Excelente obra de Capra que lleva a la honestidad a un nivel que hoy parece extremo, pero en realidad no le es. El hombre honesto es así de simple, solo honesto. Lo que pasa es que ya no se cree que sea posible, pero lo es. Indispensable para mostrársela a jóvenes para que crean en las causas perdidas. La lucha vale la pena, el resultado es indiferente. Dios va a juzgarnos no por el éxito de nuestras acciones sino por el esfuerzo en hacer lo que corresponde.
En cuanto al film, resalto la actuación del Senador Paine.

Excelente adaptación al cuento de Bioy Casares, que logra mantener la intriga a lo largo de toda esta poco promocionada obra hasta el gran desenlace, todo esto acopañado por grandes actuaciones, especialmente de sus dos protagonistas y de Lito Cruz.
El cine argentino se hace generalmente sin ánimos de trascender, ni siquiera de recaudar, sino más bien de conseguir subsidios del estado, no obstante siempre hay obras que trascienden la barrera de lo económico para brindarnos tan entrañables y humanas historias.

Maravillosa muestra de que la creatividad no necesita de intrincadisimas tramas para sacudir alguna fibra íntima. Excelentemente interpretada con una acertadisima musicalización, esta simple historia tiene la capacidad de hacernos regresar a los sentimientos de la infancia o preadolescencia, teniendo la capacidad de ser igualmente atractiva para niños o adolescentes como para quienes pintamos cabellos blancos y nos juega freceuntemente una mala pasada la nostalgia. Una película para ver en familia.

EL otro día me dió nostalgia al ver en TV una parte cuando estaba el tema de Rightous Brothers "You've lost that lovin' feelin'" y me quedé a ver 10 minutos más que me confirmaron la estupidez del cine papafritero de los 80. Ojo me refiero no al cine de los 80 sino al cine papafritero de los ochenta, el galancito haciendo el papel de seductor indiferente, enfundado en camperas de cuero y gandes motos o expensives cars. No tiene ni piés ni cabeza, no es de acción aunque intenta serlo´, no termina de ser un drama, aunque hace el amague y lo que si consigue es ser una película romantica de barata trama con un despliegue escénico imponente. Oscar para los aviones porque para los actores (todos incluyendo a Val Kilmer) frambuesas de oro.

Particularmente me encanta esta película. La vi cuando era adolescente y ahora la disfruté de nuevo con mis hijos. Rodney es un actor de comedia de los que no abundan, que con sus gesticulaciones puede inducir a la carcajada aún sin un argumento que la sustente. Tiene todos los elementos de las comedias ochentosas en las que los nerds y humildes (y feos) terminan humillando a los pretenciosos deportistas y demás "exitosos" de las escuelas, y a pesar de la simpleza y lo reiterativo de la idea de este film, divierte.