Aunque no llega a ser en ningún momento una obra maestra, esta cinta es uno de los mejores dramas que ha visto, pues además de tratar un tema controvertido y candente ( sida y homosexualidad) está aderezado con un magnífico juicio bien representado, en el que brilla Tom Hanks. Los norteamericanos suelen mostrar gran pericia a la hora de rodar filmes de juicios. Y este caso es uno de ellos. Es superior a otras peli al uso y su final es tremendamente conmovedor. El propio drama es el que sostiene la historia sin necesidad de efectismos u ostentaciones. Lo que le resta algo de credibilidad es que a veces peca de simplista pues el mensaje resulta demasiado evidente. Por lo demás, muy buena.

La descubrí por casualidad, la compré para usarla con mis alumnos. Y cuando la vi me sorprendió, y me di cuenta de lo compleja e interesante que era su estructura narrativa. Tiene a su favor un magnífico guión y lo intrigante de su trama. Es seguramente uno de los guiones más complejos y elaborados del cine actual. Te va dando las piezas del rompecabezas hasta que al final todo cuadra, pero sin caer el manido recurso de las historias paralelas. No es apta para espectadores perezosos. Es un tipo de cinta que requiere un cierto esfuerzo por parte del que la ve. Las interpretaciones son muy convincentes y George Clooney está sorprendente bien sin caer en la pedantería habitual de otras interpretaciones suyas. Además de todo, aporta una reflexión sobre la ética del poder sin derivar hacia el maniqueísmo que tanto gusta al publico en general. La reflexión está en los hechos que expone.

Verla en inglés es una gozada.

Una película que causa desazón y es a ratos espeluznante. Si lo que buscaba el director es
inquietar, lo consigue, pero el problema es que es absolutamente tramposa. Sin solución de continuidad se lleva al espectador del cine policíaco hasta el género de suspense-terror. Sin contar con el continuo efectismo del que se hace gala en muchas escenas. Los actores están correctos pero esa no es la cuestión. En cuanto a la estilo narrativo, consigue captar al atención del espectador.

No acabo de entender la admiración que suscita esta película entre crítica y público. Pasa algo parecido con las películas de Woody Allen: nadie se atreve a criticarlas para no ser tachado de inculto. No hay duda de que Riddley Scot es un magnífico director, pero le traiciona su predilección ( o más bien obsesión) por crear atmósferas intensas y su furor esteticista le lleva a eclipsar el contenido narrativo. El filme resulta aburrido hasta decir basta, y lo que es peor, no logra mantener el suspense ( algo que si logra el director en Alien). El gran acierto de la cinta está en su final, que se encuentra entre los más memorables de la historia del cine y que es lo que salva la película. En resumen, demasiado envoltorio para una historia tan simple.

La llamada edad de oro de la televisión es una patraña muy del gusto de opinadores de cine y televisión de los grandes medios. Cuando los supuestos expertos comparan cine con tv es que algo no anda bien. Las cadenas de pago como la HBO y otras más, has sido listos al copiar la estética cinematográfica y llevarla a la pequeña pantalla. Con ello la calidad técnica de las series ha mejorado ostensiblemente.
Pero a las series de prestigio se les ha olvidado la importancia de crear personajes complejos y contradictorios que vayan más allá de los esterotipos o de los protagonistas desquiciados que pueblan las series hoy día.
Gipsy logra esa complejidad psicológica y explora las fantasías y deseos latentes en los seres humanos.
La serie es verdaderamente adictiva si uno se deja llevar por su ritmo pausado y no se frustra con demasiadas expectativas.