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Argentina Argentina · Buenos Aires
Críticas de MatiasR
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Críticas 39
Críticas ordenadas por utilidad
Love, Death + Robots. Vol. 2: La visita (C)
CortometrajeAnimación
Reino Unido2021
6,4
3 661
Animación
6
16 de mayo de 2021
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La visita de Santa Claus a unos niños, desde la óptica macabra que tienen muchos de estos cortos, parecía un punto de partida muy atractivo. Y, en parte, lo es. Los niños son simpáticos, la animación encaja bien con el estilo del corto, y el giro es lo que cabría esperar de una antología como esta, pero... es demasiado breve. No hay tiempo para desarrollar casi nada. La revelación se podría haber dosificado para que los niños la descubran poco a poco. Y así mantener a los espectadores en vilo unos minutos más. Apenas hay tensión en una situación que podría haber dado mucho más de sí. Pese a todo, el remate de la historia sugiere más que cualquier imagen, y nos deja con ganas de saber la respuesta a la pregunta que queda en el aire.
MatiasR
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7
20 de febrero de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil hacer una crítica de una serie que duró 8 temporadas. A medida que se sucedían los capítulos, pensé y repensé infinidad de veces cual sería la valoración definitiva que le daría a “Dexter”. Al ser una serie tan larga (duración no justificada por el guión) con muchos momentos positivos (lo más) y otros negativos (los menos) es lógico que la evaluación sea contradictoria. Si se me da por repasar las temporadas que más me gustaron (por ejemplo la 1º y la 4º), capaz le pondría un 9, debido a sus escenas memorables. Pero, al mismo tiempo, si pienso en las temporadas finales (principalmente la 6º y la 8º), tal vez le pondría un 5 por que me dejaron sumamente decepcionado.

Es por eso que opté por el 7 porque creo que es pertinente hacer una valoración de la serie como un conjunto, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Al principio, la serie me pareció brillante, al punto que durante bastante tiempo no dudé en colocar a “Dexter” a la altura de las grandes series de los últimos años. Sin embargo, la reiteración, y su prolongación excesiva le restan potencia a una serie que tuvo todo para dejar un recuerdo mucho mejor del que deja, que aún así sigue siendo bastante bueno.

Empiezo por lo mejor, que es su protagonista, quien es la clave de todo. Desde su primera aparición, uno se da cuenta de que está ante un personaje grande. Sus autorreflexiones, contadas a partir del recurso de la voz en off, constituyen la mejor fuente de conocimiento que se tiene acerca de Dexter, ya que en ellas se muestra tal cual es, a diferencia de la interacción cotidiana donde se oculta a la vista de los demás. La voz en off permite saber que piensa el protagonista acerca de su vida, de sus actos y, sobretodo, de sus dificultades para interactuar con otros y para comprender la naturaleza de estas relaciones. Y, en este aspecto, el guión lo ayuda mucho ya que algunas de sus líneas son brillantes: “si tuviera corazón, seguro se estaría rompiendo en este momento” o “Amo Halloween, la única época del año en todos usan máscaras, no sólo yo. La gente cree que es divertido fingir ser un monstruo. Yo paso mi vida fingiendo que no lo soy”.

Michael C Hall compone a un personaje complejo y carismático, serio y divertido (a su manera), introvertido pero conciso, no sólo en su limitada capacidad oratoria, sino también su destreza para expresar un sentimiento (o la falta de uno) o un pensamiento con una sola mueca. Dexter es un asesino serial que muestra su faceta más fría y despiadada en la soledad de su “ritual”, pero también es un ser humano incapaz de sentir e interactuar de forma natural con personas y con las situaciones cotidianas, por lo que busca aprender como puede pasar desapercibido. Algunas de sus caras y expresiones, en momentos de incomodidad y desconocimiento, son brillantes. Claro, eso será al comienzo. El personaje se desarrolla con el devenir de las temporadas (otro punto muy bien trabajado en el guión), adquiere matices y sorprende al mismo tiempo que se sorprende así mismo de lo que puede ser capaz. Ya no serán sólo disfraces que intercambia de acuerdo a la ocasión, serán facetas de su personalidad con las que tendrá que convivir, sepa o no.

Otro de los aspectos más positivos es su premisa original y atractiva. El protagonista es un asesino que mata a otros asesinos, al mismo tiempo que trabaja en el departamento de homicidios de la policía. A medida que se suceden los capítulos, se conoce el “ritual” que realiza Dexter: la investigación de sus víctimas, el seguimiento, la recolección de pruebas, la preparación del lugar, el momento del asesinato, la supresión de la evidencia. Al mismo tiempo evita caer en el radar de la policía. Pero, por sobre todas las cosas, el principal mérito de la historia es que consigue que los espectadores empaticemos con un asesino. Se sabe que lo que hace esta mal pero, aún así, uno siente una perturbadora atracción hacia su ritual. Una forma novedosa de conectar el producto con la audiencia.

