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Críticas de Isaac Paskual
Críticas 1 682
Críticas ordenadas por utilidad
5
24 de junio de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mike Mendez salta de la serie Z a la serie B transformando a Dolph Lundgren en un socarrón Van Helsing caza demonios en "Cazador de demonios", un film con muchas dudas en cuanto a tono y estilo que acaba pareciendo más un capítulo alargado de "Sobrenatural" que otra cosa.
No es "Cazador de demonios" la primera ocasión en que Dolph Lundgren se pone al frente de un actioner de terror con vocación serie B, ya lo hizo en la tremendamente decepcionante "La batalla de los malditos" (Christopher Hatton, 2013). Una posapocalíptica triple amenaza Lundgren Vs. Robots Vs. Zombies. Y aunque esta cinta de Mike Mendez dista mucho de ser redonda, incluso dentro de su condición, se aprecia esa necesaria mejoría respecto de aquella que hace que apetezca seguir viendo a Lundgren luchar contra lo sobrenatural.
En "Cazador de demonios" el actor sueco se disfraza de una especie de socarrón Van Helsing caza demonios para liquidar un ente maldito que amenaza la tranquilidad de un pequeño pueblo. Todo ello en un splatter con claro esquema de zombie movie.
El mayor punto flaco de "Cazador de demonios" viene dado por las dudas de Mike Mendez para escoger tono y estilo. La acción derivada del actor protagonista escogido, el horror derivado de la premisa y la comedia derivada del pasado del realizador nunca acaban de abrazarse. La película quiere ser una fusión de todas, pero al final no acaba siendo ninguna.
También he de admitir que en la premisa de "Cazador de demonios" hay más jugo del que promete su armazón, aunque luego Mike Mendez nunca lo aprovecha del todo más allá de alguna escena puntual.
En definitiva, da para echar el rato "Cazador de demonios". Hasta se la puede recordar con cariño, mira tú.
Isaac Paskual
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5
31 de julio de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Cari, tengo antojo de blockbuster catastrófico…
- ¡Vale! Ahora bajo al chino a ver que encuentro.
Y lo que encontró fue “The wandering Earth”, junto a las fundas de móvil y los matamoscas.
Creo que aquí debería acabar esta review por dos motivos. Primero, creo que no se puede resumir en menos espacio la esencia de “The wandering Earth”. Segundo, cerraría la review por todo lo alto. Pero se que mis incondicionales queréis un poco más de materia, así que desoyendo a mi cerebro escribiré algún párrafo más.
“The wandering Earth” ha sido etiquetada como el primer gran blockbuster sci-fi del cine chino. Cosa que no voy a discutir puesto que de cine chino voy bastante cojo. En verdad la cinta de Frant Gwo es la versión china de ese cine de catástrofes a gran escala made in Roland Emmerich o Wolfgang Petersen. Lo digo por si no les había quedado claro a que se referían los entendidos con la etiqueta esa de gran blockbuster sci-fi, no vaya a ser que estuvieran pensando más en un Christopher Nolan o en un Neill Blomkamp.
El Sol está empezando a perder su energía, convirtiendo La Tierra en un planeta inhabitable. La población ha tenido que recluirse en ciudades subterráneas como método de subsistencia. Pero no sirve de nada, hace falta un plan de choque. Y que mejor idea que convertir La Tierra en una gigantesca nave espacial (literalmente) para huir del sol en busca de otro sistema solar que nos reciba con amor. En ese desplazamiento, nuestro planeta pasa demasiado cerca de Júpiter, lo que desencadena enormes terremotos que… Bueno, casi mejor paro aquí porque es posible que, si siguen con la mandíbula desencajada, alguna mosca se les meta en la boca. Queda patente que la semilla Roland Emmerich enraizó bien en China.
A partir de lo anterior “The wandering Earth” es la hipérbole continuada que imaginan. Clichés andantes sin fondo, las clásicas heroicidades de manual, escenas espectaculares para lucimiento de la pirotecnia visual, caos ordenado, etc. Todo puro Roland Emmerich pero sin el carisma y el dominio de este.
“The wandering Earth”, distribuida internacionalmente por Netflix, resulta entretenida pero poco más. Tampoco hay ningún actor que llame la atención especialmente, o alguna linea de guion que destaque por encima de las demás, o alguna escena que pase a la historia como highlight… Vamos, todo correcto pero sin sobresalir.
Isaac Paskual
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6
10 de junio de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero de todo, bravo Brie Larson por tener los ovarios para debutar en la realización con esta bizarrada llamada “Tienda de unicornios”. Luego la película podrá gustar más o menos, tendrá tal fallo o tal acierto, y se le podrá achacar lo que ha tardado en merecer distribución. Sí, todo lo que queráis. Pero pudiendo haber debutado con una historia más genérica y menos arriesgada, que Larson haya escogido esta pequeña locura me parece digno de aplauso. ¡Viva el valor!
“Tienda de unicornios” nos narra la historia de Kit, una casi treintañera que ve como su sueño de juventud de ser artista se trunca. Ahora no le queda otra que terminar volviendo a casa de sus padres, y sin un futuro claro en el horizonte. Kit se debate entre mantenerse en sus trece a cambio de disgustar a sus progenitores, o hacer lo que ellos quieren únicamente para complacerles. A partir de aquí Brie Larson arma el film como una especie de onírico y fantasioso tratado sobre ese animal mitológico llamado madurez.
