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Críticas de FATHER CAPRIO
Críticas 641
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
21 de diciembre de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Petla, "el nudo corredizo" no es una película fácil de digerir. Quienes busquen en el cine una forma de evasión de los problemas rutinarios y cotidianos, absténganse. Quienes quieran vivir increíbles aventuras con finales felices, mejor pasen de largo. Aquí encontrarán la instantánea de un hombre junto a una botella y un precipicio. Y como telón de fondo, una señal del tráfico de la vida mostrando el dibujo de un nudo corredizo y las letras "No way out".

De acuerdo, estoy utilizando un lenguaje figurado donde las ideas se representan con imágenes visuales, exactamente así como en el cine de Has, donde los ojos de Kuba son la representación, primero del miedo y luego de la derrota de un hombre en su batalla contra el tiempo y el vodka. La fotografía de Mieczyslaw Jahoda encuadra el drama en dolorosos primeros planos donde el rostro de Kuba Kowalski (Gustav Holoubeck) es el patético reflejo de los estragos que el alcohol deja en eso a lo que llamamos alma y que, según nos cuentan, nos diferencia del resto de la especie animal.

Wojciech Has, con su primer largometraje, trás una prolífica carrera en el cortometraje, no nos lo pone nada fácil. Su película, magnífica, no invita a pensar sino que obliga a ello. Nos tambalea al principio haciéndonos creer que los milagros existen y que los bienaventurados alcanzarán la tierra prometida, pero a medida que los segundos se desgranan en el tic tac de los diferentes relojes que jalonan las calles, la realidad, dura, cruda y desesperanzada, se enseñorea del paisaje y la derrota de Kuba es, de alguna manera, nuestra propia derrota.

Sería injusto no reconocer la contundencia de los diálogos, calientes por el vodka, entre Kuba y Wladek el alcoholizado saxofonista. Una conversación con efluvios etílicos donde las verdades dejan de serlo a medias para exhibirse en toda su contundencia:

"¿Porqué bebes?
No importa. Nosotros los bebedores sabemos que no importa el porqué.
Tal vez me sienta solo o me engañó una puta sin la que no puedo vivir.
No importa. No hay mala suerte, soledad, o mujer, por quien valga la pena beber pero solo lo saben aquellos que perdieron todo por la bebida.
Los que deben beber. Los que comienzan a beber no tienen ni idea.
El vodka es la verdad. Pero uno solo lo comprende cuando ya es demasiado tarde"

Una gran muestra de cine europeo, con raíces polacas y sabor a Polanski, también a ese maestro de las intimidades que fue Bergman. Una película para "masticarla" en soledad y quizás para pasarla " a palo seco" aunque eso ya dependerá de ustedes.
FATHER CAPRIO
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8
14 de diciembre de 2020
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El deterioro de la imagen de los estudios cinematográficos por los continuos escándalos de actores y actrices junto a la inflexibilidad de una Iglesia católica que sentía amenazados los valores sociales y espirituales de sus feligreses, estuvieron en el origen del código ético al que debieron ajustarse las películas desde 1930 en adelante (con más fuerza desde 1934). La Iglesia además confeccionó listas de películas condenadas que los católicos no podían ver. Prácticamente en todas las diócesis del país se editaron sus propias listas. Películas como "La reina Christina de Suecia" "Madame du Barry" o esta "The life de Vergie Winters". No solo era cuestión del sexo y sus desviaciones, también de infidelidades conyugales, experimentos sobre la natalidad o incluso sobre el sufrimiento de los indios. Los sacerdotes no daban a basto visionando películas candidatas a una pira inquisitorial donde, en ocasiones, ardían figuradamente obras calificadas por otros de sus colegas como aptas para toda la familia.

Bien, esta pequeña introducción nos sitúa frente a "The life de Vergie Winters" de Alfred Santell, un film protagonizado por Ann Harding, una de las reinas de la época del cine "tres pañuelos" donde eran preferibles los kleenex a las palomitas, y John Boles, actor al que pocos recuerdan en la actualidad pero que en esta ocasión hace uno de sus mejores trabajos. La aparición del siempre eficaz Donald Crisp es sin duda, un valor añadido. La película podríamos resumirla como la historia de una pareja separada por una mentira pero cuya relación continúa durante 20 años. El matrimonio de él no impide su mutuo y escondido amor, fruto del cual nace una niña que acabará adoptada por su propio padre y su legítima esposa. La cosa se hubiese podido quedar en un aburrido melodrama de no ser porque los acontecimientos se sitúan en una pequeña comunidad provinciana de esas que cuentan con el escándalo y el chismorreo entre sus típicas especialidades locales. Y si el objeto masculino de las cotillas del lugar no hubiese sido un buen abogado con una fulgurante carrera política pues quizás la cosa no hubiese ido a mayores y aquí estaríamos hablando de otro tema.

