Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3 333
Críticas ordenadas por utilidad
10
30 de noviembre de 2016
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las empresas de Andrew Colby, están pasando por un período de prosperidad y, cuando el empresario conoce a Robert Regan, la suerte de abogado diligente, arriesgado y con lealtad a su cliente… ¡aunque esté luchando por una suma irrisoria!, Colby siente que es el hombre que necesita para protegerse de su antiguo socio, Leopold Kroner, quien acaba de salir de la cárcel tras un asunto con bonos falsificados por un millón de dólares. Regan, se deja tentar por el dinero que le ofrecen… se hace con un revólver… y muy pronto lo estará usando contra un hombre que, según parece, no debía morir.

La investigación que sigue, a la que se sumará el teniente Damico, es de lo más atractivo que nos haya ofrecido el Cine Negro de los años 40', combinando en equilibradas dosis, el drama, el suspenso, el romance… y de paso, la necesaria crítica social. El director, Michael Gordon, demuestra aquí que ha alcanzado la madurez absoluta, logrando contar su historia con una dinámica irresistible y logrando bordar unos personajes sólidos y entrañables.

El abogado, Robert Regan (magnífico, Edmond O’Brien), es esa suerte de hombre con principios que salió de la universidad dispuesto a servir a la gente de escasos recursos la cual suele ser víctima de la prepotencia de los “poderosos”, pero, como tampoco le hace asco al dinero, está dispuesto a tomar las oportunidades que le brinde la vida… siempre que, en su tarea, pueda hacer lo que considera correcto. El papel que jugará aquí, demuestra de nuevo que, para no llevarse singulares sorpresas, es mejor que, en la vida, ¡jamás subestimes a nadie!

Amigable, generoso y de una prudencia ejemplarizante, el comisario Damico (impecable, William Bendix), es toda una lección de hombre de ley y la suerte de amigo en quien se puede confiar, aún en los momentos más comprometidos. Como empresario, Andrew Colby (Vincent Price, haciendo lo que mejor supo hacer), es la clase de empresario capaz de lucir encantador en cualquier momento, pero, su otra cara la guarda muy bien para los momentos forzosos; y la secretaria, Noel Faraday (muy atractiva, Ella Raines), representa a la chica con los pies en tierra, de las que saben estar con quien tienen que estar.

El guion de, William Powers y Bertram Millhauser, basado en una historia de Harry Kurnitz, resulta efectivo por donde se le mire… y goza, además, de unos diálogos profundamente halagadores, donde cada palabra está hecha para significar, despertar inquietudes o para permitirnos comprender lo necesario. Cada personaje resulta brillantemente caracterizado, y nuestra conexión con la historia, se consigue desde el primer minuto en que, el valiente abogado, irrumpe con admirable firmeza en la junta que lleva a cabo el próspero empresario. También, en ese mismo momento, entrará en el corazón de la linda secretaria… y ella en el de él.

<<LA ARAÑA>> (“La Red”, sería más ajustado) es la clase de película que me deja totalmente satisfecho.

Cierro con un diálogo sobre el que vale la pena pensar un poco:
- Es muy raro encontrar hoy día lealtad.
- Puede comprarla en cualquier tienda de mascotas de la ciudad.
- ¡Desgraciadamente, creo que es sólo allí donde podría encontrarla!

Título para Latinoamérica: <<LA TELARAÑA>>
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
24 de agosto de 2014
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El agregado militar de la embajada de Sylvania en París, el conde Alfred Renard, ha venido llevando una vida licenciosa involucrándose con mujeres casadas… y tras ser sorprendido en ¡un último y deshonroso hecho!, es obligado a volver a su país, donde deberá presentarse ante su majestad Louise I, quien, por estos días, viene siendo acosada por los miembros de su Consejo para que contraiga matrimonio, porque han visto con sorpresa como, cada pretendiente, ha sido despachado por ella sin esperanza alguna. Convenciendo a todo el mundo de que no es por falta de atractivos que no se ha casado, al conocer a Renard, quien espera ser condenado, la reina lo encuentra un don Juan bastante seductor (¿?)… y así tendrá comienzo la primera historia de amor entre una reina y un plebeyo, en la que la mujer manda y el marido… por haberse convertido en príncipe consorte con mil obligaciones y ningún derecho –y según lo ha jurado ante el altar- deberá ser dócil y obediente ante cualquier orden que dé la soberana.

