Buen guión, aunque es la típica película Mel Gibson cuando actúa como protagonista.

En resumen: La película está entretenida.

Lo único nuevo que aporta a este tipo de películas es que nos muestra desde una cámara cuasi-subjetiva los "tejemanejes" y demás chanchullos dentro de una cárcel mejicana y cómo poder sobrevivir en ella (aunque a veces dé la sensación que parezca demasiado fácil...). Miseria para unos, privilegios para otros, corrupción con sus distintas conexiones y una trama principal junto a una secundaria a las que el protagonista no le quitará ojo.

Se le podría haber puesto varios títulos a esta crítica. Pero el guión y la dirección por parte de Spike Jonze sólo invita a trarlo como un magnífico y acertado visionario por su idea de hacia dónde nos dirigimos social y emocionalmente de la mano de los avances tecnológicos e informáticos.

Nos encontramos en un futuro no muy lejano en el que Theodore (Joaquin Phoenix), un hombre solitario pero con un interior profundamente sentimental está a punto de divorciarse de la que considera la mujer de su vida. Dentro del vacío que le supone esa situación, un día decide comprar un nuevo sistema operativo basado en una inteligencia artificial con una caracterización casi cercana a una conciencia humana. A partir de ahí, empieza todo.

La película te introduce en un contexto en el que el avance tecnológico es aceptado por la sociedad. Pero al mismo tiempo, te reta a un dilema interior sobre hasta qué punto la tecnología puede llegar a sustituir a un alma con sentimientos de tristeza, alegría , curiosidad, cuerpo físico…

Me gustó muchísimo la visión del futuro de Spike Jonze: el trabajo de Theodore (que me pareció un puntazo brutal), los videojuegos, los ordenadores, la gente andando por la calle con las cabezas agachadas y sin relacionarse con nadie que no fuera nada un móvil (¿te suena de algo?) o también la actitud abierta de la sociedad frente a los avances tecnológicos.

Pero lo que me gustó por encima de todo fue la MAGNÍFICA ACTUACIÓN de Joaquin Phoenix: es inseguro, triste, melancólico, alegre, eufórico, enfadado, sorprendido, etc.. y la verdad es que borda cada uno de ellos.

Importante apuntar que no es una película para todos los públicos. A algunos les parecerá una película “rara”. Pero creo que a la gran mayoría, una obra única.

Sin duda alguna, merecidísimo Óscar 2014 al Mejor Guión Original.

Esa fue la expresión que más repetí al principio, a mitad y al final de la película.

Sobresaliente extravagancia de efectos gráficos, visuales y de sonido. La película se deja lucir, para que observes el TRABAJAZO gráfico que hay detrás de ella. No recuerdo haber visto ninguna otra película con detalles tan exquisitos.

El argumento: unos alienígenas de tamaño descomunal se han propuesto acabar con el planeta Tierra. La única forma de combatirlos, es creando robots de talla semejante, tripulados y manejados por humanos.

Los actores: defienden el papel, pero pasan de puntillas. Los verdaderos protagonistas son los Jaegers (robots) y los Kaiju (alienígenas).

Muchos dirán que Guillermo del Toro no ha tenido que romperse mucho la cabeza, ya que basta con acudir a unas cuántas décadas atrás, recordar a Mazinger Z y trabajar a partir de ahí. Pero cuando ves la película, caes en la cuenta de lo fácil que es hablar, y por tanto, de lo fácil que es equivocarse. Te das cuenta que es imposible hacerlo mejor. Que hay que "tenerlos bien puestos" para hacer lo que ha hecho. Y que ha conseguido su objetivo: dejarte con la boca abierta.

131 minutos de película que nunca quieres que acabe. Acción constante. Historia perfectamente hilada que no aburre, sino que engancha. Batallas ESPECTACULARES entre robots y alienígenas. ¿Qué mas se puede pedir?

Tan sólo por ver una batalla, ya vale la pena. ¡Lástima que al final no pude verla en el cine!

NI SE TE OCURRA PERDÉRTELA.

Pd. Recomendable verla en formato Blueray o Full HD. ¡ALUCINARÁS!

La película trata de un guionista (Colin Farrell) que intenta buscar un buen argumento para escribir su próximo guión y llevarlo a la gran pantalla. Y qué mejor idea que en dicho guión, los protagonistas sean ni más ni menos que 7 psicópatas. Lo que no se esperaba el guionista, es que dicha película la tendrá que vivir y sufrir en sus carnes bajo la notable actuación de tres de ellos: Christopher Walken, Sam Rockwell y Woody Harrelson. El desencadenante de todo: el robo de un perro raza Shih Tzu, propiedad de un mafioso psicópata (Woody Harrelson).

Argumento alocado e interesante, que te empieza enganchando pero que poco a poco se va quedando sin aire. Lo salva las buenas interpretaciones de los actores, a pesar de que se te pueden acabar haciendo pesados.

La película promete una traca final que nunca llegará.

En un excelente arrebato de creatividad, mezclada con inteligencia y sencillez, Pete Docter BORDA la difícil tarea de explicar con “colorines” el misterioso y complejo proceso de cambio que se desencadena en nuestro interior cuando pasamos de la infancia a la adolescencia.

Alegría, tristeza, miedo e ira, serán los protagonistas que rondarán controlada y descontroladamente dentro de Riley, quien se ve afectada por un fuerte cambio en su vida. Además, se juntará con que está en esa etapa de la vida en la que se pierde la inocencia de la infancia y se empieza a notar cómo el mundo se va volviendo cada vez más extraño.

No es una película para niños. Está dedicada especialmente a los adultos, quienes nos veremos identificados en muchos de los momentos que se viven en la película.

Pixar vuelve a MARAVILLAR al público. Nos vuelve a hacer reir y llorar. Nos abre los ojos y nos hace darnos cuenta sobre aquel cambio que todos experimentamos en su momento, y que quizá nunca fuimos del todo conscientes.

Un viaje divertido, reflexivo y melancólico, a la altura de los creadores de “Up”.