Las cosas son así, una novela corta, una película confesional de esas que tenían cierto tirón allá por los 30, y "zas" aparecen las clericales anteojeras ilustradas con sus afiladas "manostijeras" y declaran como artículo de fe que el film "tiende a justificar el adulterio" y que por tanto además de anatematizarlo incluyéndolo en las lineas negras de las películas proscritas había que endurecer la aplicación del Código de Producción. Palabra de Dios y "con la Iglesia hemos topado Sancho". La maledicencia, las lenguas viperinas, la corrupción política y hasta el asesinato desaparecen del catecismo y para el señor Hays y sus adláteres todo se reduce al sexo fuera del matrimonio.

La película podría haber dormido un tranquilo y merecido sueño de los justos, pero tantas maniobras orquestales en las oscuras sotanas de los Torquemadas estadounidenses han conseguido el efecto contrario, que hoy apreciemos la historia en todo su heroísmo y valor, así como la magnífica interpretación de Ann Harding. Muchos no creerán que puedan haber mujeres así. Ni en el cine ni en la vida real. Puede ser, pero basta que haya una sola para que Ann Harding se convierta en ella. En estos tiempos en que las lágrimas a base de gastarlas se acaban secando, tres pañuelos resultan excesivos pero un estremecimiento sentimental ante la posibilidad de que una mujer pueda vivir una situación tan injusta con tanta entereza, seguro que se instala en alguna parte dentro de nosotros.

Fiel a mi costumbre de no comentar hechos significativos que desvelen partes fundamentales de la trama finalizaré mi crítica con una circunstancia curiosa:Las únicas personas que ayudan a Vergie Winters ante el boicot hecho a su negocio (una sombrerería) por sus vecinos, son las mismísimas prostitutas de la localidad. Si es que hasta esto parece tener una lectura bíblica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
FATHER CAPRIO
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8
12 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La II Guerra Mundial finalizó con la rendición de la Alemania Nazi en 1945. Justamente un año después, recién dividida en dos, en el lado oriental se crea en 1946 la productora cinematográfica DEFA (Deustche Films) con el propósito de lograr el respaldo de los alemanes del Este al nuevo socialismo que llegaba del frío mediante películas que ponían el foco en la lucha contra el fascismo, en los problemas de la clase obrera y en general sobre aspectos de la vida cotidiana. La filmografía propagandística del Tercer Reich deja su lugar a películas igualmente propagandísticas aunque de signo diverso. La nueva tarea ideológica se aplica sin solución de continuidad desde el mismo año 1946 donde, bajo la dirección de Wolfgaung Staudte se estrena "Murderers among us" (Los asesinos están entre nosotros) primer film alemán de posguerra donde el recuerdo de los horrores sufridos durante la contienda, especialmente en los campos de concentración, representa una carga con la que resulta complicado afrontar el presente y enfrentarse al futuro.

"Rotation" es una película posterior dirigida por el mismo director y de la misma productora. También los objetivos de adoctrinamiento siguen siendo los mismos que en "Murderers among us", es decir, en una especie de a rey muerto rey puesto,se trataba de intentar desde el minuto 0 que el pueblo germano-oriental sustituyese aquellos postulados que machaconamente habían sido inculcados por el Nazismo por otros donde se exaltaban los principios comunistas de la revolución del 17 al tiempo que la recuperación de las libertades se quedaba en el camino. Sin embargo el film, en un flashback de 20 años, nos muestra a base de pinceladas breves pero muy detalladas, la historia real de una Alemania que vivía una situación económica desesperada con altísimos niveles de desempleo y donde el malestar de la calle cargaba una hoguera donde se quemaban libertades y se parían ideas totalitarias y racistas. Fue una ola que se llevó por delante a todos. O se estaba con el Partido Nazi o simplemente no se estaba. La vida cotidiana de las gentes se sintió amenazada. El carnet del Partido y el compromiso con las ideas nacional socialistas se premiaban. Los empresarios aumentaban sus beneficios y obtenían prebendas, y los trabajadores afiliados sobrevivían a duras penas.

Dos visiones políticas distintas compartiendo técnicas de propaganda y adoctrinamiento, pero los espectadores del Berlin soviético, se ilusionaran o no con fabulosas Arcadias, encontraron sobre las pantallas lo que había sido su propia realidad. Ahí estaba la historia cotidiana de un hombre que, para mantener a su familia, acaba sometiéndose a una situación contra lo que interiormente se rebela. Esa misma imagen es la que nosotros seguimos viendo más de 70 años después, sin asociarlo, es verdad, con nada nuestro, aunque debemos quitarle las telarañas a nuestra mente para conseguir reflexionar un poco sobre estas cosas, porque es verdad que la historia tiene el gran defecto de que le gusta repetirse y a poco que nos descuidemos lo hace y encima se ríe en nuestras propias y asombradas narices.

No estamos ante un film de "Hazañas Bélicas" como aquel comic donde el Sargento Gorila se convertía en otro de tantísimos héroes salvadores de una humanidad constantemente amenazada por las fuerzas del mal. Hans es simplemente un padre de familia con un objetivo por el que luchar: el bienestar de su familia, de su esposa Lothe y de su hijo Helmut, miembro de las Juventudes Hitlerianas. No es el capitán Trueno al rescate de la princesa Sigrid, no es un héroe de novela ni de TBO sino uno de tantos héroes cotidianos que resistieron a la barbarie. La película no es más que la historia de esa resistencia, de una de tantas. Un mensaje a los que lo vivieron y a los que ojalá no lo vivan nunca. Hoy las cosas se ven y se sienten muy lejanas pero, como el propio film nos enseña la vida está en un rotación continua y la historia olvidada se reencuentra a si misma. En la sociedad de la información no podremos alegar desconocimiento.

Una pequeña gran joya del cine alemán y europeo donde hay mucho que ver, aprender y, sobre todo, que leer entre líneas.
FATHER CAPRIO
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6
21 de noviembre de 2020
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Aunque mis conocimientos de la lengua de Shakespeare flaqueen más de lo políticamente correcto y deba apuntalarlos con los traductores al uso, el título de The Gaunt Stranger se resiste a ser meridianamente comprendido por los profanos entre los que me cuento. Dándole alguna que otra revuelta a la cosa podría entenderse como "El cadavérico desconocido" lo que, visto su argumento, no quedaría nada mal. Según IMDB, en España fue conocido como "Sentencia anónima" lo cual, si bien tiene correlación con la trama, infringe totalmente la literalidad lingüística. Para "facilitarnos" las cosas, la novela de Edgar Wallace en la que se basa el film fue modificada al año siguiente de su publicación (1925), trás una temporada exitosa en los escenarios teatrales cambiando no solo aspectos del texto sino inclusive su nombre, pasando a llamarse "The Ringer" alias laboral del que supuestamente, en mi opinión, es el cadavérico desconocido. El estudio de la palabra Ringer nos conduce por un laberinto de acepciones solo apto para auténticos profesionales de los idiomas entre los que no me cuento, así que mejor dejo las cosas donde estaban y sin "tocallas".

Un delincuente profesional supuestamente fallecido en Sidney tras un enfrentamiento con la policía pone en jaque a toda la policía de Deptford cuando una corona mortuoria es enviada a un abogado local llamado Maurice Meister, fijando la fecha de su muerte justo al día siguiente de su entrega. Esta "sentencia" no tan anónima, al ir firmada por The Ringer, fija la fecha del deceso en el 17 de noviembre, exactamente un año después de la muerte por aparente suicidio de Gwenda Milton, anterior secretaria de Meister y hermana del firmante. A partir de este instante y de estos hechos se desarrolla una operación policial que, juntamente con la colaboración de un ladronzuelo conocedor de Ringer, tratará de darle captura y evitar el asesinato anunciado. Tomen esto como un resumen muy esquemático de una historia policial en la que confluye un conjunto de personajes de lo mas diverso: Bliss, un inspector australiano, Cora Anne, la esposa de Ringer, Mary, la nueva secretaria de Meister , Johnny, hermano de Mary, también mezclado en asuntos poco claros, Wembury el inspector de Scotland Yard y el forense policial Dr. Lomond. Un grupito de lo más variopinto que contribuye a aumentar exponencialmente los sospechosos, circunstancia muy al uso en este tipo de films a lo Agatha Christie. aunque en este caso la autoría no hay que dársela a la universal reina literaria del crimen y misterio sino a un Edgar Wallace habitual del género y cuyas novelas han tenido muchas versiones cinematográficas, siendo particularmente conocidas las producciones alemanas de los años 60 dirigidas entre otros por Alfred Vohrer y Harald Reinl.


Cine claramente serie B donde los diálogos se imponen a la acción y los escenarios y las localizaciones se reducen a su mínima expresión. Tampoco podemos hablar ni de tensión ni de suspense, tan solo de interés por conocer, de entre todos los partícipes, la identidad del presunto cadáver asesino, cuestión que, como acostumbra en este tipo de novelas suele esconderse bastante bien para entretenernos en una especie de "cluedo" cinematográfico. Las intervenciones chispeantes de Hackett (Sonnie Hale), el ladrón que conoce personalmente a Arthur Milton (The Ringer), y el sobresaliente trabajo del gran Alexander Knox como el Doctor Lomond, están entre lo mejor de una película modesta y sin demasiadas pretensiones, adecuada para los aficionados a la obra de Edgar Wallace y en general para quienes les gusta calentarse los cascos descubriendo asesinos. Demasiado británica, lo cual no se si es bueno o malo, cuenta con algunos momentos bien conseguidos y diálogos llenos de humor típico inglés. En definitiva, un coctel "God save the Queen" sin más `pretensión que la de entretener, cosa que creo que acaba consiguiendo.
FATHER CAPRIO
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8
6 de noviembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de mi curiosidad cinéfila y cultural, mis aproximaciones al cine asiático son menos frecuentes de lo que desearía. En esta ocasión, la elección de la película, como casi siempre aleatoria, ha significado un tiro al blanco con la precisión del ojo de halcón. Como en Bienvenido Mr. Marshall les debo una explicación y voy a dársela: En Mayo 2014, en otra de mis escasísimas incursiones en el cine chino comenté en mi propio blog "Con el cine en los talones" la excelente película "The goddess" dirigida por Wu Yonggang y protagonizada por la excelente actriz Ruan Lingyu. En mi crítica hablaba del trágico final de la actriz y de su similitud con el de una de sus ultimas películas: "Nuevas mujeres". Hoy, más de seis años después, una figurada ruleta se ha acabado deteniendo sobre ésta última, entre una numerosísima variedad de posibilidades. Y aún más sorprendente es el hecho de que, con las dificultades que tenemos los occidentales para identificar los rasgos orientales, desde el primer momento la Ruan Lingyu de "Nuevas mujeres" traía a mi recuerdo la de "The Goddess". Sin duda una casualidad pero estarán conmigo en que tiene su punto "cuarto milenista".

Ambos films suponen una crítica mirada al lugar de la mujer en la sociedad china de principios del siglo XX. The goddess lo hace desde una óptica más centrada en la prostitución, entendida como el único camino donde la mujer puede hallar su propia supervivencia. "Nuevas mujeres" parece ofrecernos una visión más amplia, con las mujeres tratando de incorporarse a otros sectores sociales, la educación o la literatura entre ellos, ante el rechazo de una sociedad de reglas masculinas que relega a las mujeres a los mismos papeles tradicionales de siempre, léase concubinato, esclavitud y similares. Algunas frases son suficientemente explícitas de lo dicho: "Matrimonio, ¿Qué me puede dar el matrimonio?. Compañía para la vida ¡También podría llamarse esclavitud para la vida!" o ésta otra: "¿Quieres que me venda? ¡Solo las esclavas venden su cuerpo! a lo que la "madame" replica "Tienes razón. Pero si las mujeres queremos ganar un poco de dinero en un mundo como éste ¿Qué otro camino nos queda?" Un desolador panorama para cualquier mujer y especialmente duro cuando como es el caso de nuestra protagonista se tienen inquietudes artísticas y únicamente el editor acepta publicar su libro tras conocer que se trata de una mujer joven y atractiva.

Sería un error calificar el film de melodramático. Estamos ante un drama con mayúsculas y donde la música la ponen las lágrimas de rabia e impotencia goteando sobre una taza de te. El drama, además, no está en el cine sino en la vida y en una sociedad injusta que antepone sus rastreros propósitos a la misma existencia de las personas. Y da igual que sea la sociedad que sea, la oriental o la occidental, el este o el oeste, la tradición o la modernidad. El cine, como en este caso, es un espejo donde se refleja la vida o algo que las mujeres llamaban vida allá por el 34 en la China de Confucio. Por ello, aunque nos impacte, entendemos que lejos de los focos, las bambalinas y las candilejas la propia Ruan Lingyu a sus 24 años no distinguiera la podredumbre del celuloide de la existente en la realidad y al final, de tanto repetir "¡Quiero vivir!" acabaran flaqueándole las fuerzas.

El cine, como escuela de la vida, tiene asignaturas opcionales y obligatorias. Y esta es absolutamente obligatoria para pasar curso y acabar graduándonos.
FATHER CAPRIO
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