Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3 333
Críticas ordenadas por utilidad
9
8 de enero de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de haber escrito esas dos grandes y apasionantes obras, tituladas “Crimen y castigo y “El Jugador”, Fiódor Dostoyevski (Фёдор Достоевский) se casa con su taquígrafa, Ana Grigorievna Snitkina. Cargado de deudas, al entrar en quiebra sus revistas “El tiempo” y “La Época”, el escritor planea huir con ella por temor a los acreedores, lo que significará un largo viaje por Europa incluyendo países como Suiza, Alemania y Austria.

Es por estos días del año 1867, que Dostoyevski escribe “EL IDIOTA” (Идиот). A riesgo de pasar por un bendito recreando a uno de aquellos hombres tan nobles de corazón que parecieran no caber en la tierra, el escritor encumbra su alma y recrea a ese tipo de personaje que significa burla, menosprecio y rechazo, frente a una sociedad que sólo se sirve de la ventaja, el oportunismo y la utilización de cada ser humano según su propia conveniencia.

El director Akira Kurosawa, enamorado de la cultura rusa, decide adaptar esta imprescindible novela donde vuelve a demostrar la maestría que ya había alcanzado con su excelente, “Rashomon”. Sirviéndose de unos escenarios gélidos, en tiempos de lluvia y nieve, que dan cuenta del romántico drama por el que pasan los protagonistas, Dostoyevski consigue que luzcan cálidos ante la fe en el hombre y la esperanza de conseguir ser bueno que fluye del corazón de aquel “idiota” que, sin proponérselo, irá sacudiendo los corazones de aquellos que le rodean.

Los personajes son sublimes: Kameda (Michkin para Dostoyevski), estuvo a punto de ser fusilado en el ejército, y para salvarse, prometió a Dios que sería bueno con toda persona que se cruzara en su camino. Ahora se esmera por cumplir este propósito con un alma diáfana y sin regateo alguno. Taeko Nasu (Nastasia Filipovna en el libro), es la muchacha del retrato en la estación, quien desde niña cayó en manos de un amoral aristócrata que ahora está dispuesto a casarla para cubrir el pasado, a costa de una gruesa suma. Sólo, Kameda, consigue ver la pureza que hay en ella y esto despertará un sentimiento que arderá con un fragor inextinguible. Y Ayako (Aglaé), es la imagen de mujer con la que soñó haber sido siempre la desgraciada Taeko, y por eso, la desea más, que ella misma”, para que se case con Kameda.

El Amor es una irrestricta compenetración que, de pronto, se causa entre dos corazones, y esto los enlaza para siempre, porque ya no se desea otra cosa que la felicidad del otro. Este filme -como la obra maestra de Dostoyevski-, sabe mucho de esto y nadie debería perderse la ocasión de saber de qué se trata.

Impecable actuación de Masayuki Mori, como ese ser que aflora lo que, el hombre, puede heredar de la Divinidad.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
26 de septiembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La infelicidad de un sinnúmero de mujeres, tiene su raíz en un hecho incontrovertible: su dependencia económica. Al depender, la mujer comúnmente se siente subyugada, incompetente y obligada a reclamar un apoyo para poder hacer sus cosas que, con cierta frecuencia, le negarán con toda suerte de objeciones o se lo concederán de mala gana y con una que otra pulla. Otras mujeres, no dispuestas a soportar reproches o rechazos, esperarán siempre a que su pareja se acuerde de ellas y voluntariamente les dé algún dinero sin que tengan que pedirlo. Éstas, se verán abocadas a que esto ocurra de vez en cuando, porque sus maridos suelen suponer que “si no pide es porque no necesita”.

Emanciparse es hallar la autonomía, una mayor libertad de acción y decisión, y evita deber favores que luego el otro se cobrará con exigencias improcedentes o con malos tratos porque no se hace lo que él espera, pues, es una regla socialmente aceptada que, si dependes, obedeces.

Karen (una convincente Ángela Carrizosa en su debut cinematográfico), debe tener muy claro todo esto, porque ha tomado la firme decisión que deberían tomar tantísimas mujeres y, contra todo riesgo, se ha marchado a la capital ávida de pintar su propia vida.

