Melodramas con toques de noir hubo muchos en el período clásico del cine argentino, aunque curiosamente Demare nunca había hecho uno, el primero fue este y ya cuando esa manera de contar historias estaba en decadencia.
La película escrita por Carlos Olivari y Sixto Pondal Ríos, es sumamente mediocre sobre todo en la primer mitad, no solo por lo que cuenta, que es muy cliché noir y ya viejo en el año en el que la película se realizó, sino por los toques de costumbrismo, todas las subtramas con la familia de Silvina no aportan nada, son pura paja, y además desentonan con el relato.
El tema de los ferroviarios está metido a la fuerza, ya que la historia podría transcurrir en cualquier ambiente, todas las referencias y metáforas que hacen con el mundo de los rieles suenan caprichosas y bastante pueriles. Supongo que la adaptaron a ese mundo porque en ese tiempo era uno de los oficios con más empleados en el país, muy representativo de la clase media trabajadora.
Lo más rescatable además de ver parte del sistema ferroviario argentino antes del desaguase, todavía en pleno auge, y también algunas pocas escenas de exteriores de la ciudad en los años 50's, es Virginia Luque en su doble rol de Mercedes, una mujer fatal coqueta, ambiciosa, cínica, la cuál la interpreta con mucha gracia y carisma, y luego a Meche, su hija, una muchacha muy dulce e inocente, ambas le salen bien y a pesar de que Meche se pasa de estúpida, y los diálogos no ayudan en nada, igual cae bien.
Después destacar para mal el rol de Rolando Chávez, un dechado de defectos, de esos villanos ñaca ñaca, sin ningún rasgo humano.

Hacer una película como ésta justo después de Los Isleros, demuestra la versatilidad que tenia Demare en cuanto a narraciones clásicas, mientras en una retrataba la vida en unas islas miserables de la provincia, acá retrata el arrabal y luego las luces de la ciudad, un melodrama urbano de tangueros.
La trama se toma de un tango, Mi noche triste, acá llegó a ser casi un subgénero durante los años del cine de oro argentino el hacer films basados en letras de tanto, en este caso hacen la mezcla entre la letra de la canción y la vida de Contursi.
Si bien se concentran solo en una pequeña parte de la misma, y eso que uno de los guionistas es su propio hijo, pero no termina de sacarle todo el provecho que la historia da. Igual Demare suple los huecos narrativos haciendo un buen retrato con cierto aire de nostalgia al inicio del tango con letras, siendo Contursi uno de los pioneros de esa movida y que elevó e internacionalizó al tango.
Buenas interpretaciones, tanto de Jorge Salcedo como de diana Maggi, y destacaría también a María Esther Gamas, que acá tiene un papel totalmente opuesto al que interpretaba en Pampa Barbara y demuestra su versatilidad para el drama siendo que casi toda su carrera la hizo en comedias.

Las películas protagonizadas por Sandrini podían tener historias y una dirección, mala, regular o buena, pero en el fondo eran el show de Sandrini, algo para que el actor se luciera, y es legitimo porque era el actor más famoso, exitoso y de trayectoria más larga en el cine argentino, por tres generaciones la gente iba a ver las aventuras de su personajes que casi siempre tenia las mismas características, un bonachón, medio tonto y pícaro pero en el fondo muy noble, que cuando se ponía nervioso se trababa.
Acá lo más original es la primera parte, donde interpreta a un villano, que luego es suplantado por su doble.
La película tiene buen ritmo, parodia el melodrama y las historias de misterio, resulta bastante entretenida, la resolución es media insulsa y ha envejecido mal.
El elenco es muy bueno, me gusto mucho Malisa Zini, resulta muy graciosa.

Melodrama con un conflicto muy atípico, donde la heroína sin saberlo miente y los villanos dicen la verdad.
Es curioso el trabajo, tanto como nos dan a conocer la historia, como el conflicto central, pero el personaje más interesante es el de Catalina, una chica soñadora, muy inocente pero con un sentido de la moral atípico para la época en la que transcurre la historia, principios del siglo XX, se podría decir que en gran parte Catalina es una muchacha muy frágil, emocionalmente inestable, que después de vivir en un internado toda la vida no diferencia la realidad de sus anhelos, los confunde, los retuerce sin querer, e involuntariamente vive en un mundo paralelo, toda una heroína romántica bastante incoherente si se analiza en profundidad pero que para la trama resulta muy efectiva.
Juan Marcos si bien resulta un personaje mucho más coherente y "realista" también toma decisiones absurdas, y a pesar de todo lo insólito y extraño, funciona.
Los villanos son en el fondo los personajes los que a nivel psicológico mejor construidos están, dos oportunistas, resentidos, sinvergüenzas, ordinarios, aprovechados de todas las formas posibles.
Lo mejor también es la estética, es sin duda la película más elegante hasta esa fecha de las realizadas por Demare, un gran cuidado en las escenas, los ángulos, la recreación de época, todo está muy logrado, muy bello.

Neo noir puro y duro, con todos los clichés del género pero sin regodearse en ellos, ni sobre-explicarlos, ni homenajear a los clásicos de forma obvia, nada de eso, en los 90's hubo varios thrillers de este tipo, donde los personajes hablaban de forma normal, no digo que se comportaban también así porque eso ya es otra cosa.
Es muy entretenida, es cierto que tiene mucho humor negro bien manejado, es super ágil, todo el tiempo está pasando algo.
Los personajes, pues hay muchos tipos de noir, este es el noir más bien novelesco en el sentido de que los 4 personajes que mueven la historia están como una cabra, incluyendo a Michael, que es el más normal de todos pero igual se la pasa haciendo estupideces y comportándose de forma incoherente. El resto que serían todos los villanos ni hablar pero eso también es parte de su encanto, digo este tipo de thrillers nadie busca situaciones y personajes realistas, se privilegia la acción , los giros por sobre el realismo y la coherencia.
Dennis Hooper aunque él está en piloto automático, su personaje muy gracioso y carismático.
Lara Flynn Boyle en su mejor momento, tenia una belleza increíble, un rostro perfecto, y encima talentosa (una pena lo que pasó con ella), ideal para ser una mujer fatal postmoderna, bien informal, de pelo corto, jean y remera.