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Críticas de Ghibliano
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Críticas 336
Críticas ordenadas por utilidad
Hasta los huesos (C)
CortometrajeAnimación
México2001
6,4
773
Animación
8
7 de marzo de 2019
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El multipremiado "Hasta los huesos" es el segundo cortometraje del mexicano René Castillo. A simple vista, su premisa parece la de una historia clásica de puro terror psicológico. Ésta da comienzo cuando un hombre está siendo enterrado y, ya en el ataúd, recupera la consciencia. Aunque de poco sirven sus golpes y gritos de ayuda: nadie le escucha y, antes de que pueda hacer nada más, acaba cayendo al mundo de los muertos, rodeado de esqueletos que danzan y beben sin parar mientras nuestro protagonista trata de encontrar una forma de salir de ahí.

Pero a medida que avanzamos y el protagonista se hace más consciente de la realidad de su situación, el terror da paso a la resignación, la resignación a la aceptación, y la aceptación al gozo. Es ésta, por tanto, una historia sobre la aceptación de la muerte por parte de un alma que se autoengaña creyendo que sigue viva y que no pertenece a ese mundo. Así es como esta narración adquiere un componente de exploración existencial, culminando en una hermosa catarsis final por la que merece la pena todo lo mostrado anteriormente.

No hay que llevarse a engaño, en cualquier caso. El que nos ocupa es un cuento divertido y ligero, más una visión lúdica del tema que un comentario en profundidad sobre sus dilemas existenciales. Y, por encima de todo, su valor como narración es el de reflejar una relación cultural con la muerte que a quienes no estamos familiarizados con el folklore mexicano nos puede resultar muy llamativa. Una visión de la muerte como un escenario y transición inevitables, pero que lejos del horror y la angustia tiene mucho de celebración y, al fin y al cabo, paradójicamente, de vida. Es esta sensación de estar en un entorno amigable, lleno de vitalidad a pesar de estar rodeado de cadáveres, lo que puede llegar a chocar de esta historia.

En cualquier caso, esta interesantísima descripción y la deriva narrativa que toma tal vez no supondrían más que una anécdota curiosa, de no ser por la excelente ejecución de la idea. Con un ritmo en el desarrollo de los acontecimientos que parece ser una extensión del estado mental del protagonista, y con una música ágil hasta llegar a la larga y arrebatadora secuencia final en la que la catrina canta “La llorona” y todo parece congelarse en el tiempo, es sin embargo la animación lo que hace de este cortometraje la obra tan memorable que puede llegar a ser. El dominio de la animación por plastilina es ciertamente asombroso, dando expresividad a muñecos sin rostro, reflejando de maravilla la tensión y el terror en la cara de nuestro protagonista, y jugando con habilidad con el montaje y la perspectiva. La recreación visual al completo, en sus colores, movimientos y expresiones faciales, le da una estética única y es sin duda lo más digno de aplauso de este corto.

Es posible que "Hasta los huesos" no sea un cortometraje de hondas reflexiones y profundidad discursiva, y desde luego no esconde una simbología intrincada ni una gran cantidad de interpretaciones, pero como acercamiento a una construcción cultural que me es ajena es poco menos que impresionante, y en su sencillez y falta de intenciones de ofrecer algo sumamente complejo demuestra unos méritos fuera de toda duda, con una estética que cala y, en conjunto, una experiencia fascinante en su habilidad para aprovechar y sacar ventaja del potencial expresivo del medio.

Texto escrito para Cine Maldito.
Ghibliano
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Willy, el gorrión
Hungría1989
--
Animación
6
7 de marzo de 2019
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"Willy, el gorrión" es el segundo largometraje como director del húngaro József Gémes. En esta ocasión la película cuenta una historia sencilla y moralista para niños en la que nos metemos en la piel de Vili, un niño muy gamberro que, tras disparar a unos gorriones, es reprendido y convertido en gorrión por un hada. En esa situación deberá aprender a vivir su nueva vida mientras ésta busca la forma de revertir el hechizo. Por supuesto, las cosas no resultarán tan fáciles cuando su gata Cili, harta de sus travesuras, vea en esto una oportunidad de vengarse de él.

