La película me marcó emocionalmente cuando la vi, hace ya 30 años, y sigue impactando en cada revisión. La música, la fotografía, el ritmo lento, la narración, los actores, todo está perfectamente tejido. No diré nada que no se haya dicho ya, pero sí quería aportar mi opinión respecto a lo que comentan otras críticas de esta página. Me refiero al hecho de que el protagonista se enamore de una "india adoptada" de raza blanca, y no de una nativa americana. Creo que la película justifica perfectamente esto y lo hace más creíble. La época en la que se enmarca el film no fue un periodo tolerante en Estados Unidos. El racismo genocida de los anglosajones era predominante. Se encargaron de exterminar las poblaciones indígenas sin miramientos. Un hombre criado en una sociedad así, educada en ese rechazo a las poblaciones indígenas que solo eran un estorbo para su desarrollo económico, no puede, de la noche a la mañana, borrar todos sus prejuicios e iniciar una relación romántica con una nativa. La existencia de una india blanca adoptada, que aun mantenía algo del idioma materno, hacía mucho más fácil la transición y el recorrido psicológico del protagonista. Esto es, para mí, lo que le da verosimilitud a la trama.

Es muy difícil no conocer esta historia. Quien más y quien menos sabe lo que pasó. La mayor parte de los supervivientes siguen actualmente en activo: hay entrevistas, conferencias, libros, en fin, mucho material para acercarse a la historia. Pero este producto consigue un acercamiento crudo, elegante y técnicamente impecable a una de las mayores hazañas de la historia reciente. Asombra la meticulosidad del director para reflejar de una manera fiel todos los detalles. Impacta la recreación del accidente, que es capaz de trasmitir la transición entre la tranquilidad y alegría de los jóvenes hasta el terror, la incertidumbre y el dolor. La física mostrada es soberbia, se nota el peso de los elementos, la resistencia de los asientos antes de desprenderse, la velocidad y la succión que provoca la rotura. Vamos, que se le quitan a uno las ganas de montar en avión.
Los actores están todos magníficos. Se agradece mucho que sean desconocidos, al menos en España (uno acaba realmente harto de ver al mismo tipo en todas las películas y series). La inmersión es total con la versión original en acento uruguayo (aunque hasta que te acostumbras puede ser necesario activar los subtítulos). La recreación de la montaña, la otra gran protagonista, es sublime. Indistinguible de la realidad, a pesar de que los fondos han sido añadidos posteriormente.
El ritmo de la película es perfecto, te mantiene pegado a la pantalla sin pestañear. La estructura, además, resulta un alivio. Hasta las narices estamos ya del esquema y los modos típicos americanos que hacen parecer a todas las películas igual. Por esto, porque se sale de lo ordinario, porque no obedece a tendencias de ningún tipo, porque relata los hechos de manera impecable y porque hay que poner en valor lo que bien hecho está, le doy un 10 y muy orgulloso de que el cine español pueda dar estas obras de vez en cuando.

Me esperaba mucho más. No me ha gustado el ritmo, algunos capítulos son francamente aburridos y, lo que es peor, la dicción de algunos dobladores es horrible (especialmente la de Ignatius y Ernesto). A veces no hay manera de entender nada. ¿No había nadie en el set de grabación que se diese cuenta de lo ininteligible de los diálogos?

La animación, sin ser mala, se nota que es de segunda división. Se queda muy lejos del resto de series de animación para adultos. Y el guión, salvo excepciones, me ha parecido bastante flojo.

Una decepción.

Parece que en los ultimos tiempos la eterna maldición de las adaptaciones del videojuego al cine está perdiendo fuerza. Si The Last of Us ha sido un exito de público y crítica, Halo hace lo propio en una serie de acción y aventuras. Cada una en su estilo, han sabido transmitir la esencia del videojuego a la gran pantalla. The Last of Us ha optado por seguir casi al pie de la letra el argumento del videojuego (con algunas licencias, obviamente), mientras que Halo ha tomado el universo y los personajes para hacer un reinicio totalmente fiel en lo estético pero siguiendo su propia ruta en en fondo. El Jefe Maestro es más humano, su rostro ya no se oculta y por tanto da una mayor versatilidad para establecer relaciones más allá del disparo y el puñetazo.

Los capítulos llevan buen ritmo, con una dosis de acción y batallas bien medida (3 de 9 capitulos) que están repletas de guiños a los jugadores del videojuego. Estas escenas de acción son espectaculares, la coreografía es muy digna y la cámara muestra unas tomas que no marean al espectador (cosa que, por desgracia, suele ocurrir de manera desmedida en algunas series de acción para tapar defectos).
La trama no va a revolucionar los cimientos de la industria, ni mucho menos, pero es suficientemente interesante como para generar interés en seguir viendo su desarrollo.

En definitiva, una serie de acción bien realizada, que va al grano, entretiene, y se sostiene bastante bien con un guión adecuado y unas actuaciones suficientes.

El único fallo es la subtrama de Madrigal, que genera mucho menos interés que la trama del Jefe Maestro.

La serie es de un 7 o un 8, pero le voy a cascar un 9 porque tiene mérito haber adaptado con solvencia un shooter al cine y porque las naves, los trajes y las armas son calcadas al videojuego.

Me gustan los Guardianes por la música, el aire gamberro y la personalidad del grupo. Pero no puedo alabar una fórmula que se repite una y otra vez.
Las batallas y combates cada vez sorprenden menos, los chascarrillos mejoran los de otras peliculas de Marvel pero a veces recurren directamente al "caca, culo, pedo, pis" (en esta pelicula, uno de ellos directamente es una gracia escalotógica). El desarrollo de la trama bebe exactamente de la misma formula común al 100% de las peliculas de superheroes. Gracias a Dios al menos la cinta no toca las narices con temas raciales porque la diversidad es algo caracteristico del universo y poco más se podía hacer.
Los efectos digitales, personalmente, cada vez me los creo menos, sobre todo cuando definen personajes con sentimientos. No hay nada en esta película que no se haya visto ya mil veces. Es puro producto comercial que te sirven bien masticadito y parcialmente digerido.
Quizá sean síntomas de madurez, pero no puedo compartir el entusiasmo de tantos cuando estoy viendo de nuevo lo mismo de siempre.