El director italiano, Pietro Germi, logra con <<EL FERROVIARIO>>, otra de esas historias llamadas a dejar honda huella. Estamos de nuevo, ante una historia humana hasta la médula; interesada en la vida de la gente del común; y mostrando cómo, con empeño y un cierto grado de conciencia, se consigue avanzar contra aquellos errores, tropiezos y accidentes que nunca faltan en la vida para probar cuánto hemos aprendido. Lo ideal en nuestra existencia es mantener a la familia unida, y ésto se logra cuando comprendemos que ninguno es perfecto y que se necesita tolerancia y mucho amor para trascender las distintas faltas que todos cometemos. En definitiva, toda relación familiar es una escuela en una sociedad en micro, donde debemos prepararnos para poder afrontar, seguidamente, a la ciudad en la que vivimos y al mundo que nos rodea.

Empezando en una navidad y transcurriendo a lo largo de un año, la historia tiene varios matices y está contada desde dos perspectivas: La primera, el punto de vista de un conductor de tren (el ferroviario, Andrea Marcocci), un hombre casado, con tres hijos, y quien lleva 30 años en el empleo. Tiene una estrecha amistad con su compañero de labores, Gigi Liverani, y con él acude, frecuentemente, al bar de Hugo, donde al calor de unas copas festejan cantando y conversando hasta altas horas de la noche. Marcocci es, además, guitarrista, ama a su familia, pero se entera poco de la suerte de vida que llevan sus hijos, y ésto, más su apego a ciertas absurdas tradiciones, favorecerá algunas problemáticas que luego tendrá que afrontar.

La otra perspectiva, surge desde Alessandro, el hijo menor a quien Marcocci adora. Sandrino (como en casa le llaman), es un chico muy despierto, observador y con un gran compromiso por toda su familia. Se ve abocado constantemente al juego de: “Si lo viste calla”, “No se lo digas a nadie”… pero su inteligencia le permite delimitar cuando hacer el juego a los adultos y cuando decir lo que tiene que decir. Es un chico que ve y aprende, siente y actúa… y su presencia demostrará que no siempre los adultos son los que toman la rienda o quienes tienen la razón.

El guion, escrito por Alfredo Giannetti, Luciano Vincenzoni y Pietro Germi, fue propuesto por el productor Carlo Ponti, para que el propio Germi lo dirigiera, pero se tenía previsto que, Spencer Tracy, fuese el protagonista. Sin embargo, Germi se sintió tan compenetrado con esta historia, que logró imponerse para ser él mismo el protagonista… y queda decir que su interpretación es impecable.

Luisa Della Noce (Sara), logra recrear a esa suerte de madre y esposa abnegada que se guarda para siempre en el corazón. Edoardo Nevola (Sandrino), otro de esos niños del cine que valen oro puro. Saro Urzì (Gigi), con ese carisma de amigo leal que tanto apreciara Germi; y entre otros, Sylva Koscina, es la bella joven que lucha por hacer su vida en medio de una sociedad con algunos paradigmas que hicieron mucho daño, sobre todo, a las mujeres.

<<EL FERROVIARIO>>, obtuvo el premio OCIC en el Festival de Cannes y, en el Festival de San Sebastián, ganó la Concha de Oro por Mejor película y la Concha de Plata por Mejor director.

Realizada en una época en que se hicieron populares las películas segmentadas para dar ocasión de reunir a tres, cuatro, o más directores a bajo costo y en plan de ejercitarse, <<LAS BRUJAS>>, pretende ocuparse de las mujeres y su rol en la sociedad de los años 60’… pero ¿lo logra? Veamos:

