Película intersante ambientada en una cárcel turca, donde se cometen todo tipo de delitos contra los derechos humanos. Dado que se filmó en el año 1978, supuso una revolución en el género de películas carcelarias, ya que no había muchas obras que tratasen ese tema.

Quizás reste "simpatía" hacia la película el hecho de que el autor de la novela autobiográfica, William Heyss, declaró recientemente que había magnificado los horrores que sufrió en la prisión otomana; y además el tiempo que estuvo recluído también lo había alargado a propósito en su obra.

Magnífico film; una de las sorpresas de la temporada. Inesperada, con giros imprevistos, buen ritmo, actuaciones muy correctas...

A lo largo de la película el director maneja muy bien los tiempos, desembocando en un final sensacional, como hacía mucho que no encontraba en un largometraje. Además, muy bien ambientada en la Viena clásica de principios de siglo pasado. Altamente recomendable para todos los públicos.

Si el espectador siente algún impulso de conocer qué vida inteligente habrá más allá de nuestro sistema solar, ha de ver este largometraje. Además es imprevisible, inteligente y emotiva. La película te seduce a partes iguales por sus devaneos científicos y sentimentales (la relación afectiva de una expléndida Josie Foster con su padre). Maravillosa.

Había leído opiniones de todos los críticos alabando la realización de esta película; sin embargo el público no dejaba de vilipendiarla y denostarla aduciendo falta de originalidad y de ritmo.

Por tanto afronté el visionado como un reto porque sabía que no me dejaría indiferente: ¿seguir fielmente los dictámenes de la manada del resto del público o, por el contrario, pasarme al "lado oscuro" de los Todopoderosos críticos cinematográficos profesionales?

Y, aún exigiéndole más que a cualquier otra película, he de concluir que me encantó... Te mantiene en tensión, el argumento te envuelve, los efectos especiales del monstruo son muy naturales... ¡Olé por el nuevo cine oriental que está irrumpiendo en la industria!

Sosa, plana y carente de hilo argumental que enganche. Ni conmueve ni emociona... Simplemente esperas a que algo cambie y que la película por fin despegue. Pero esperas... y esperas... y esperas... y nada pasa!

Lo mejor: Philip Seymour Hoffman en el papel de entrenador quemado.