Nunca había conseguido verla y ahora lo he podido hacer. Sabia que era un clásico muy valorado y me parecía imperdonable no haberla visto. Me han encantado las imágenes en blanco y negro. No me extraña pues se llevo un oscar por la fotografía. Creo que la trama está bien desarrollada para que el espectador disfrute lo que va aconteciendo y se sienta intrigado en cada momento. La actuación de Clinton Webb es notable. Pero la película tiene ahora 70 años. Y hay cosas que resultan inexplicables: el policía bebiendo y durmiendo en la casa de la víctima, tocando todo y dejando sus huellas. Esos detalles, consecuencia de la época en que fue rodada, chirrían al verla ahora.
Otro detalle que he detectado es que, en las críticas de otros usuarios, una de las bondades que se resaltan es la belleza de Gene Tierney como un gran valor de la película. Creo que efectivamente juega un gran papel en las valoraciones masculinas, que son, probablemente, todas las publicadas.

No tengo más que halagos. Los “parásitos” son personajes deleznables que, en la presentación, te hacen temer una serie sucesos que te van a amargar el día. Y entonces empiezan a narrarse los acontecimientos que temías con una maestría tragicómica que hasta te arranca sonrisas. Al acabar, te queda un regusto agridulce. Mucho mejor que la amargura presagiada por la presentación. Francamente, una narración exquisita.

Sorprenden las críticas tan favorables de los críticos profesionales. Tal vez se hicieron en el momento del estreno y entonces los logros técnicos magnificaban el valor de la película. A mi me ha parecido tan exagerada en todas sus escenas que en la apoteosis final he acabado riendo a carcajadas porque no podía tomarla en serio. Es tal el abuso de muertes, tiros, sangre, todos ellos con unos escenarios abultados que no podía dejar de preguntarme si sólo los hombres, o mejor, solo determinado tipo de hombres podrían disfrutar con tan desproporcionada brutalidad. Para olvidar.

Toda la película, cuyo argumento está bien pensado, se me vino abajo con la actuación de Cary Grant. Sus caras son tan afectadas que no resulta convincente, ni como inocente ni como culpable. Me pregunto si era una de sus primeras películas y no lo era. Porque era un gran actor pero… no sé qué le paso en esta película.

Poco que decir. Darín resuelve de maravilla la controversia personal y profesional a la que debió enfrentarse Strassera. Una actuación brillante, acompañada de de una narración ágil. Lo contado es historia. Aún a pesar de lo cual extraña ver como los afines a los militares desprecian todos los asesinatos cometidos como si quitar la vida fuera algo intranscendente.