1. <<LA BRUJA QUEMADA VIVA>>, fue dirigido por el gran, Luchino Visconti, y se nos cuenta la historia de Gloria (Silvana Mangano), una celebrada actriz que, un día de invierno, llega a casa de su amiga Valeria (Annie Girardot), para festejar el 10° aniversario de su matrimonio. Visconti pretendía mostrar lo inhumano que se vuelve la pérdida del vínculo familiar, y de paso, ilustrar como a una diva primero se la prefabrica con artificios de todo tipo… y seguidamente, la rodean oportunistas seductores y un buen número de personas envidiosas y cínicas que se niegan a asumir como algo real su “superioridad”. Aunque ésto a fin de cuentas se logra, Visconti no quedó a gusto, pues, según afirmó, la intromisión del productor Dino De Laurentiis, llevó a que su historia fuese abreviada y, “quedó valiendo poquísimo, perdiendo mucho de su agudeza y significado”.
El guion lo firman, Giuseppe Patroni Griffi y Cesare Zavattini; y el reparto lo complementan, Francisco Rabal, Massimo Girotti, Helmut Berger y Veronique Vendell. *******

2. <<SENTIDO CÍVICO>>, es un corrosivo y punzante segmento, dirigido por Mauro Bolognini, en el que, una guapa mujer de clase alta, se ofrece a llevar en su auto hasta un hospital, a un hombre herido en la cabeza en un accidente de tránsito. Lo que sucederá es inimaginable ¡y duele como una patada en las gónadas!
Silvana Mangano y Alberto Sordi son los protagonistas, y el excelente guion lo firman, Age-Scarpelli y Bernadino Zapponi. **********

3. <<LA TIERRA VISTA DESDE LA LUNA>>, lleva la firma de, Pier Paolo Pasolini, quien también escribió el guion. Es una simpática historia sobre un par de excéntricos hombres, padre e hijo, quienes buscan reemplazo a la madre que acaba de morir y, tras una larga búsqueda, encontrarán por fin a una especial muchacha con la que esperan mejorar su situación.
Totò, Ninetto Davoli y Silvana Mangano, son los divertidos protagonistas. *******

4. <<LA SICILIANA>>. Franco Rosi dirige una vez más a Silvana Mangano, en una ligera vendetta d’onore all’italiana. Insustancial. ***

5. <<UNA TARDE COMO CUALQUIERA OTRA>>. Con una suerte de comedia mordaz, escrita de nuevo por Cesare Zavattini, donde una esposa (sí, Silvana Mangano), reprocha a su marido (Clint Eastwood) la falta de afecto que le viene expresando, al tiempo que sueña e imagina una serie de fantasías, el director Vittorio De Sica, cierra con acierto esta sumatoria de mujeres que, algo tendrán de brujas, pero, mucho más tienen de imprescindibles. *******

Después de ver estas cinco historias, queda uno con la sensación de que, es difícil vivir con las mujeres, pero, es mucho más difícil que podamos vivir sin ellas.

Título para Latinoamércia: NADIE ENGAÑA A UNA MUJER

Julia está pasando por una crisis existencial y sueña temerosa que está hundiéndose en el mar hasta casi tocar fondo. Se ha separado de su esposo Pablo, no tiene un empleo estable, vive en permanente zozobra… y de pronto descubre que está embarazada. Para su suerte, Pablo está dispuesto a regresar y hasta hacen planes para forjar un nuevo futuro.

Pero con más acciones que palabras, con algunas logradas metáforas y simbologías, y con situaciones que van revelando lo que se esconde en el alma de Julia, el productor y director uruguayo, Javier Palleiro, logra con esta Opera Prima una significativa y muy actual historia que consigue demostrar el valioso hecho de que, cuando se conocen las razones del alma, se torna imposible condenar.

Con frecuencia, Julia toma trascendentales, pero desacertadas decisiones, quizás, porque contra su propia voluntad quiere conservar vivo aquello que en el fondo siente que ya está perdido. Es como si su inconsciente dominara a su consciente. Pero, cuando percibimos lo que la motiva, por errado que haya sido lo que logra hacer (o lo que pretendió hacer), no conseguimos condenarla porque todo obedece a un afán interior de recuperar lo perdido o encontrar aquello de lo que carece.