Alejada del estilo llamativo e idiosincrático de la que es tal vez la animación húngara más conocida (las obras de Marcell Jankovics), la estética y narrativa de esta cinta son sorprendentemente muy asimilables a un cuento de Disney. Sin la calidad técnica que puede llegar a alcanzar este estudio, está sin embargo razonablemente lograda, con un coloreado sobrio pero consistente, y una animación sin grandes alardes pero funcional y cumplidora. Nada especial puede decirse del trabajo visual del filme más allá de que está a la altura de las circunstancias, ni más ni menos, pero desde el principio su solidez es encomiable.

A nivel narrativo puede resultar algo chocante el ritmo bastante tranquilo que se gasta la película. Ocurren relativamente pocos eventos y en cierto modo gran parte de la misma tiene un componente de observación, que cuadra con el proceso de aprendizaje y generación de empatía que poco a poco va desarrollando Vili. Es cierto que hay un elemento de amenaza constante, pero incluso éste no parece demasiado invasivo y hay tiempos largos de pausa sin sensación de peligro. En cualquier caso, el ritmo no llega a decaer y de eso se encarga una interacción muy simpática de personajes, con momentos de humor bastante eficaces (en especial un gag recurrente sobre las discusiones de los gorriones), y el inserto de unas pocas canciones que resultan memorables. Llama la atención por otro lado la aparición de algunos elementos muy oscuros en la trama. Desde el protagonista manejando una escopeta al principio de la película a la maldad sádica de Cili, incluso en un momento dado uno de los personajes es atropellado en una secuencia algo más impactante de lo esperable.

Sin embargo, por donde esta obra hace aguas, y no precisamente como un fallo menor, es en el guión. Una cosa es que sea capaz de evocar esa atmósfera de fábula infantil y tenga ese atractivo nostálgico para los adultos, que lo tiene, y otra muy distinta y en la que lamentablemente se le notan mucho las costuras es la historia. En particular, si nos paramos a analizar la psicología de Vili, encontramos puntos en la trama en los que resulta difícil entender sus motivaciones o en qué momento exacto de su desarrollo se encuentra. Y estamos hablando del protagonista; si nos ponemos a analizar a un secundario que no tiene su nivel de enfoque esto todavía se nota más. En este sentido además surge otro problema y es el de los giros argumentales, que implican a personajes cambiando su forma de comportarse o relacionarse ante su entorno de forma brusca, o eventos que suceden de manera poco clara. En general, para una cinta de este calibre y con su buen hacer general, el nivel de la narración es inexplicablemente flojo, casi como si se estuviera desatendiendo voluntariamente este aspecto crucial. Por supuesto, al final del todo queda claro para qué ha servido este proceso y la moraleja se transmite bien, pero sospecho que es más por lo sencillo y esquemático de la misma que un mérito del guión.

Y es una pena porque no hablamos precisamente de una mala película, es más, lo que tenemos en "Willy, el gorrión" es una obra con potencial para convertirse en un clásico e icono infantil de bastante calado, con un encanto fuera de toda duda que incluso con sus carencias graves es más que patente. Pero especialmente hacia el final de la cinta esta sensación tan positiva queda en entredicho cuando la falta de un guión realmente sólido y consecuente se carga la construcción emocional de los eventos, dejando un regusto agridulce tras la experiencia que impide la consolidación de este cuento en la memoria.

Texto escrito para www.cinemaldito.com.
Ghibliano
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7
17 de enero de 2017
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La enigmática figura de Mario de Marcella, un ermitaño que vivió durante más de 60 años en una cueva situada en un bosque a las afueras de Roma, es el eje central de "Il Solengo". Codirigido por los italianos Alessio Rigo de Righi y Matteo Zoppis en su tercera colaboración, este documental, proyectado dentro de la Sección Oficial del VI Festival Márgenes y galardonado con el premio de la crítica, es el primer largometraje de ambos y está estructurado como una sucesión de entrevistas a un grupo de ancianos cazadores reunidos en una cabaña para hablar de Mario y de sus experiencias directas o indirectas con él.

Una puesta en escena austera, que transmite un ambiente intimista muy logrado, y una narración estrictamente enfocada en los testimonios de los entrevistados son las dos principales características en la ejecución de este documental que ofrece una perspectiva única de la vida y las convenciones sociales en un entorno rural, de la mano de un personaje que vivió desafiándolas, enfrentándose a la sociedad y refugiándose en una existencia solitaria. Los ancianos que nos descubren su historia carecen obviamente de su perspectiva; por ello lo describen como una figura alejada de su comprensión, pero al mismo tiempo, con un respeto y una emoción nostálgica que quedan fuera de toda duda.

En realidad, bien podría decirse que "Il Solengo" no pretende en ningún momento resolver el misterio de Mario de Marcella. Aún más, que esto no es más que la excusa, la base narrativa a través de la cual surge la verdadera intención de la película: hablar de la memoria colectiva, de cómo se percibió la existencia de una persona desde el punto de vista de unos terceros. El hecho de confiar en sus versiones, de hecho, mata cualquier posible intención de verosimilitud del relato. Si tratamos de hilar una narración concreta a través de la información proporcionada por los entrevistados, nos encontraremos con versiones que se contradicen, sucesos inventados que se mezclan con otros que parecen plausibles; en resumen, una mezcla heterogénea de realidad y fantasía en la que apenas podemos saber qué hay de cierto y qué no, generando un puzzle en el que las piezas no encajan de ninguna manera. No disponemos de más pistas, no sabemos de quién fiarnos y de quién no, ya que el documental prescinde de cualquier tipo de registro objetivo de los hechos.

"Il Solengo" parte pues de una premisa bastante llamativa para una obra documental: la veracidad en el relato es completamente prescindible. Los directores no buscan contrastar la información que obtienen, se limitan a recopilarla y mostrarla tal cual, sin preocuparse siquiera por seguir un orden concreto o esclarecer una línea narrativa. A pesar de girar en torno a la figura del ermitaño y de dedicarse por completo a indagar sobre ella, en ningún momento pretende ser una labor de investigación exhaustiva que nos resuelva la duda planteada al inicio. Cuando termina el filme, de hecho, la duda sigue ahí, acompañada de un puñado de datos subjetivos y difíciles de interpretar en conjunto, para tratar de construir una respuesta satisfactoria poco menos que inalcanzable.

Al fin y al cabo, la propuesta de Righi y Zoppis no es sino una labor puramente introspectiva disfrazada de reconstrucción de un evento histórico, que a través de los recuerdos verbalizados por los entrevistados incide en sus propios valores y códigos, regodeándose en su subjetividad y dando importancia no al hecho en sí sino a la perspectiva, en un relato que resulta tan ambiguo y lleno de equívocos como en cierto modo fascinante, que te invita a entrar en su juego plagado de un lirismo nostálgico y contagiado del mismo halo de misterio que plantea a lo largo de su narración, para ofrecer un resultado como poco cautivador en el que la falta de respuestas claras se compensa con una representación muy emotiva y elocuente de la huella que dejó esta historia en aquellos que la vivieron.