A su posterior proceder se le podría señalar, quizás, algunas objeciones, pero, en cualquier caso, Karen no es más que un ser humano, y lo que hace, de cualquier forma la pone en camino de sentirse dueña de su propia vida. ¿Lo logrará? Ya ustedes verán todo lo que se inventa esta muchacha para salirle al paso a las barreras y tropiezos que le prepara la vida, mientras en su camino conoce también la amistad sincera, y al lado de Eduardo, siente que la vida tiene sentido y que aún hay muchas cosas lindas que se pueden disfrutar.

Creo que es un afortunado debut el de Gabriel Rojas Vera como director y guionista, y le congratulo por su decidido compromiso en pro de la emancipación femenina, pues, que esto provenga de una mujer, se entiende, pero, cuando proviene de un hombre que se ha criado en una sociedad machista hasta la coronilla, sencillamente se aplaude.

La recomiendo a toda mujer que no se sienta conforme con la vida de pareja dependiente que ahora lleva, y a todo hombre que sienta, en su corazón, que su pareja se siente sometida y/o subvalorada.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
12 de septiembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me entusiasmé con el arranque: Primero, conmovedoras imágenes documentales de una de las tantas tragedias naturales que ocurren en nuestro territorio. Después, esas montañas teñidas con los colores que marcan y determinan a nuestra nación… pero, lo que parecía ser el drama de una colectividad, se convierte enseguida en las andanzas de un investigador privado que indaga sobre el asesinato de una joven en un hotelucho de la capital. ¿Lazos con lo anterior? Con algún esfuerzo y buena voluntad, quizás puedan encontrarse.

Sí, la película tiene una historia, la relación de Pilar, también conocida como Golondrina, con varios hombres. Los afanes de una esposa por evitar que su marido se vea involucrado en el caso. Los amores de la “María Félix” del hotel con el inescrupuloso John Jairo… pero el único y gravoso problema es que está muy, pero muy mal, contada.

Primero: los diálogos son fatales. Parecen haber sido escritos en forma de verso y además de que, en la película se ve a un montón de gente recitando, todos hablan de manera agónica y con un lenguaje tan parecido, que es como si hubiera seis o siete sebastianospinas, y no personajes con caracteres disímiles.

Después, la puesta en escena no aporta nada. Los sets fueron escogidos por requerimiento inmediato y no por sujeción a lo que se cuenta. La iluminación va de interesante… a desencajada… hasta pasar por la pobreza absoluta. Y la fotografía, ingenuamente contrastada entre el color del ahora y el blanco y negro de los recuerdos… pero, curiosamente -quizá por lo atractiva que lucía Flora Martínez caminando descalza- , el recuerdo también recobra sus colores y ya no sabemos si la Golondrina está muerta o es que todavía sigue viva.

El rítmo no podía ser más plano, no hay ni una sola escena emotiva, todo fluye con una parsimonia bostezante y abundan los largos desplazamientos que, además de metraje, no aportan absolutamente nada.

Y las actuaciones… dejan en claro que, alguien dio órdenes, pero no sabía darlas, porque gente con talento como Marlon Moreno, Álvaro Ruiz, Robinson Díaz o la misma Flora Martínez, lucen tan desencantados como un perro arrastrado por un cochero.

Lamento decirlo, pero creo que este “SOPLO DE VIDA” sólo es apto para enseñar lo que no debe hacerse en cine.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
6 de septiembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué gratísima sorpresa me he llevado con esta película! Así es el cine que nos merecemos los colombianos… los latinoamericanos… y el mundo entero. Cine como el que hacían los grandes de otros tiempos: Con una historia cuidadosamente craneada en la que… cada ficha… se adelanta paso a paso… luego de tener perfectamente visionada toda la estructura de lo que se ha venido haciendo. Algo así como cuando Anatoli Kárpov se jugaba una partida de ajedrez contra su fuerte rival Gari Kaspárov. Es un hecho: un guión sólido es la gran viga sobre la que se sostiene una buena película.