“EL DESFILE DEL AMOR” es un semi-musical bastante ligero, con un guión que nunca levanta el suficiente vuelo y con unas actuaciones que no mueven ni una sola fibra, pero que, sin embargo, trajo suerte a muchos de los que intervienen en él: Fue el primer filme sonoro del director Ernst Lubitsch, tras haber realizado ya una decena de títulos silentes en su nueva etapa en los Estados Unidos de Norteamérica. Para el chansonnier, Maurice Chevalier, fue el filme que lo hizo famoso en el nuevo continente. Significó el debut cinematográfico de la atractiva y excelente cantante, Jeanette McDonald, quien, desde entonces se convertiría en pareja de Chevalier en tres títulos más. Representó el encuentro del guionista húngaro, Ernest Vajda, con el director alemán, colaborando con él, desde entonces, en cinco títulos de cada vez mayor relevancia… y nos dio ocasión de volver a ver el inolvidable rostro del comediante, Ben Turpin, aunque solo fuera en un solo plano que nos llenó de nostalgia al poder recordarlo en sus locas comedias dirigidas por Mack Sennett.

Pero, Lubitsch no ha estado aquí tan acertado como hubiéramos querido, pues el filme luce sin compromiso; su toque apenas se descubre en la abundancia de puertas y en algunas poses sexys de la protagonista; a los diálogos les falta sabor y picardía; no hay en el romance de la pareja contacto íntimo (para los mal pensados, léase verosímil empatía), ¡sus besos abajo del labio lucen requetemalucos! Las canciones… una sí… y otra no… una sí… y el resto no. Y creo que la mejor es, sin duda, la que cantan Lupino Lane (Jacques el fiel mayordomo) y Lillian Roth (Lulú la coqueta doncella).

No obstante, el filme obtuvo la mayor cantidad de nominaciones (seis) a los premios Oscar… aunque no se llevó ninguno. ¿Tan bajitas andaban las cosas en aquel año?
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
13 de junio de 2013
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es fácil comprender por qué, Frank Darabont, tuvo su primer experimento fílmico con un thriller: Las primeras puertas que se le abrieron en el cine, fue como colaborador en los guiones de, “A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors”, “The Blob” y “The Fly II”, en cuyos rodajes estuvo presente; y ya andaba hondamente interesado en las novelas de Stephen King, una de las cuales había tomado como base para su primer corto, “The Woman on the Room” (1984). Le llega entonces la ocasión de hacer un filme para televisión por cable y su experiencia en el terror y el thriller, lo anima entonces a experimentar en estos terrenos.

Infortunadamente, para <<ENTERRADO VIVO>>, Darabont contó con un guion demasiado pobre y convencional, y no supo, o no pudo modificarlo de tal manera que lograra ser una tesis debidamente sustentada, y el resultado es una historia con tantos huecos como los que tiene aquel laberinto de madera que, absurda -y mágicamente- construye en el interior de su casa el personaje protagónico, Clint Goodman (Tim Matheson), para atrapar a su esposa, Joanna (Jennifer Jason Leigh) y al ginecólogo Cort van Owen, quienes intentaron asesinarlo.

La película parece hecha en un santiamén, sin ocasión de agregar escenas, ni revisar rushes; sin asesoría profesional de ningún tipo… y por éstas, y otras posibles razones, se escapan cosas tan perceptibles y falsas como las siguientes:

-No hay ninguna sustentación argumental en el personaje de Clint, que valide la fácil inclinación de su esposa hacia el intento de asesinarlo.
-Tampoco existe una explicación comportamental que justifique la demencial actitud de Joanna y sus instintos criminales. Todo esto es gratuito, sucede porque sí, porque alguien se lo pidió al oído.
-Si se comparara, <<ENTERRADO VIVO>>, con, “The Postman Always Ring Twice” -a cuyo argumento tiende a semejarse-, se verían las diferencias abismales que existen en la construcción de personajes entre uno y otro filme.
-El embalsamador parece acabado de entrar en el oficio porque argumentar actos reflejos en una persona muerta, es falso, y alguien conocedor se tendría que haber puesto alerta ante el movimiento de cabeza del supuesto fallecido.
-Con su bisturí, el embalsamador le hace a Clint una herida en el cuello, suficiente como para que se desangre en unos cuantos minutos… pero no pasa nada con la herida y, además, desaparece como por encanto cuando Clint sale a cobrar venganza.
-Y para no alargarnos ¿Qué clase de sheriff es el que ve una tumba en las condiciones en que quedó la de Clint, y despacha la situación diciendo al sepulturero: “Mire usted y me cuenta después”.

