siguen aguantando el paso del tiempo.

Básicamente, Lone Starr es la parodia de Han Solo; Vomito Barf, la de Chewbacca; la princesa Vespa es la princesa Leia de 'Star Wars'; Dot Matrix es C3PO; Casco Oscuro es Darth Vader; el maestro Yogurt es el maestro Yoda... y así, sucesivamente.

Brooks apuesta por el humor absurdo (el 'no parentesco' entre Casco Oscuro y Lone Starr); juega con palabras y frases hechas ("peinar el desierto"); deja caer algún chiste vulgar (el 'tamaño' de las espadas láser); suelta varias paridas lamentables (el remate de la secuencia con las hermanas Charlene y Marlene es terrorífico)... y también incluye un par de corrosivos comentarios dirigidos a la industria cinematográfica (las 'mercaderías' y la posibilidad de una secuela). También hay algunas gracias que pierden su sentido con la traducción (el 'pringue' que provoca interferencias)... en fin, se mezclan chistes que funcionan con gilipolleces que causan vergüenza ajena. Lo habitual en las comedias de Mel Brooks... creo yo.

Lo mejor suele estar protagonizado por Casco Oscuro... y que el éxito de una comedia esté en las manos de Rick Moranis ya es mucho 'arriesgar'...

El resto de los actores está bastante flojo (en especial Bill Pullman, quien da grima). Aunque el film pretende tener un guión, éste está muy desmadejado y apenas tiene coherencia (más allá de la propia parodia de los films a los que se pretende ridiculizar). Insisto, nada de esto puede sorprender a quienes conocen mínimamente la obra del director/guinista Brooks...

En fin: la película es malilla, pero yo aún veo mucho peores las sagas actuales de 'Scary Movie' y sucedáneos (por poner un ejemplo).