Texto escrito para www.cinemaldito.com
Ghibliano
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6
17 de enero de 2017
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Si bien no fue la primera película producida en el seno de Hollywood que alertaba sobre el peligro nazi y alentaba a la lucha, las circunstancias históricas fueron especialmente favorecedoras a "A través de la noche", el largometraje de Vincent Sherman estrenado por primera vez apenas cinco días antes de los ataques de Pearl Harbor que marcaron la entrada oficial de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Su argumento es una mezcla entre el suspense en torno a una organización secreta y la farsa con intención humorística que aparece con frecuencia para relajar la gravedad de los acontecimientos, contando para ello con un nada desdeñable reparto, encabezado por un Humphrey Bogart en pleno auge de su carrera, y Conrad Veidt como principal antagonista en un esquema que recuerda a la posterior "Casablanca".

Aunque ciertamente ágil y moviéndose bien en las transiciones entre la seriedad y la comedia, la cinta no alcanza en ningún momento un nivel excesivamente elaborado, conformando un producto del montón con destellos principalmente a nivel interpretativo. No hay duda de que donde mejor y más cómoda se siente esta película es en su enfoque más serio, tratando de desvelar un misterio que se presenta de una forma bastante sugerente y copando las mejores escenas de la cinta, entre las que se encuentra la agobiante secuencia de la pelea en un ascensor que no deja de subir y bajar.

Lamentablemente no puede decirse lo mismo de la comedia, que a pesar de estar presente desde un principio termina por imponerse sólo una vez las cartas han sido desveladas, caricaturizando al extremo a unos villanos que terminan por perder la gravedad y sensación de amenaza que representaban. Este efecto está claramente buscado, desde luego, y aporta una ligereza bastante simpática, sin embargo el humor en sí es muy mediocre. En sus momentos de mayor lucidez apenas logra arrancar alguna sonrisa, y en ocasiones se hace incluso incómoda de ver, con chistes que llegan a caer en ramalazos racistas y sexistas muy casposos. No hay duda de que el paso del tiempo ha hecho daño principalmente a esta vertiente de la cinta. Con todo, tampoco puede negarse su utilidad ayudando a imprimir un ritmo alocado que en ciertos instantes se agradece bastante.

Pero lo que más daña al filme es su vertiente discursiva. De una historia narrada con el esquema de ésta se espera un contenido propagandístico nada disimulado, con los nazis siendo retratados como fanáticos y malos malísimos y con los valores democráticos de la sociedad estadounidense siendo ensalzados a cualquier oportunidad. Esto, desde luego, no es en sí un problema, pero se convierte en uno debido a su ejecución sumamente torpe, que en vez de reflejar contundencia y credibilidad le imprime un tono que de ingenuo y bobo resulta directamente sonrojante, con unos discursos metidos con calzador en la estructura narrativa y de los que fácilmente se podría haber prescindido sin que el mensaje se resintiese ni un ápice. Desde luego, eran tiempos propicios y en un escenario de guerra que se erigía como amenaza global tal vez su mensaje pudiese calar mucho más en la audiencia, pero estos discursos obvios y edulcorados al extremo resultan bastante difíciles de soportar fuera de contexto.

Al final, donde más destaca "A través de la noche", o por lo menos donde lo hace con más regularidad, es sin duda en las actuaciones. Bogart se siente muy cómodo con el papel protagonista de pendenciero metido a héroe por accidente para demostrar su inocencia, y el resto no le van a la zaga: Kaaren Verne, que resuelve sin problemas su rol como acompañante/coprotagonista femenino y aporta un buen toque de misterio y ambigüedad a su personaje; Peter Lorre, que en sus apariciones aisladas se convierte probablemente en lo más memorable de la cinta; o Conrad Veidt en un personaje que no le hace lucir demasiado pero que resuelve con suficiencia.

Una mezcla de géneros combinada con cierta habilidad, una primera mitad que explota de maneras muy sugerentes sus elementos noir y unas interpretaciones más que decentes son por tanto los principales puntos a favor de una cinta por otro lado irregular, en sus peores momentos bochornosa y en general tan entretenida como olvidable, claramente hija de su tiempo y probablemente sin mayor pretensión que la de contribuir al escenario propagandístico utilizando el gancho de la ficción para posicionar al espectador en la víspera de la entrada en el conflicto bélico.

