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Estados Unidos Estados Unidos · Bon Temps (Louisiana)
Críticas de RandolphCarter
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Críticas 225
Críticas ordenadas por utilidad
5
22 de marzo de 2010
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nuevo refrito descafeinado, producto de meter en una licuadora temáticas de Philip K. Dick, Isaac Asimov y William Gibson, aderezadas con estándares del cine de acción mainstream y un pretendido, que no conseguido, tono de film noir. Las influencias son tan evidentes y recauchutadas que hasta da pereza nombrarlas: a los ya mencionados autores les sumamos producciones cinematográficas relativamente próximas como “Yo, robot” (¡si es que hasta James Cromwell repite papel de creador arrepentido de su obra!) y cualquiera que se os ocurra y ya está, tenemos un celuloide precocinado y sin personalidad como siempre en la poco prolífica carrera de Jonathan Mostow (La pretenciosa “U-571”, la fallida ”Terminator 3”, la decente “Breakdown”, y un par más).

Nada llega a sus últimas consecuencias; en lo interesante que es el concepto de vivir artificialmente a través de androides que son versiones perfeccionadas, como maniquíes de “Sexo en Nueva York”, de lo que quisiéramos ser, a costa de dejar de vivir realmente, no se llega a profundizar y la escasa acción tampoco es de lo mejor que hayamos visto. El director juega a las sorpresillas en la investigación, que cuando no son predecibles, dejan bastante indiferente, como con el ridículo personaje de Ving Rhames. Los tintes dramáticos en la relación entre Bruce Willis y Rosamund Pike y su tragedia personal tampoco llegan a emocionarnos por la habitual frialdad expositiva de Mostow, artesano manufacturero de productos lo suficientemente exitosos como para que le vuelvan a llamar los productores ávidos de blockbusters a coste razonable. Una peliculilla de domingo tarde que por lo menos tiene ritmo suficiente como para no desesperarse a bostezos, pero lejos de los resultados de recientes propuestas muchísimo mejores en el género de la ciencia ficción como “Distrito 9”, “Moon”, “The Box” o “Star Trek (2009)”, por nombrar algunas.

Bueno, finalmente quiero hacer un alegato en contra de los infames anuncios con los que a veces nos topamos. Me refiero a aquellos engañosos, que no te dan una idea del tono auténtico de la película, como pasa con “Los sustitutos”, vendiéndotela como una vertiginosa montaña rusa de aventuras, cuando en este caso es un film de investigaciones criminales en un marco futurista. Además de esto, nos regalan la vista con todas las escenas de acción más el final, así que como que uno ya sabe qué va a pasar, al llegar a esa cuenta atrás que debería ser emocionante e imprevisible ¿qué sucede? Te decepcionas y te cagas en el tráiler maker o cómo demonios se les llame. Entiendo que se procure atraer a la gente a las salas con montajes atractivos, pero por favor, no a costa de destripar secuencias importantes y finales. Gracias.
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RandolphCarter
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5
7 de julio de 2010
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Remake de un mediocre film de George A. Romero, sorprendentemente realizado con buen pulso narrativo por Breck Eisner, director de la detestable “Sahara”.

En un condado campestre del sur estadounidense, la gente comienza a tener injustificadas reacciones violentas contra todo prójimo a causa de un virus. El sheriff del lugar (Tymothy Olyphant) y su mujer (Radha Mitchell) tratarán de sobrevivir a la expansión de la pesadilla virulenta y al ejército que el gobierno ha enviado para controlar el contagio. Si bien la peliculilla argumentalmente no da más de sí y la calidad de sus diálogos bascula entre la anormalidad exacerbada y la vacuidad extrema, se trata de una cinta de lo más entretenida y bien filmada. Que no es de Uwe Boll, vaya.

He de decir que al principio me pareció inconexa, chusca y artificiosa (ridícula la escena de la sierra persiguiendo las gónadas del protagonista en la morgue), pero a medida que avanzaba el metraje, sobre todo a partir de la grimosa escena del tridente, me subió bastantes enteros, ya que lejos de irse diluyendo en el tedio, supone una sucesión de “set pieces” de acción-terror tan zafias e improbables como divertidas y espectaculares. Tan simple y tan efectivo como esto, ni más ni menos.

La premisa para disfrutar de este film es aceptar su carácter desinhibido de producción serie B y olvidarse de cualquier tipo de veracidad y realismo. En definitiva, esto sólo es un festín hemoglobínico para aficionados al género, con desarrollos propios de la ciencia-ficción apocalíptico-rural que evocan sobremanera a ciertos relatos de Stephen King. Para tragarse con unas birras y/u otras sustancias en sesión doble tipo “Grindhouse”, junto a la igualmente mala e hilarante “Legión”.
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RandolphCarter
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7
23 de agosto de 2010
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Don't be afraid of the dark" es un estimable film de culto del año 1973, bastante angustioso y perturbador. La cosa es que un joven matrimonio hereda el antiguo caserón de la difunta abuela de la mujer, pero con un inesperado "regalito" dentro. En una inspección al sótano para decidir qué obras ejecutar al inmueble, la esposa cree oír desde el interior de la chimenea susurros de voces cavernosas y amenazantes. A partir de aquí es un constante crescendo de tensión en el que noche tras noche, una especie de pequeños cabrones antepasados de los Gremlins se dedican a asustar, acosar y atacar a la mujer con el objetivo de arrastrarla al interior de la chimenea...

Cutrecilla sí que es, pues el diseño de los seres se ha quedado un tanto obsoleto (por decirlo de una manera amable, parecen macacos arrugados), pero indudablemente hay cierto talento en la efectiva puesta en escena y en los mecanismos que utiliza el director para inquietarnos, más basados en la sugerencia y el uso del sonido que no en la explicitud. Sobretodo destacaría los planos más oscuros en los que sólo atendemos a los diálogos entre los seres, que en VOSE con la luz apagada en casa y con el volumen a tope, acojonan lo suyo.

Una curiosa producción televisiva que tiene un encanto ineludible para los aficionados al terror; a ver que tal estará el nuevo remake producido por Guillermo del Toro, declarado admirador del original.

“When will they come? When will they come? When will they come and set us free? To set us free. Set us free. Set us free in the world. Free. Free. Free in the world. Set us freeeeeeeeeeee!”
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RandolphCarter
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7
12 de abril de 2010
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Original e hipervitaminada continuación de “La casa de los mil cadáveres”, que podría disfrutarse (o padecerse, según se mire) independientemente de conocer o no a su predecesora, puesto que lejos de su condición implícita de secuela, se maneja en parámetros diametralmente opuestos en tema, tono y estética a aquella. Lo que antes era un film de terror en una mansión de los horrores, ahora es una desquiciada road movie setentera, en la que seguimos las sangrientas fechorías de los prófugos Baby, Otis y Spaulding, mientras son perseguidos por un igualmente despiadado sheriff con sed de venganza por el asesinato de su hermano a manos de tan cordial familia de tarados.

Rob Zombie no se conforma con simplemente expandir lo dicho en la primera parte, sino que evita caer en reiteraciones para ofrecer un film con entidad propia. Lo que antes era oscuridad y tinieblas, ahora sucede a plena y sofocante luz del día, recorriendo paisajes desérticos del sur estadounidense, en lugar de circunscribir la acción a una casa maldita. Además, los recursos sobrenaturales aquí se obvian plenamente, apostando por un hiperrealismo violento y turbador. Las atrocidades mostradas ya no parecen cosa de serie B fantástica, sino una suerte de perversión de Bonnie & Clyde plausible y por ello más desasosegante, si cabe.

Tenemos pues un claro ejemplo de fiesta salvaje hemoglobínica, un compendio de escabechinas malsanas a cargo de los antihéroes de la función, a los que Zombie exalta tanto en el papel de verdugos como en el de víctimas, causándonos repulsa y a la vez obligándonos a empatizar y por ende, a simpatizar con ellos. Como de costumbre en la sórdida carrera del realizador de “Halloween” (2007), la incomodidad y el desconcierto pueblan una desigual cinta repleta de crueldad, sadismo y tacos (según wikipedia dicen “fuck” 560 veces) pero esta vez rodada con mano maestra a modo de homenaje a las películas explotation de los 70, a las que el director parece rendir tributo: la estética, los sistemas de unas pantallas desplazando a otras, pausas súbitas en la acción… todo rodado con un sentido mucho más clasicista que “La casa de los mil cadáveres”, alcanzando resultados superiores. A destacar el excelente tiroteo inicial, los geniales títulos de crédito, el destino de la última rehén del motel y el apoteósico final a ritmo del “Freebird” de Lynyrd Skynyrd.
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RandolphCarter
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5
22 de noviembre de 2010
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las más divertidas películas de zombies que uno se pueda echar a la cara es esta secuela morosa del clásico gore de Romero, que resulta ser una de las más entretenidas y dinámicas de Fulci y del subgénero de los muertos vivientes en general. Aquí éstos se nos revelan como unos putrefactos asesinos, de aspecto costroso y agusanado, andares lentunos y gemidos proclives al mal rollo, que se las traen en su afición a las muertes truculentas y su indiscriminado apetito voraz por la carne humana.

Un bote aparentemente vacío llega a la costa de Nueva York. Lógicamente las apariencias engañan y su bodega esconde un ser sobrenatural de tendencias antropofágicas con especial gusto por los cuellos ajenos, que tras atacar a un policía, acaba desapareciendo en la profundidad de las aguas. La hija del propietario del barco, junto a un periodista interesado en el caso, se propone ir a la isla donde fue visto su padre por última vez para esclarecer el caso. Lo que sigue es un festival gore con el sello particular del director: órbitas oculares defenestradas, festines de vísceras al aire, proliferación de gusanitos en la cara, actores unidimensionales que sólo saben gritar o quedarse paralizados de terror y un guión de juzgado de guardia.

No dejarse engañar por el título inglés y su póster, que de la gran manzana vemos tan sólo unos minutillos y de refilón; el grueso de la acción acontece en una isla caribeña repleta de monstruos indígenas, selva playera y golpeteos de tambores vudú, que le dan un toque exótico muy resultón. Esto, unido a que casi todo el metraje hasta la parte final, acontece en pleno día, le da al film una estética y sensaciones inusuales al género, alejándose de ambientaciones góticas o tenebristas.

Escenas para la posteridad hay unas cuantas; aparte de la habitual e imitadísima grimosa secuencia del ojo y la astilla, yo me quedo con el delirante combate acuático -zombie con algas vs. tiburón blanco- y el asedio final en la cabaña, que don Lucio filmando clímax terroríficos era único en su especie. Recomendada para mentes enfermas con gusto por la acción casposa e insalubre.
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RandolphCarter
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