En el desarrollo de la trama, el guion escrito por el propio Palleiro, junto a su amigo de muchas tareas, Guillermo Rocamora, se forjan una serie de valiosas simbologías que dan altura a la narrativa: La casa envuelta en sombras en señal de vacío emocional; la cara desaliñada de la protagonista que exterioriza su angustia irreprimible; el toque “buñueliano” cuando el ginecólogo expone a Julia el método a seguir y unas fuertes palpitaciones llenan el ambiente haciendo inaudible lo que dice; el intento de reparar la piedra que envuelve el reloj que le regalara su marido, como si intentara reconstruir lo irreparable; la sospechosa actitud de Julia frente al bebé en el parque; el túnel oscuro que luego rebela una luz refulgente, mientras una corriente de agua sucia corre por el piso…

<<RESPIRAR>> (término que contiene en sí el valor de poder inhalar y exhalar libre y continuamente > poder ser), da cuenta de una mujer que anhela encontrarse a sí misma, pero, actúa tan a prisa que la domina más el instinto que la razón. Cabe señalar aquí, la valiente actuación de la argentina, María Canale, quien logra transmitir con gran naturalidad los padecimientos de su personaje.

Surge, aquí, un director que, a futuro, podría traernos la más grata sorpresa, pues, Palleiro tiene suficientemente claro que, cada imagen bien pensada compromete al espectador convocándolo a reflexionar. Ésto le permite omitir un buen porcentaje de diálogos explicativos, enalteciendo así al arte cinematográfico.

Solo le reclamo a esta valiosa película, una mayor exigencia en la dirección de diálogos, ya que se advierte cierta falta de dicción en algunas de las cosas que se dicen, especialmente entre los actores de conjunto, aunque bien sabemos a lo que obligan las limitaciones presupuestales.

En todo caso, <<RESPIRAR>>, es una película que dignifica al cine latinoamericano.

Cuando a Capodarso acaba de llegar el nuevo juez, Guido Schiavi, encargado de aplicar la ley, el juez anterior que está de partida, le dice: “Aun estás a tiempo, todavía no llega el tren de Palermo (…). Te vienes conmigo y en 4 horas estarás en casa. Puedes pedir un traslado o sino la dimisión y cambias de oficio. Me lo agradecerás cuando sepas mi historia”.

Schiavi lo observa irse… se siente intrigado, pero se queda… y pronto sabrá que ha llegado a un pueblo intimidado donde impera la ley del silencio y donde la única norma que aplica es la que dicta el capo de la mafia, Turi Passalacqua.

El juez Schiavi, sostiene un principio bastante claro: “Solo hay una cosa que deseo y debo hacer a cualquier costo: Administrar justicia en beneficio de todos y si es necesario, en contra de todos, según la ley”.

Lo que veremos, desde entonces, estuvo vigente en muchos pueblos de Italia y del mundo… y casi un siglo después, todo sigue igual en muchos pueblos y países que nunca ven asomarse la justicia que tanto anhelan porque los que tienen los más altos cargos están a la vista, pero, los que realmente mandan lo hacen desde la sombra.

Con su tercera película, el director, Pietro Germi, logra una excelente recreación de esa difícil época de posguerra (la historia transcurre en 1948), cuando la crisis económica afectaba a un gran porcentaje de la población y la carencia de fuentes de empleo hacía expedita la deriva hacia actividades delictivas que permitiesen sobrevivir. Como suele ocurrir, los arribistas y violentos son quienes mejor sobrepasan un descalabro económico, y los demás sufren explotación, sometimiento y desencanto.

El guion, escrito por Giuseppe Mangione, Mario Monicelli, Federico Fellini, Pietro Germi y Tullio Pinelli, con base en la novela, "Piccola pretura", que, Giuseppe Guido Loschiavo, publicara en 1948, logra dejar palpable una realidad compleja a la que no pretende edulcorar ni idealizar como tanto ocurriera en los westerns de la época. Aquí, sólo se busca dejar sentado un momento histórico tal como fue en la realidad, pero tratando de exaltar a un hombre de ley que intentó forjar un cambio urgente y vital, porque donde no impera la ley, se abre paso la injusticia… y muy probablemente la tiranía.

Massimo Girotti, logra una carismática recreación de ese juez en fuerte desventaja ante un pueblo que se asume dominado y no parece dispuesto a dar un paso para que las cosas cambien. Saro Urzì (el comisario Grifò), representa a la suerte de oficial que pronto entiende donde debe estar. Jone Salinas, es la baronesa Teresa Lo Vasto, una mujer que parece entender más que aquellos de quienes más se esperaría… y Charles Vanel, es el massaro (agricultor o terrateniente) que, acostumbrado a dictar su ley, quizás esté a tiempo de aprender algo de lo que es Justicia.

Para asegurar un cierto aire neorrealista, Germi se sirvió de escenarios naturales con mínimos retoques en los interiores, y además, contó con un gran número de habitantes del lugar donde se rodó la película.

<<EN NOMBRE DE LA LEY>>, es de ese cine nacido para hacer historia.

Título para Latinoamérica: MAFIA

Dramaturgo y novelista alemán, Heinrich Wilhelm von Kleist (1777-1811), tuvo una vida que, de alguna forma, podría relacionarse con la del pintor Vincent van Gogh, en el sentido que ninguna de las obras que escribió consiguió verla representada exitosamente en vida y tampoco sus novelas lograron la trascendencia hasta las primeras décadas del siglo XX, cuando su legado comenzó a ser revisado por la crítica especializada… y ahora se le considera un importante representante del romanticismo y del repertorio clásico alemán.

Kleist, estudió Derecho y Filosofía y después de recorrer gran parte de Europa en busca de experiencia y formación, se dedicó a escribir novelas y dramas teatrales en los que plasmaba toda vivencia e idea que lo impactaba. Fundó también varias revistas y hasta un diario que desaparecieron tempranamente… pero logró publicar títulos como: “Michael Kohlhass” (1808), llevada al cine en 1937 y 1969, dirigida ésta segunda vez por Volker Schlöndorff y, “La Marquesa de O” (1808), adaptada para cine en 1920 y también en 1976 bajo la dirección de Éric Rohmer. Otros títulos que hoy suenan reconocibles son: “El Duelo” (1811) y “El Canto Rodado” (1811), todas éstas novelas cortas; y entre sus obras de teatro, “El Cántaro Roto” (1806), “El Anfitrión” (1807) y “Pentesilea” (1808), han sido varias veces adaptadas para la televisión y el cine.

En 1811, Heinrich von Kleist, publicó una última obra que le tomó dos años escribirla, “El Príncipe de Homburg” (Der Prinz von Homburg), la cual se estrenaría póstumamente (3 de 0ctubre de 1821) en el Burgtheater de Viena y con el título, “La Batalla de Fehrbellin”. En ella contaba una historia de honor militar que, quizás, le surgió recordando lo vivido cuando participó en las guerras napoleónicas sirviendo al ejército de Prusia.

Sintiendo el golpeteo incesante de las carencias económicas… Acabando de cerrar el periódico, Berliner Abendblätter, que fundara tan solo un año atrás… y viendo a su compañera y musa, Adolfine Vogel (a quien llamaba, Henriette, porque le parecía más sonoro), padeciendo el más terrible cáncer… el 21 de noviembre de 1811, Kleist acordó con su novia irse a la isla de Pfaueninsel, y allí, ella le recordó la promesa de acabar con su sufrimiento. El escritor apuntó entonces la pistola que llevaba contra su pecho… y disparó. Seguidamente, dirigió el arma hasta su propia sien derecha… y así terminó la estancia en la tierra de esta inolvidable pareja.

La adaptación que el director y guionista, Marco Bellocchio, realizara de, <<EL PRÍNCIPE DE HOMBURG>>, es muy digna de encomio porque, no obstante su carácter bastante teatral y la gran austeridad de medios con que fue realizada, logra unas magníficas interpretaciones de, Toni Bertorelli (el príncipe Elector), Andrea Di Stefano (Príncipe, Friedrich Arthur de Homburg) y Barbora Bobulova (Natalia)... y es de resaltar la brillante banda sonora compuesta por Carlo Crivelli.

La trama nos habla de un oficial que tras perder dos batallas contra el ejército sueco, la tercera la gana, pero desobedeciendo órdenes… y ésto lo pone ante la corte marcial. Los diálogos son de gran altura y definen la esencia de los militares con principios; y entre este conflicto, una historia de amor comienza a tomar altura, teniendo luego que ver el impactante rumbo que pronto toman los hechos.

No se nos haría raro si, en algún momento, un productor hollywoodense visionara, con esta historia, una superproducción cinematográfica.