Texto escrito para www.cinemaldito.com
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El cuento de Juan
Checoslovaquia1980
7,0
34
Animación
6
25 de noviembre de 2016
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"The Tale of John and Mary" ("Pohádka o Honzíkovi a Marence") es el último largometraje creado por el reputado animador checo Karel Zeman. Se trata de una narración original inspirada en cuentos populares checos, que presenta una historia sencilla en la que el protagonista Honzík es un joven que sigue los consejos de tres gnomos guardianes, uno de los cuales representa la bondad, otro la maldad y un tercero que no parece encajar con ninguno de los dos anteriores. Junto a ellos descubrirá el amor y se enfrentará a un caballero cobarde obsesionado con limpiar su nombre.

Resaltando desde un principio el trasfondo humilde de su protagonista, en una memorable introducción muy al estilo de los clásicos de Disney en la que se evoca su historia al margen de los escritos de los grandes cronistas, la película está imbuida en todo momento del encanto y el descubrimiento de un cuento de hadas en el que la sencillez y la cercanía se alzan como los puntos de mayor atractivo. El resultado, desde luego, está a la altura, logrando transmitir una sensación de complicidad infantil en la que la cadencia de la estupenda narración en off de Otakar Brousek tiene mucho que ver, aunque no hay que desmerecer desde luego el trabajo intachable del resto de actores que ponen voz a los personajes de este cuento.

Para la representación visual Zeman elige un estilo de animación principalmente basado en recortes. Este estilo, que genera imágenes planas y con escasa sensación de movimiento debido a que sólo pueden moverse desde un ángulo, combina sorprendentemente bien con la temática y le da una estética que por momentos resulta fascinante, aunque probablemente si, como en mi caso, la experiencia con este formato de animación es escasa, en los primeros minutos llegue a distraer bastante e incluso cueste terminar de verle todo el atractivo y el potencial que tiene. Por suerte, a medida que avanza la cinta y se profundiza más en ello las sensaciones inevitablemente desaparecen ante esta representación única y ciertamente muy conseguida de la atmósfera del cuento.

El aporte musical de Karel Svoboda es sin duda memorable y contiene algunas piezas preciosas, en especial las melodías que suenan a través de la flauta de Honzík. Sin embargo, éste es probablemente el aspecto que se nota menos pulido de la película, por el sencillo motivo de que en demasiadas ocasiones la música de fondo se nota demasiado disociada de las imágenes, con lo que tenemos una banda sonora preciosa pero que no termina de calzar con lo que se narra, dando una mezcla bastante menos eficaz de lo que pretende.

A nivel narrativo es desde luego conveniente recordar la pretensión de sencillez esquemática de la cinta, porque lo que nos vamos a encontrar en ella es una colección de personajes con roles prefijados y un desarrollo muy simple. Esto desde luego no supone ningún obstáculo ante una historia que pretende evocar la magia de un cuento de hadas para niños, con escasos, aunque los hay, guiños al público más adulto; guiños en su mayor parte humorísticos que, por cierto, son tan simpáticos y sorprendentes como algo fuera de lugar dentro de la estructura del filme, aunque en ningún momento llegan al extremo de resultar molestos o invasivos.

Con todo y a pesar de sus no poco destacables méritos como consecuencia de una ejecución experta y eficiente, "The Tale of John and Mary" no deja de ser poco más que un esfuerzo muy encomiable en un género que a través de las posibilidades expresivas y estéticas de la animación ha dado lugar a algunas grandes obras maestras. Es disfrutable, evocadora y por momentos fascina, pero todo ello sucede a un nivel inferior al de éstas, no despreciable desde luego, pero al fin y al cabo menor.


Texto escrito para www.cinemaldito.com
Ghibliano
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