Después, “BLUFF”, tiene forma: su puesta en escena, fotografía, banda sonora, edición… denotan cuidado, sobriedad y correcta adecuación, hasta cuando las voces comienzan a oírse en la escena previa o terminan en la escena posterior. Es evidente que, así como la preciosa actriz -a la que interpreta Carolina Gómez- se formó con el método de “Un actor se prepara” de Stanislavki (un divertido apunte), el director Felipe Martinez, también se bebió la imprescindible obra cinematográfica de Billy Wilder, John Huston, y quién sabe que otros grandes directores, para poder hacer una obra responsable, con hondo sentido de la trascendencia, y con más ganas de hacer arte que de hacer dinero, cosa que es harto, pero harto escasa, en el cine de los últimos años.

La historia es deliciosa y está estupendamente interpretada: El fotógrafo Nicolás Andrade (el argentino Federico Lorusso muy bien encajado), descubre a su novia Margarita con el empresario Pablo Mallarino (impecable Víctor Mallarino), en una situación que no deja dudas de su romance, y entonces, decide seguirlo por más de un año hasta conseguir unas fotos que lo comprometan y con las que pueda sacarle dinero o arruinarle el matrimonio con su exnovia. Lo que sigue no hay lugar a imaginarlo, pues está lleno de sorpresas, enredos, humor negro y toda una lección de jugadas karpovianas absolutamente deliciosas.

De las pocas películas colombianas, donde los roles secundarios son cuidados de tal manera que uno consigue recordarles gratamente, pues juegan breve, pero con la precisión de los peones de ajedrez: ¿Cómo olvidar a Pérez, a Rosmery o al portero del hotel?

Un sólo desacierto: el poster, que sugiere cosas de las que, muchos, ya comenzaron a cansarse y esta película, además de que no tiene nada de eso, está llena de color, de gracia e inteligencia.

Bien por Felipe Martínez, pues con “BLUFF”, le añade futuro al cine nacional y su película le abrirá el camino a otras grandes cosas.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
26 de agosto de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprende muy gratamente que, la exquisita e inmortal suite “El lago de los cisnes”, compuesta en 1875 por Piotr Tchaikovski, basada en un pequeño ballet que él mismo escribió pensando en los niños de su familia, haya inspirado esta novedosa y sensacional historia de amores y obsesiones, en la que se envuelve al espectador en un incesante juego de signos, ensoñaciones y fantasmas mentales, que le obligan a tomar partido en la interpretación del complejo proceso que afronta Nina Sayers para lograr sus anhelos en el mundo de la danza.

El director Darren Aronofsky, vuelve a impresionarnos con su vigor narrativo, su creatividad en la imagen y en la edición, y sobre todo, en su capacidad de llevar a condiciones extremas, góticas, hiperrealistas y chocantes, las emociones humanas.

Impacta la eficaz compenetración y la total desinhibición que Aronofsky consigue de Natalie Portman, una chica que asciende incesantemente dados los estimables progresos que se viene apreciando en sus actuaciones. Aquí, es innegable que ha alcanzado la cumbre, y los galardones que ha recibido -Oscar a la mejor actriz entre ellos-, sólo ratifican este tour de force donde ella, la actriz, y Nina la ballerina, son casi gemelas en su férrea compenetración con sus personajes.

Muy lograda, desde los efectos especiales, la gradual transformación en auténtico cisne negro que se produce en la protagonista y las ocasionales visiones que tiene la chica cuando proyecta sus propias ansiedades o sus temores sobre aquellos que la rodean. Y en el terreno de la actuación, eficaz revelación de Mila Kunis como Lily, y muy correctos Vincent Cassel como el instructor de baile y Barbara Hershey como la inflexible madre.

Creo que, el arte cinematográfico está de plácemes cuando una obra como ésta deja entrar un halo de luz por entre las frecuentes nubes que han cubierto su firmamento en las últimas décadas.

Pero, ojo, no puede verse como ejemplarizante la obsesión traumática asumida por la protagonista de este filme. El arte reclama compromiso, disciplina, preparación, rigor e incluso una cierta dosis de riesgo, pero, en ningún caso, puede sobreponerse a la salud mental y a la dignidad, un afán exacerbado de éxito… porque entonces, no traerá alegría sino…
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Más sobre Luis Guillermo Cardona
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow