¡Qué torpeza la de los espectadores de este país!. Se nos presentó "Vientos de agua" los martes en horario Prime time y la audiencia no respondió. Vale. Pues a los que nos gustaba nos obligaron a verla los viernes a a la 1 de la madrugada, después la retrasaron una hora, y, posteriormente, nos la robaron. Digo nos la robaron porque algunos veímos a esta serie como nuestra, como un producto que al consumirlo te proporcionaba una sensación de bienestar que no se había visto nunca en una serie de televisión.
"Vientos de agua" es una producción majestuosa, una serie histórica, hermosa, con un guión myu bueno, y realmente entretenida. La idea del paralelsimo entre las dos historias (del padre y del hijo) es excelente, y es difícil decir cual de las dos es más interesante. Los Alterio, padre e hijo hacen ambos grandes actuaciones, destacando más Ernesto, que en esta serie se consolida como un extraordinario actor. Pero si hay que hacer mención aparte de una actuación, esa es la de Eduardo Blanco, ¡Qué actorazo! Cada gesto es oro, los sentimientos de su personaje los trasmite al espectador con facilidad pasmosa, resumiendo:una de las mejores actuaciones de la historia de la televisión.
En fín, la tremenda injusticia que se ha cometido con esta serie me hace dudar de la salud televisiva española. Cuando escribo esta crítica no hay una edición en DVD de la serie en las tiendas. Hasta que la haya, espero impaciente.

Murnau presenta "Amanecer" como "una canción de dos humanos". La definción es más que adecuada dada la musicalidad de la película, una de las más hermosas de la historia del séptimo arte. El principio sombrío contrasta de gran manera con la divertida y entrañable parte central, para luego volver al drama del final. Una serie de planos y escenas inolvidables es lo que hacen grande a "Amanecer", pero como las canciones, es díficil describirla y tanto fácil verla. Quien no la haya visto aún no debería tardar mucho en hacerlo, es maravillosa.

Jean Vigo rodó esta película ya con la salud algo afectada por la enfermedad que, desgraciadamente, acabaría por su vida poco tiempo después, y pese a ello, el resultado de la misma es espectacular. Hablar de "L'Atalante" es hablar de amor, de amistad, de infinidad de grandes y pequeños sentimientos de los que el director nos hace partícipes durante toda la cinta.
Importante mencionar también a sus tres actores protagonistas que hacen que la obra sea aún más redonda,si cabe.
Lo dicho, una maravilla para los sentidos.De las mejores de la historia del cine.

Estoy en desacuerdo con todos aquellos que menosprecian esta película porque de mediocre no tiene nada de nada. Es más, en algunos momentos la tensión de algunas situaciones te hacen despegarte de la butaca, y eso se consigue muy raramente. Es más que evidente que "El sueño de Cassandra" es muy superior a la media de los productillos cinematográficos que nos llegan normalmente. Es obvio también que no es lo mejor de Allen pero muchos directores darían un riñón por dirigir en toda su carrera un filme de la calidad de "lo peor" de Woody Allen porque un genio es un genio siempre, aunque la genialidad aparezca en mayor o menor medida. Sobra decir que el neoyorquino lo es y esta, una muy buena película.

Gainsbourg provocador. Gainsobourg músico. Gainsbourg conquistador. Gainsbourg.

La vida de un talento natural es difícil de ser llevada al cine. Corre el riesgo la película de ser un mero trazo de la vida de un genio. ¿Y cómo podría ser de otra manera? Esta cinta alcanza cotas altas de un biopic musical y erótico. Surrealismo. He ahí la palabra que a muchos les molesta en un filme. "Pretenciosa" dirán muchos. Así es. ¿Y por qué no? Una película de Gainsbourg no puede pasar desapercibida. Para mí esta obra de Joann Sfar aumenta la leyenda del artista.
Eric Elmosnino está inmenso. Simplemente es Gainsbourg. Yo me lo creo. Yo veo a Gainsbourg. Yo salgo del cine metido en la vida de este hombre. Salgo del cine con Jane Birkin y Brigitte Bardot entre las piernas. En algunos momentos acusa su tono excesivo, su llamada pretenciosidad. Si esto llega a convertirse, en algún momento, en un fallo, lo arregla con creces sus maravillosos números musicales. ¿Pretenciosa? ¿Surrealista? Para los amantes de "Serge" no había otra manera de contar esta historia.