Aunque Dennis Leary, no es santo de mi devoción, el argumento de esta serie me hizo tilín y decidí darla una oportunidad, pues bien, a partir del sexto episodio de la primera temporada, tire la toalla, debo de estar haciéndome viejo, porque ese humor negro y esa incorrección política, que me habían vendido, no la detecte por ningún lado. Huele a la legua a producto tramposo y manufacturado, sin ninguna imaginación y sosa de cojones.

Tres patosos soldados de la reserva, que debido a sus múltiples meteduras de pata, tienen de los nervios a un duro y caricaturesco sargento, son castigados por este, mandándolos de cabeza a Irak, para que se enteren de lo que vale un peine. En pleno vuelo salen despedidos con jeep y todo por la puerta de carga del avión, cayendo en el desierto de México, creyendo al ver el paisaje que se encuentran en Irak, produciéndose a partir de aquí todo tipo de malentendidos con los lugareños, a la vez que el duro sargento les pisa los talones. A pesar de no ser lo descacharrante que podía haber sido, al contar con una premisa tan gamberra, tiene algún que otro buen gag y logra divertir en bastantes momentos. No me avergüenza confesar, (más bien al contrario), que pase un rato entretenido.

Una nadería, con un medio lujoso envoltorio, que ni es comedia, ni romántica, ni la leche que el pario. Todos los personajes se comportan como idiotas, haciéndote imposible empatizar con ninguno. Solo he sacado en claro, lo patética que esta Jane Fonda con esa horrenda cirugía estética, que la han perpetrado. Prescindible.

En la guerra civil española y por extensión en cualquier guerra, hemos leído en innumerables obras (los que por fortuna no hemos vivido ninguna y lo que sabemos de estas es por los libros), tanto la bajeza con la que puede llegar a comportarse el hombre con sus semejantes, como las inexplicables y temerarias heroicidades que ese mismo hombre es capaz de hacer al calor de sus convicciones.
Hago esta breve introducción, para intentar dejar bien claro, que no es ni la ideología, ni la mayor o menor verosimilitud (la realidad suele superar a la ficción) de lo que aquí se nos cuenta, las razones por lo que no me ha dicho nada esta historia bajo el punto de vista cinematográfico (esperaba más tratándose de la directora de Yoyes 2000), ya que ni las interpretaciones, ni la trama, han llegado a suscitar el mas mínimo interés por mi parte, trayéndomela al pairo el curilla, los fachas, los rojos y las vicisitudes del resto de los implicados.
Hay buenas y muy buenas películas rodadas sobre esta guerra, (narradas desde múltiples ángulos y con diferente carga ideológica), pero esta desde luego no entra en ninguna de las dos categorías.

Pues que quieren que les diga, las andanzas de este picoleto cocainómano no las cojo el punto ni cuando la vi en su día, ni en algún pase que me he encontrado por televisión, no sé si es una comedia, un drama o vaya usted a saber qué. Lo que si tengo claro, es que me ha parecido una estupidez sin pies ni cabeza, en la que no merece la pena tratar de seguir la trama. Prescindible.