Imagino que Scorsese, obsesionado con su querida NY al igual que Woody Allen y Lebowitz, encuentra fascinante la disección humorística que su amiga Fran hace a lo largo de estos 6 episodios. Para un servidor, no tanto.

Como persona bastante curiosa, soy un gran aficionado a todo tipo de documentales y me gusta aprender y escuchar acerca de otros lugares del planeta. En este caso sinceramente no le encuentro un gran interés a este enémismo docu-reportaje sobre la sobadísima NY, ni consigo sobreponerme a esta gente que no acierta a salir de su propio ombligo, como si NY siguiera siendo estando en la varguandia cosmopolita del mundo, cosa que hace bastantes años que ya no sucede.

Me he aburrido bastante rápido, y aun peor, me he irritado con las incesantes carcajadas de Scorsese, que a diferencia de mi, encuentra divertidísima cada frase que sale de la boca de su amiga Fran. Yo imagino que este documental es una suerte de "inside joke", una de esas terapias humorísticas para los que sobrellevan diariamente los suplicios cotidianos de vivir en una megalópolis como NY. Para los que la conocemos de paso pero vivimos en otros lares, me resulta algo ajeno, poco interesante y excesivamente largo. Me quedo únicamente con el metraje histórico, los monólogos de la protagonista los dejaría en una cuarta parte de duración.

Leía hace poco un estudio reciente en el que se afirmaba que con un patrimonio de 1Mn USD ya perteneces al club del 1% más rico del planeta, y con tan "sólo" 100k USD te encuentras entre el 10% más rico de la población mundial. Este documental trata sobre la inmensa mayoría restante, en concreto una comunidad tercermundista y paupérrima de la venezuela chavista, donde su alcaldesa bolivariana, corrupta, fanática y mezquina, compra los votos para su reelección por lo que al cambio son unos céntimos de Eur.

Además de muchas películas, veo muchos documentales. Buena parte de ellos, de carácter histórico y socio-político. Este es uno de tantos retratos sociales que muestran la realidad deprimente de un mundo y un ser humano profundamente contradictorio. De esos que ponen en perspectiva tus preocupaciones diarias y te hacen cuestionarte la naturaleza humana. A veces tan extraodinaria, y otras tan cruel, egoísta y despreciable.

Cuantos más años cumplo, más grises veo en la escala y más me acuerdo de las citas de los que nos antecedieron. Tales como "El hombre es un lobo para el hombre", de Thomas Hobbes, que tantas veces me vino a la cabeza viendo este retrato de un trocito de mundo contemporáneo y deprimente.