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Críticas de Antonius Block
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Críticas 12
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
8 de julio de 2008
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece comprensible que se tengan prejuicios hacia el Gibson-hombre, dada su imagen pública de personalidad polémica y excesiva, defensora de ideas fascistoides. A pesar de ésto y por el bien de nuestro disfrute, debemos distinguir entre el hombre y el autor. Porque es una película valiente, arriesgada, fruto de la independencia económica (y por tanto creativa) de un director que empieza a ser reconocido como autor. Arriesgada, porque vuelve a rodar en una lengua, no desaparecida, pero sí muy minoritaria en el mundo. Si en La Pasión fue el arameo, aquí es la lengua maya. Autor, porque una vez más expone su visión del hombre y de la vida, del mundo como marco del dolor, la violencia y la crueldad; del hombre y de su capacidad destructiva, no solo contra el otro, también contra sí mismo. El film arranca con una cita del filósofo e historiador Will Durant: "Una gran civilización no se conquista desde fuera hasta que se ha destruido desde dentro", reflexión antropológica extrapolable a cualquier otra civilización, de cualquier época y lugar, pero que va a ser contada en el marco de la civilización maya porque es un buen ejemplo gráfico de la cita y de la visión del director. El film se divide en dos partes. La primera, presentación de los personajes y de los mayas como gran civilización, con un detallismo que sugiere gran admiración hacia esa cultura: el café como moneda de cambio, las cicatrices de los tatuajes, el jade como ornamento dental, los cuchillos de obsidiana con mango de oro, los distintos departamentos de la ciudad, canteras, textil, tinte. Hay algún "pero": varios actores no pertenecen a la cultura maya. Algunos son Cree, una tribu de Norteamérica. También las pirámides son anacrónicas, ya que pertenecen a la época clásica, bastante anterior a la llegada de los españoles (aunque Gibson no está haciendo una película histórica). La segunda parte, de acción trepidante, es del más puro Gibson-Hobbes-autor: el hombre es un lobo para el hombre (paralelismo entre la caza del tapir al comienzo y la caza del protagonista). Se mata y se muere, unos por puro instinto de conservación, otros para mejorar su bienestar. Y es que el hombre ha cambiado poco, viene a decir: en nombre del progreso, destruye su habitat y por ende, su propio futuro. Aquí, hay una suerte de reciprocidad del medio natural: Garra de Jaguar, toma solo lo justo para vivir en armonía con la naturaleza y ésta le ayudará cuando lo necesite (el veneno de rana, la cascada, el jaguar) En cambio la gran ciudad explota el medio y corre peligro de desaparecer. Está en caída libre y ya no puede parar. Los dirigentes, realeza y sacerdotes, acrecientan la presión sobre el pueblo. Tienen la información y con ella manipulan a las masas -el eclipse pasajero-, nada nuevo bajo el sol (je). Destacar también la gran economía narrativa del film, desde una perspectiva puramente visual y ayudada por una fotografía e iluminación en parajes naturales que son un festín para los sentidos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Antonius Block
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9
24 de junio de 2007
78 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de esas películas relativamente poco conocidas (no así el libro) y que hoy podemos visionar gracias a Scorsese y a Coppola, que han hecho posible la restauración de la obra. El que tenga el libro "Las 100 mejores películas" de John Kobal, podrá comprobar que, aunque no esté incluída en ellas, sí aparece en la lista del crítico polaco Tadeusz Soboelwski, sin que se le pueda acusar de "barrer para casa" pues el film es magnífico y tremendamente original.

Escrita por el conde polaco Jan Potocki, es una de las grandes novelas de la literatura fantástica europea y tal vez mundial de todos los tiempos. Me parece interesante hacer una introducción de este peculiar conde porque tanto el tono de la obra como su argumento atañen a los intereses y al carácter de su autor. Aventurero, ex-soldado contra los piratas berberiscos, viajero inagotable, interesado por la ciencia y el humanismo, pero también por el ocultismo, la egiptología, la etnografía, la filosofía, la cábala, la historia o el mundo árabe entre otros. Deprimido por una serie de lamentables hechos, como el divorcio de su segunda esposa y el agravamiento de la sífilis que padecía, se suicidó en 1815 convencido de que era un hombre-lobo. Para ello, puliría la tapa de plata de un azucarero dándole forma de bala y volándose la cabeza de un disparo. La bala, a su vez, tenía la forma de una fresa, por lo que fue apodado "el hombre que se suicidó con una fresa".