Como ya mencioné arriba, el desarrollo del personaje es impecable. Sin embargo, a medida que se suceden las temporadas, en otros aspectos, la serie pierde frescura y originalidad. Una vez que se sabe el ritual, ya no sorprende. Se convierte en rutina dentro de la historia y pierde impacto, por más que haya algunas víctimas con un trasfondo más interesante. Incluso uno se acostumbra a la brutalidad del rito del asesinato, por más que la interpretación del personaje sea impecable.

Otro elemento para darle dinamismo y continuidad a la historia es la presencia frecuente antagonistas rivales para Dexter. Estos personajes son quienes estructuran la dinámica de las temporadas y de ellos depende gran parte de su éxito (aunque no aparecen en todas). En aquellas en las que hubo grandes antagonistas la historia se sostenía sin mayores dificultades, más allá de las licencias y pequeños agujeros que tenía el guión (que aumentan con el correr de las temporadas). Cuando el villano menguaba, todo el andamiaje se tambaleaba. Y si se sostenía era por la presencia absorbente y fascinante del protagonista. Sin embargo este también es un recurso que se “gasta” a medida que la historia avanza. Se “gasta” por reiterado y por las dificultades que surgen en dotar de originalidad a un antagonista que debe ser parecido a los anteriores. Es decir: un asesino, más allá de los modos y los motivos.

Sigo abajo por falta de espacio, no revelo ningún detalle significativo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
MatiasR
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10
16 de agosto de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos tenemos una película que recordamos con particular afecto. No necesariamente tiene que ser la mejor que vimos, pero sí puede ser la que más nos marcó, por alguna razón. En mi caso es Jurassic Park y la elijo por el sencillo motivo de que fue la película que me abrió las puertas del asombroso mundo que es el cine, para no dejarlo nunca más. En aquel momento, no tendría más de cinco o seis años, pero recuerdo que quedé absolutamente maravillado por esas criaturas gigantescas a las que sólo había visto en dibujos de enciclopedias o fascículos. A esta altura ya la vi infinidad de veces y siempre que la emiten por la tele, la dejo hasta que termine. Incluso hasta sé varios diálogos de memoria.

La historia está muy lograda. En principio, porque la novela original de Michael Crichton se preocupa por darle una explicación (ficcional, por supuesto) bastante fundada al método científico que posibilita la clonación de los dinosaurios. Y, a partir de ella, se plantea una discusión muy interesante acerca de la pertinencia de la intervención del hombre en la naturaleza, de su comportamiento omnipotente sobre ella y las posibilidades de que pueda controlarla o no. La conversación que muestra el contraste entre los científicos invitados y el creador del parque, es muy esclarecedora al respecto (“La vida se abre camino”).

Además, Spielberg tiene el tino de combinar todas esas cuestiones con trepidantes secuencias de acción y de terror, donde los efectos visuales y sonoros alcanzan un nivel impresionante (que, a día de hoy, continúan vigentes) y constituyen los momentos más memorables del film. Por ejemplo: la primera aparición del T-Rex es la escena más emblemática de toda la saga. No sólo por el aspecto imponente y terrorífico del animal, sino también por su rugido feroz y por el suspenso previo a su aparición, creado por los temblores acompasados, que producen los pasos del dinosaurio. De hecho, cada participación del Rex es un deleite para los sentidos. Por su parte, la banda sonora es brillante y le da un tono épico y emotivo a varias escenas.

Los personajes quizás no fueron tan valorados, pero para mí constituyen uno de los puntos más altos de la película, sobretodo el doctor Grant, quien está muy bien caracterizado, en todas sus facetas, por Sam Neil. Además de que lleva gran parte del peso de la película sobre sus hombros, también es el personaje que más evoluciona a lo largo de la historia. De igual forma, merece destacarse al carismático, pero irritante, doctor Malcom y al inescrupuloso John Hammond. Quizás, el personaje de Ellie Sattler está un poco desaprovechado, sobretodo a partir de la segunda mitad del film, pero no desentona negativamente.

