A mí no me ha gustado.
La película en general es un primer plano del niño con la misma cara del Fary comiendo limones.
El monstruo es un cruce del poderio de Godzilla y el buen rollo de la galleta gigante de Shrek.
Los diálogos son tan profundos como los de "Aquí llega condemor" del gran Chiquito.
Y el mensaje moral de "encuéntrate a ti mismo" es como el de cualquier filme B televisivo de tarde de domingo.
Y larguísima, y el piano redundante una y otra vez.
¡Que no se quede nadie sin llorar! es la premisa.

El protagonista es insoportable, con esas ínfulas de perdonavidas que se gasta, el tipo no tiene ni media cachetá, es un canijo esmirriado y resulta que va por ahi repartiendo palizas a diestro y siniestro, nadie puede con él, la policía es imbécil y este tipo despista a un helicóptero sin pestañear. La novia parece tan idiota como él, me subo por las paredes cuando se quedan uno enfrente del otro sin decirse nada, te quedas esperando a que pase algo y al final el tio sale por la puerta sin decir nada, PATÉTICO. Los japoneses dominan mucho mejor el arte del silencio en las películas. El director intenta parecerse demasiado a David Lynch, pero no es un alumno aventajado ni mucho menos, yo creo que con un pedante consentido como Lynch ya tenemos bastante.

Basura sin pies ni cabeza donde un grupo de gamberros marginales de Londres se enfrenta a una horda de mantas de pelo con patas que pretenden pasar por extraterrestres. No es graciosa, los diálogos parecen escritos por un niño de 3 años y encima le roban un montón de ideas a Los Gremlins o Critters enttre otras. Pero lo más grande es que la premiaron en el festival de Sitges, lo cual ya no es noticia porque este festival hace tiempo que perdió su prestigio, y ahora es una especie de "cine de barrio" fantástico. Y ya les vale a los usuarios de filmaffinity por premiar con un 6 y pico a este engendro, algo que dice mucho de la cultura cinematográfica de los que entran aqui.

En el año 2154 los humanos siguen siendo igual de burros que en la actualidad. Así, James Cameron construye una bárbara epopeya que no deja títere con cabeza. No se si sufrió más mi nariz por las incómodas monturas de las gafas 3D o mis oidos por el estruendo de la película (no había oido follón semejante desde que fui a ver Armagedon). Diálogos pobres que superaría cualquier obra de Pixar, flojas actuaciones con una Sigourney Weaver que parece repetir el papel de Alien que la encumbró y del que no ha sabido desencasillarse, y banda sonora que parece un disco del montón de la cultura New Age. Violenta hasta la arcada, el supuesto mundo maravilloso de Pandora se convierte en la última hora y media (que ya es decir) en una orgia de disparos, bombardeos, y muerte por todas partes que ya hubiera querido para sí el director de cualquier película bélica. Eso si, en los efectos 3D Cameron ha echado el resto, y por momentos el espectador cree estar dentro de la película, en eso si ha acertado. Del patético final no hablo, porque no me apetece poner este renglón en la parte de "spoiler", pero me parece sonrojante. Y habrá una 2ª parte, y una 3ª, y una... por desgracia para los que amamos el cine de verdad.

Perturbadora. Irrealidad que asusta. Por su tendencia al desequilibrio y a lo atroz me recuerda a Titus. Cuando la pasaron por tve advirtieron que sus imágenes podían dañar la sensibilidad.