Logré sentirme en la piel de Pi, como si la película lograra transmitir el dolor en todas sus partes físicas y emocionales. Eso en mí, es difícil de lograr.
Fue bastante estresante tener esta relación tan tensa al lado de este tigre de bengala.
Mi tranquilidad la tenía bastante frágil en contraste con los maravillosos escenarios de esta buena película.
No cabe duda que Ang Lee ha logrado uno de los filmes más destacados del año.

Un sabor de boca exquisito el que me quedó al ver el final de esta saga. El desarrollo fue trepidante, aún más ágil que la anterior, discrepo en las escenas finales con relación al libro, pero es verdad al afirmar lo bien, lo a gusto que quedó con esta obra cinematográfica concreta y emocionante en su final.
Final más que coherente a una saga que marco una generación completa de fanáticos en todo el mundo, tanto a sus lectores como a los que nunca tocaron un libro de J.K. Rowling.
Debo decir que tengo la esperanza que salga pronto otro libro, mostrando la vida de Harry Potter al servicio del ministerio de magia, en su vida adulta.

¿En que cabeza cabe un sicario de Dios?
Es un argumento absurdo y poco convincente.
No pasa de entretener a una sociedad contradictoria en sí misma.
La decadencia de la imaginación cinematográfica. Ni con los recursos que ofrece la producción del cine actual, se logra salir de la mediocridad inventiva que hay ahora mismo en Hollywood.

Prefiero esta a la almidonada romanticona y promueve vacías adolescentes que plantea Crepusculo, cuando ya parecía cansado de vampiros viene esta película y me gusta, tal vez por la crítica bien escondida del monopolio económico de los gobiernos que buscan beneficio a costa del bienestar del pueblo. Si, creo que fue eso y la desparramadora afluencia de sangre que venían en grandes cantidades industriales hacia los que solían ser víctimas de los vampiros.

Partamos del propio título de la película “Triple 9”, Triple nueve es un código de policía de Estados Unidos en el que se indica que uno de sus efectivos, ha sido herido gravemente, obligando que toda la fuerza policial se mueva en torno a ese suceso.
Es una película de corrupción policíaca, con una trama de las que me gusta ver.
La ambientación “Noir” es muy atrapante.
Me gusta como se desenvuelve el argumento a cada paso.
La historia no es tan enredada como de trama compleja, te logra enganchar y entretener mientras se teje el final que es predecible pero, me deja a gusto.
A lo mejor fue esa simplicidad de su guión que hizo que sabiendo, ya, que iba a pasar, tú mismo fueses construyendo esa historia predecible en tu mente.
Es cierto, que ese guión fácil no funciona para los que se dicen expertos en la materia pero, yo veo una historia cruda y sencilla a la vez, sin complicaciones para el espectador que puede apreciar en ella, el grado de corrupción que llega y afinca en todo tipo de institución.
Hablemos un poco de actuaciones individuales, Casey Affleck es el protagonista en un reparto muy destacado, Su actuación logró el objetivo que quería su director Jhon Hilcoat. Que me mantuviese preocupado al igual que Woody Harrelson, su tio en la cinta, de su bienestar en casi toda la película...nada más. Hablando de Woody Harrelson, en mi concepto, pienso que fue la actuación más creíble de toda la película, la más humana de un agente de policía perro viejo, que se las sabe todas y que también ha agarrado algún que otro vicio en años de profesión.
Anthony Mackie, si. El nuevo mejor amigo del capitán américa, el hizo un papel de agente corrupto más destacable que, el que hizo Gal Gadot, donde pensé, que como en la forma que anunciaban el reparto, pues la nueva Wonder Woman, pasaba sin pena ni gloria. Solo fue un enganche publicitario innecesario para la película. Por último y no extenderme más, Kate Winslet. Su papel de jefa de mafia rusa simplemente no llego a convencerme del todo.
En conclusión es una película que se deja ver, te entretiene de forma moderada y cambias un poco de género que algunos medios dicen ya comienza a saturar a la audiencia, con un producto como este, más acorde con la realidad.