“Tienda de unicornios” es de esas películas de dejarse llevar sin miramientos. Si entras en ella de buenas a primeras, perfecto. Ahora bien, como no entres, ya no hay posibilidad de arreglo. Su tono, por momentos infantil, derivado de la forma de ser de su protagonista y de su inmadurez, será el mayor obstáculo que esgriman todos los que no entren en el film. Para mi no fue un problema, pero entiendo a quienes lo vean como tal. Si te dejas llevar hay momentos de absoluto éxtasis bizarro. La presentación de la aspiradora es gloriosamente demencial, en el buen sentido. O algunas lineas de dialogo de Samuel L. Jackson, dulzonas frases que jamas imaginaríamos ver salir por su boca, más acostumbrada al ´motherfucker´ de turno.
Aunque al final si es cierto que todo el producto puede resultar demasiado derroche para un mensaje final tan sencillo y manido. Eso no lo niego.
Visualmente Brie Larson también se ha arriesgado bastante con la propuesta, aunque al final puede que ese exceso le haya terminado dominando a ella, fruto de su evidente inexperiencia. Este film con un Wes Anderson a los mandos habría sido bastante mejor, eso es indudable. Esos joviales juegos de luces, esos decorados coloridos y llamativos, esos estilismos chillones… En fin, bravo Brie Larson, aunque la bestia te haya terminado corneando ligeramente.
En resumidas cuentas, entren sin pudor en esta “Tienda de unicornios” que propone Brie Larson. Ella la montó también sin pudor.
Isaac Paskual
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7
6 de junio de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy recomendable este documental llamado "The Barkley Marathons (The race that eats its young)", que habita por Netflix a la espera de ser descubierto. Yo lo hice fruto de un reportaje que leí sobre esta carrera en una revista de estas dominicales que dan con el periódico.
"The Barkley Marathons (The race that eats its young)" versa, como su propio nombre indica, sobre la Barkley Marathons, una de las pruebas deportivas más infernales, si no la que más, del mundo conocido, que tiene lugar en Tennessee. Una ultramaratón con un recorrido de 20 millas que has de recorrer cinco veces. Las dos primeras se corren en el sentido de las agujas del reloj, las dos siguientes en el opuesto, y la última el primero en llegar elige sentido y el siguiente va por consiguiente en el opuesto, y así sucesivamente todos los participantes que queden. En total son 100 millas, algo así como 161 kilómetros, a recorrer en un tiempo máximo de 60 horas. Y todo ello sin mencionar el tremebundo desnivel del terreno, comparable casi a subir y bajar el Everest dos veces. Y ya no hablemos de la dificultad del contorno, plagado de peligros. A todo ello el recorrido en ningún momento está señalizado, al principio de la prueba se entrega un único mapa en el que se señalizan determinados puntos clave del trazado por los que todo participante ha de pasar si o si, y lo que suceda de ahí en adelante es cosa de cada uno. En definitiva, escribir todo lo anterior ya me ha dado pavor, así que ni se imaginan lo que me produce el pensar en hacerlo.
"The Barkley Marathons (The race that eats its young)" nos muestra una prueba deportiva que roza lo imposible, vista y (casi) vivida desde dentro. Técnicamente el documental no será un prodigio, que no lo es, pero la prueba es tan singular que hace que el producto te atrape al tiempo que idolatras a seres humanos a los que sabes que nunca alcanzaras. En el fondo es una excelente cura de humildad para esos runners con ínfulas, que los hay. Por no decir que el trabajo rebosa superación.
En definitiva, no siendo yo muy dado al documental, la verdad es que "The Barkley Marathons (The race that eats its young)" me ha gustado bastante. Obviamente no es de Oscar, pero merece la pena.
Isaac Paskual
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7
9 de junio de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay un virus que ha asolado el universo del séptimo arte durante los últimos años es el del remake, virus que deja más patente que nunca la tremenda falta de ideas que asola a gran parte de la industria del cine. Cuando supimos que la famosa e imprescindible cinta coreana “Oldboy” (Park Chan-wook, 2003) estaba incubando el virus del remake, muchos nos llevamos las manos a la cabeza, pero por fortuna pusieron en la silla del director a Spike Lee, un tipo que ha actuado como estupendo analgésico para contrarrestar gran parte de los efectos secundarios del virus en cuestión. El resultado final es “Oldboy (2013)”, un remake que si bien nunca podrá alcanzar al original, sí que por lo menos es: contundente, carismática, y ni mucho menos mancilla el honor de la cinta coreana.
“Oldboy (2013)” parte de la misma premisa que el film de Park Chan-wook, poniéndonos en la piel de un ejecutivo que misteriosamente es secuestrado y encerrado en una pequeña estancia durante veinte años (vale, en la original eran algunos menos) sin recibir ninguna explicación de por qué esta ahí. Spike Lee coge esa premisa y la reformula adaptándola a la historia americana de las últimas dos decadas, reflejándose a la perfección en la gran y solida interpretación de Josh Brolin.
“Oldboy (2013)” es de esos thrillers que mantienen al espectador en un continuo mar de dudas, las cuales no se resuelven hasta prácticamente el final. Luego ya, el hecho de que la resolución al misterio satisfaga más o menos a cada espectador, depende ya de cada uno; admito que la trama maneja tantos hilos que es muy complejo llegar al cien por cien de satisfacción, a poco que rebusques entre sus recovecos encuentras tenues agujeros de guion.
Visualmente en todo momento sale a relucir la tremenda personalidad de Spike Lee. La fotografía, los movimientos de cámara, el uso de los planos secuencia, la sobria y perturbadora puesta en escena, la banda sonora de Roque Baños... En definitiva, todo se une para darle cuerpo y consistencia a un producto que de otra manera seguramente no lo habría tenido.
En resumidas cuentas, “Oldboy (2013)” es un carismático y salvable remake que seguramente resulte innecesario, pero por lo menos deja buen sabor de boca y ganas de revisionar la original o bien de verla por primera vez.
Isaac Paskual
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