Un buen western. Con escenas duras y salvajes. Una historia bastante interesante que avanza a su ritmo y te engancha.

El reparto es acertado. Hubiese preferido a Jeff Bridges de Sheriff antes que Kurt Russel.

Si te gusta el western en general, no debe faltarte mirarla.

Scott Cooper pone sobre la mesa un largometraje basado en una novela de Thomas Cobb. La película trata de la vida de un cantante de country llamado Bad Blake que en su día fué muy grande, interpretado por Jeff Bridges.

Bad Blake se encuentra en un estado decadente debido a su adicción al alcohol. No tiene apenas dinero, sus bolos son de lo más mediocre, y debe hacer miles de quilómetros con su furgoneta viejuda para poder conllevar giras de lo más mediocres en tugurios y boleras.

Su vida cambia cuándo conoce a una periodista interpretada por Maggie Gyllenhaal. Bad Blake acaba enamorandose de ella al mantener en poco tiempo una relación profesional artista periodista. Los días hacen que la relación entre ellos se estreche.

La vida de Bad Blake cambiará al enamorarse de ella. Deberá afrontar problemas como el alcoholismo.

Estamos delante una película del año 1993. Bruce Willis se ha echo un hueco en Hollywood con películas como la Jungla de cristal.
En este caso, se nos presenta un policía que era alcohólico. Por consecuencia de un juicio en el que su padre murió, se le destituyó de su cargo de homicidios para formar parte de la policía costera de Pittsburgh.
Con toda esta previa y un asesino en serie que va tirando cadáveres de mujeres violadas al mar, se nos puntualiza su nueva compañera de vigilancia, una jovencísima Sarah Jessica Parker.
Creo que todos los amantes del cine de acción de clase B no deben perderse esta película. A mí personalmente me enganchó desde el principio un sábado por la noche mientras hacía "zapping" por el tele.
Por último, decir que Bruce Willis es la película, sin él, no seria nada; interpreta muy bien cualquier papel de policía y las escenas de acción son su talón de aquiles, combinado con su gran personalidad y su atractivo que hacen que cualquier mujer quede encandilada a su lado.

Nos encontramos ante una de las grandes de Stanley Kubrick. Contextualizada en una época de guerra, duelos, nobleza y buenos modales. Stanley Kubrick realiza una obra maestra. Cualquier plano es devastador e impresionante. Ryan O'Neal el cuál desconocía, lo borda. Ver esta película es sumergirse en una época pasada perfectamente tratada que te invita a gozar de más de dos horas de puro cine, de puro arte, de perfección, dónde uno se encuentra delante de una obra maestra cinematográfica, que obligo a ver a cualquier usuario, y amante del cine.

Graciosa y entrenida historia. Graciosa propuesta de Duncan Tucker. La historia es admirable. Los actores, cada uno de ellos cumple con creces su papel. Y la dinámica con la que concurren los hechos y se enlazan partes de la película son exitosas.