Entretenimiento puro pero con trampa. Creo que es la mejor forma de definir a esta película. David Fincher nos propone una intensa trama que se teje a partir de la visita del hermano pequeño (Penn), que le hace a su "adorado" hermano mayor (Douglas). A partir de este momento, nos encontramos ante un ejercicio de guión que sorprende y atrae a un público que busca pasar una buena tarde en familia o hacer más amena una aburrida noche en casa.
El film está bien, Douglas muy correcto y convincente, pero para ser una excelente película le falta ese "algo" que nunca sabes cuál es, un ingrediente más para darle sabor a este juego. En mi opinión, se podría haber "jugado" más en pantalla con Sean Penn, el hermano pequeño, pues pienso que sale muy poco en la misma (si bien es cierto que las pocas veces que aparece son siempre en puntos críticos del film). Tampoco el guión nos cierra pequeños detalles que una vez acabada la peli sigues preguntándote (como el hecho de que el ricachón Douglas cante en voz alta delante de una "semidesconocida" su número de cuenta bancaria); por tanto estamos ante una propuesta interesante que consigue engancharte al plasma, pero tramposa.
De todas formas, por muchos "cabos sueltos" que deje este guión o por mucho ejercicio de trampa que podamos ver en el transcurso de esta película, siempre es de agradacer hacer largometrajes como éste, y sin duda "The Game", es una film recomendable para cualquier persona, pues la tendrá entretenida 90 minutos en un día tedioso y aburrido.

Y una cosa más, quiero destacar la muy adecuada canción que Fincher elige para la escena en la que Douglas atisba como ese dolor de cabeza llamado "CRS" ha entrado violentamente en su casa o mejor dicho pequeña mansión. Y me refiero a la canción "White Rabbit" del grupo Jefferson Airplane, la cual realiza un paralelismo de "crescendo" constante junto a la trama de la película, al igual que las notas de este magnífico tema.

Coppola realiza la mejor película de la historia como si fuera un documental familiar. Ahí está su hermana, la fantástica Talia Shire, y sus dos hijos (Sofía es el bebé de la escena del bautismo). "El Padrino" no es solamente una película magistral, obra maestra, es algo más difícil de explicar. Al que no le guste "El Padrino" que se olvide de gustarle el cine, al que no le guste este festín cinematográfico no puede ser cinéfilo, en definitiva, decir "no me gusta El Padrino" debería estar en la Biblia como uno de los pecados capitales. Casi ninguna cinta posee vida propia en cada una, y digo cada una sin excepción, de sus escenas, como la tiene esta primera parte de la trilogía de los Corleone.
¡Ay! Cuánto envidio a todos aquellos que aún no la hayan visto, pues aún a están a tiempo de disfrutarla por vez primera. . .