Dejando a un lado el niño con deformidades, no deja de ser la, más que típica, película americana fácil. Actores conocidos para atraer al público, canciones alegres para provocar la sonrisa fácil y juego de tópicos.

Una película que consigue que no se utilice una sola neurona de más, no esperas finales enrevesados y giros de argumento, es lo de siempre pero maquillado como Lady Gaga (Mother Monster).

Los actores hace muy bien su papel, pero es que este papel no es bueno.

Algo que por lo general es un error, el extender la duración de cada plano más de lo necesario, resulta en esta película su mayor acierto. Esto da una gran profundidad a las actuaciones, haciendo que conectes con los sentimientos de los personajes, adentrándote en la historia. Me recuerda al cine de antaño.

La actuación lo dice todo, hasta el punto que los diálogos comienzan a sobrar. Algunas de las escenas son de una delicadeza etérea, en estas, las conversaciones estorban.

Es una bonita historia de amor, pero aún más es un canto a la libre sexualidad y la aceptación de la diversidad.

No es una película para ver sin ganas, si queréis verla hacedlo bien.

Los efectos de sonido son impresionantes, al igual que la fotografía, pero el argumento se vuelve débil e insulso. Decir que está basada en hechos reales sería ser demasiado generosos, no es más que el esperado romaticismo bélico y ensalzamiento del sentimiento nacionalista.

Para los fans de One Direction diré que solo reconocí a Harry Styles cuando ví su nombre en los títulos de crédito.

Nunca he sido un entusiasta de Guillermo del Toro, quizás por eso no sea tan objetivo.

La película está muy bien grabada, pero la trama se vuelve más y más absurda por minutos y tristemente predecible.

Solo la recomendaría para los verdaderos entusiastas de este director, el resto quizás debería buscar otra pelicula más realista o, por lo menos, coherente, como Crepusculo.

Quien espere una película histórica, que salga corriendo ahora mismo.
Quien espere una película de fantasía, que busque una mejor (las hay y no hace falta buscar mucho).
Quien espere solo pasar el rato, está en el lugar adecuado.

Guy Ritchie ha dado su toque especial a una historia que ya otros habían quemado antes. Buenas actuaciones, buena fotografía e interesante argumento.

Adecuada para ver una tarde de domingo con una leve resaca mientras te inflas a Aquarius y patatas fritas del McDonalds.