Un día estábamos sentadas mi madre y yo a punto de ver una película sobre un obispo homosexual ("Love Free or Die") en el festival de cine de mi ciudad. La película estaba atrasada porque los organizadores no lograban ponerle los subtítulos así que mi madre y yo nos pusimos a charlar. Hablábamos de una clase a la que yo debía asistir pero no quería, ella me dijo que capaz la profesora que dictaba esa clase faltaría a la misma por algún motivo, a lo que le respondí "lo dudo, la única vez que faltó a una clase fue para ir a un funeral".
Un señor que estaba sentado al lado de mi madre nos mira y me dice "escuché que dijiste funeral, mañana se proyecta mi película" y me da un flyer para "El problema con los muertos es que son impuntuales". El hombre en cuestión era un tal Oscar Mazú.
Decidí ir a ver su película atraída por el título tan curioso, además de que el flyer la vendía como un documental con mucho humor negro y soy una de esas personas que cuando de humor negro se trata, siempre es mejor cuando hay más.
El señor Mazú reflexiona sobre la muerte, el sentido del paso de los mortales por la vida y sobre los ritos funerarios. A pesar de que claramente es él la "mente" atrás de este genial documental, lo más interesante del mismo son las entrevistas al tanatólogo Ricardo Péculo, que hacen que no se necesite de un guión lleno de chistes para que el humor surja por si solo.
Si les gustan los buenos documentales, les gustará. Si les gusta el humor negro, les gustará aún más.
La recomiendo profundamente, a menos que usted sea un espectador súper sensible a los muertos, o sea uno de mis enemigos.

Cuando esta serie se empezó a emitir en mi país, yo tenía unos 7 años. La recuerdo con mucho cariño, ya que fue una de las primeras series de adolescentes que vi. Por supuesto, a veces uno al crecer, recuerda con cariño series que admite que son una basura, pero gracias a la nostalgia se hacen llevaderas de mirar. Sabrina no es el caso. Es decir, tiene una cargada cuota de nostalgia, ahora que la veo de grande, pero además tiene otras tantas cosas queme hacen pensar que es una serie que me da lástima que no la vean las generaciones venideras.
Tiene situaciones repetitivas, sí, algunos chistes tontos o lo que sea, cosas totalmente perdonables al tratarse de una serie para un público infantil-adolescente. Sin contar, por supuesto, que series de ahora de Disney o Nickelodeon son mil veces peores en estos asuntos, además de que no inculcan las mismas enseñanzas.
Las enseñanzas. Sin saberlo, cuando veía esta serie de pequeña, me inculcó varios valores disfrazados de situaciones chistosas y temas en paralelo, y esto se deba probablemente a que la protagonista de la serie, a diferencia de muchas series actuales, se preocupa por la escuela, por su familia, por sus amigos, y si bien detesta a las populares del colegio que le hacen la vida imposible, tiende a intentar hacer las paces con ellas antes que hacerle cosas malas.
Esta serie trata, además, temas como la discriminación racial (disfrazándola de discriminación de las brujas hacia los mortales o de los mortales hacia las brujas), igualdad de género, amor (y todo lo que tiene que ver con él, como por ejemplo, los celos) e incluso algunos temas más bien actuales, que no se discutían tanto en los 90, pueden relacionarse con situaciones tratadas en esta serie, por ejemplo la familia no tradicional.
Sabrina es una serie atemporal. Da pena que no la sigan dando por la TV.

Mientras más "comedias románticas"-que de comedias tienen más bien poco y nada- veo, más me doy cuenta que son todas iguales. En especial si se trata de una de esas que el canal Fox toma como su película del mes y repite unas 200 veces a lo largo del mismo. Para darles un poco de crédito -y para justificar un poco mi nota, que ahora mismo me estoy dando cuenta que es demasiado alta- digo que sí, son entretenidas- aunque bastante hartantes- y cada uno tiene ese algo "especial" que las hace "algo"-no mucho- diferente del resto. En este caso, ese "algo", a mi criterio, es Zooey Deschanel, con un personaje que agrega esa acidez que hacía falta para lograr digerir toda la dosis de azúcar.

Es una película, a mi modo de ver, entretenida, original, dinámica. El giro inesperado que da hacia la mitad te sorprende y te deja un lindo gustito, después de reirte bastante, de haber visto una película que llena. Eso sí, puede que a algunos no les guste tanto llenarse, y a otros les guste más llenarse con cosas saladas y no con tanta azúcar, torta y dulce.

La gráfica psicodélica: genial.
Las canciones: como no puede ser de otra manera, espectaculares (aunque esto no es un musical, sino... una "película" con canciones en el medio).
Coreografías: graciosas, divertidas, en especial la de "Your mother should know" (ya, genial cuando van caminando y Ringo parece un enanito al lado de los otros tres).
Lo demás: no intento sacarle sentido. De hecho, debe tener la misma cantidad de sentido que "I am the walrus".


Si eres beatlemaníaco (como yo), probablemente consideres esta una película interesante, casi buena. Si la ves drogado, probablemente te guste más (yo no la vi drogada). Si no te gustan (mucho) los Beatles, ni estás drogado, yo que tú pasaría de ver este film.