La película trata sobre la primera parte del libro. Las escalofriantes experiencias que iran aconteciendo a Aphonse Van Worden (Zbigniew Cybulski, apodado "el James Dean polaco"), oficial de las tropas napoleónicas durante la liberación de Zaragoza, pondrán a prueba su cordura y... la del espectador. Con una atmósfera de ensueño y sombrío surrealismo, pero también con un marcado sentido del humor y erotismo, iremos viendo estas historias dentro de historias que a su vez están dentro de historias, al igual que en el Decamerón, Los cuentos de Canterbury, y, muy especialmente, Las mil y una noches. Acompañadas de una partitura musical perfecta, de Krzysztof Penderecki, que introduce algunos compases de Falla y Enrique Granados, estas historias a modo de muñecas rusas harán las delicias de cualquier buen aficionado al cine. ¡No os la perdáis!
Antonius Block
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9
23 de junio de 2007
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una de las multiples versiones cinematográficas del célebre relato de los 47 ronin, entre las cuales se encuentran la de Kenji Mizoguchi, Kinji Fukasaku (que la filmó en dos ocasiones) o una muy reciente realizada en el año 2006 por Hirozaku Kore-eda y que lleva por título "Hana", aunque parece que ésta última posee características bien distintas a las versiones anteriores.

La acción acontece en 1701, hacia el final de la era Genroku, y narra unos supuestos hechos históricos según los cuales el Daimyo (amo feudal) Asano, es condenado al suicidio ritual del hara-kiri (literalmente "corte de estómago") por herir a otro Daimyo, Kira, un viejo celoso y despreciable que solo piensa en el poder y el placer, que agravia y ridiculiza tanto al noble pero temperamental Asano, que cuando enfurecido éste desenvaina su katana en el palacio del Shogun, resulta un alivio para el espectador similar a la matanza que ocurre al final de Dogville -de Lars Von Trier-. El sentimiento de agresividad, de violencia, viene acompañado por otro de liberación, de desahogo. El chambelán del desdichado Asano, en lo que es un conflicto típicamente japonés y que es un tema recurrente en esta película como lo es tambien en el cine humanista nipón posterior a la 2ª guerra mundial, movido por su conciencia y obviando el compromiso con la colectividad, decide vengar a su señor junto a un grupo de 47 samurais ahora convertidos en marginales ronin.

Hiroshi Inagaki ha sido calificado por algún crítico de mediocre, flemático o comercial. Esto último viene confirmado por el hecho de que un cierto número de sus películas sobre samurais fueron bien distribuidas en Estados Unidos.

En cualquier caso, "47 ronin" es una muy buena película con momentos maravillosos, como por ejemplo la escena del relevo del palanquín, acompañada por una partitura que es un claro preludio de la tragedia en la que ya estamos inmersos pero que irá en aumento hasta el final. Final éste, donde, a mi juicio, falta la épica de Kurosawa para rematar la película de modo que quedara un film redondo.

Una advertencia: en algún dvd pone que la película dura 115 mínutos, cuando en realidad su duración es de 208 minutos. Pero que no os importe verla aunque sea por etapas porque merece mucho la pena.
Antonius Block
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8
16 de julio de 2005
22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores y más simpáticas películas de Billy Wilder, quien no deja títere con cabeza y se ríe de los dos sistemas antagonistas por excelencia en los últimos siglos, capitalismo y comunismo, caricaturizándolos desde una posición relativista, escéptica, y siempre inteligente. Para el espectador que tenga un sentimiento de incomodidad ante lo que pueda parecerle una actitud cínica por parte de Wilder con respecto a algunos de estos dos regímenes (bien es cierto que el comunismo sale peor parado), me gustaría recordarle la frase que el propio Wilder dijo y que creo que es la que mejor define la filosofía de vida (y por consiguiente de su cine) de este director: "Si hay algo que me molesta más que no me tomen en serio, es que me tomen demasiado en serio". Brillante.
Antonius Block
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7
16 de julio de 2005
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lástima que el capítulo dirigido por Coppola sea tan incomprensiblemente aburrido viniendo de quien viene. Los de Scorsese y Allen son muy buenos, así que, quizá habría que puntuar los tres episodios por separado:
Apuntes al natural, de Scorsese: 8
Vida sin Zoe, de Coppola: 5
Edipo reprimido, de Allen: 8
Antonius Block
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