En resumen, creo que Jurassic Park es un clásico inoxidable en su género y que ha resistido el paso del tiempo. Por lo menos, para mí, es una película fundante y totalmente significativa en mi relación con el cine. La considero una experiencia obligatoria y necesaria para cualquier cinéfilo.
MatiasR
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6
15 de mayo de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer corto de la nueva antología que tiene su principal baza en el humor. A partir de la idea, muchas veces vista, de "hombre contra la máquina" (aunque en una escala mucho menor) nos presenta una lucha por la supervivencia bastante simpática con momentos graciosos, y un poco de tensión para que el humor se nos atragante en algún tramo (el "dilema" en torno a la mascota"). Y no mucho más.

El telón de fondo -la humanidad totalmente dependiente de la tecnología- interesa, pero tampoco es que sea muy original, y está casi todo el tiempo al servicio del humor. Quizás su atractivo sea justamente ese: llevar ese concepto a la parodia, y que nos riamos un rato.
MatiasR
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10
16 de abril de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No pensaba escribir nada acerca de esta serie. No porque no lo mereciera, por supuesto. Sino porque creo que todo ha sido dicho (y escrito) sobre The Wire. Acerca de sus (muchas) virtudes, su impacto cultural, su tardío reconocimiento o su influencia en las series venideras. En esta página hay varias críticas que le hacen total justicia. Sin embargo, decidí dedicarle unas pocas líneas a modo de homenaje/agradecimiento por los grandes momentos que pasé al visionarla.

Si tuviera que describir a The Wire con una palabra (majestuosa no cuenta), creo que “ambiciosa” sería una de las más apropiadas. ¿Por qué? Pues porqué, cuando comencé a verla, no imaginaba que esta serie se animaría a tanto. Pensé que “sólo” era una muy buena historia policial. Y sí, lo era. Pero, también, muchas otras cosas más. En principio, una representación cruda y descarnada de un sistema corrupto, violento, injusto y decadente, que no sólo no funciona, sino que además atraviesa cada estrato social, cada institución, cada ámbito cotidiano, en el cual la impunidad, el narcotráfico, la “rosca” política y la desidia son el pan de cada día. Cada paso, cada esfuerzo puesto en la solución de algún caso implica una “batalla” extra contra la burocracia institucional, funcional a los mismos de siempre. Y hasta la mejor de las investigaciones puede derrumbarse con un solo movimiento descendente de un pulgar.

Otra palabra que define a esta serie es el “realismo”. Narrado con un estilo casi documental, The Wire es una andamiaje complejo, y perfecto, que no deja afuera ni un solo rincón de Baltimore:
-Las esquinas, territorio de interminable disputa entre bandas y la policía (“no es una guerra –dice el oficial Carver- porque las guerras terminan”).
-Las oficinas de la policía, donde importan más las estadísticas del crimen que los muertos que riegan las calles de la ciudad.
-El ayuntamiento del Alcalde, donde valen más las disputas por los gestos políticos y la imagen pública que solucionar los problemas de los ciudadanos. Y donde, también, de tanto en tanto, circula algún “billetín” del narcotráfico.
-Los tribunales, en los cuales algunos criminales “desfilan” y otros, de cuello blanco, se salvan impunemente.
-Los puertos, el punto de partida de todo el circuito.
-Las escuelas, que fallan en contener a chicos que provienen de realidades muy duras y están más preparadas para que los alumnos aprueben exámenes, que para ayudarlos con los problemas de su vida.
-Y las redacciones de los periódicos locales, en las que, a veces, es más redituable una mentira funcional, que una verdad incómoda.

Como si no bastara con esto, The Wire está plagada de personajes para el recuerdo. Algunos de ellos, tal vez, sin demasiado desarrollo individual, pero cada uno está perfectamente incluido en el entramado de la historia y, a su manera, aporta su gramo de complejidad a cada trama. Ninguno sobra. Todos son indispensables. Desde Jimmy McNulty, el toca-pelotas por excelencia, hasta el ridículo hijo de Frank Sobotka. De Freamon, el mejor policía de toda la serie, a el Mayor Valchek, quien “no reconocería trabajo policial ni aunque se le apareciera delante”. O los legendarios Omar Little, que juega “al gato y el ratón” con cualquier traficante, y los hombres detrás de la cortina: Stringer Bell y Avon Barksdale. Y me detengo acá, porque podría escribir dos críticas sólo para referirse a los personajes.

The Wire no sólo es una serie recomendable. Es una experiencia televisiva obligatoria, que hay que ver y vivir. Y luego de verla, hay que vivirla de nuevo. Es una obra maestra sin parangón. Que impacta por lo real y lo cercano de lo que se muestra. Una mirada sin tamices, ni edulcorantes de la vida cotidiana. La verdadera e indiscutida “reina” de este gran juego, que son las series de televisión.
MatiasR
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