Es con, “The Shawshank Redemption”, que, Frank Darabont, habría de demostrar que sí tenía un enorme talento.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
5 de diciembre de 2012
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una hermosa mañana, mientras caminaba por un parque de Medellín, me encontré con un viejo amigo que lucía el cabello desordenado, unas inmensas ojeras de un largo trasnocho, y en su rostro, con barba de dos días, un necio aire de complacencia. Mi amigo me puso una mano en el hombro y me miró fugazmente a los ojos; esbozó una sonrisa, y exclamó con jactancia: “¡Cardona, llevo bebiendo tres días seguidos!”. Advirtiendo su necia actitud, sin pensarlo siquiera y quizás con improcedencia, se me ocurrió preguntarle: “¿Te sientes orgulloso de eso o estás avergonzado?” Mi amigo se quedó estupefacto, no moduló palabra alguna, y se marchó en silencio.

Creo, ahora, que a un "Rey del Tabaco" le haría, con mayor gusto, esa misma pregunta, pues, ejerciendo una labor como esa, ¡cómo caminar por las calles y ver indiferente a decenas, cientos o quizás miles de personas que, con cigarrillos y puros, cada día van gestando un terrible proceso canceroso!... y todo porque se comieron el cuento, made in Hollywood, de “lo seductor que se luce con un cigarrillo en la boca”… ¡Qué bueno que observaran en los obituarios, la extensísima lista de gente del cine que ha fallecido víctima de enfisemas pulmonares!

Este particular sentimiento, despertó en mí una rara prevención contra este filme cuando, al leer su sinopsis, me enteré de que el protagonista estaba relacionado con las tabacaleras, y de no ser porque lo dirige un cineasta de mi más alto aprecio como lo es, Michael Curtiz, quizás no lo hubiese visto nunca. Pero, ahora siento que valió la pena e incluso me animo a recomendarlo, pues, recrea con acierto el ascenso y caída de un hombre que tan sólo buscó el éxito y el poder para cobrar venganza; y con la misma fuerza que él logra salirse con la suya, el destino lo pone en un sendero del que no consigue sustraerse hasta que el búmeran regresa y da en el blanco.

Es entonces, cuando se reconoce que la vida fue buena con nosotros; que tuvimos oportunidad de elegir lo correcto y lo satisfactorio; y que se nos mostró un camino más digno y más humano. Pero, cuando nos puede el orgullo y el deseo de desquite, las desgracias se abren paso y el dolor penetra en nuestras entrañas... y no hay otro responsable diferente a uno mismo, porque lo viste, pero no entendiste; pudiste, pero no lo hiciste; se te dio, pero no lo tomaste.

Escrito por, Ranald MacDougall, quien adaptó la novela de Foster Fitzsimmons, el filme de, Michael Curtiz, aunque no puede ubicarse en la lista de sus más loables realizaciones, es positivo porque es coherente con las leyes existenciales, y porque deja muy bien trazado un sendero que, en casos como éste, ha de lucir siempre teñido de un oscuro gris.

Eficiente presencia de, Lauren Bacall, Patricia Neal, y un correctísimo Gary Cooper, dándose el gusto (y el disgusto) de vivir en doble partida, su intenso romance con su bella compañera en, “The Fountainhead”.

Título para Latinoamérica: SEMILLAS DE VENGANZA
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
10 de septiembre de 2012
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué pensarán los alumnos de ti, profesor, cuando te hayas ido?, ¿Te recordarán como alguien que transformó positivamente sus vidas?, ¿Tendrán tu imagen guardada entre sus más gratos recuerdos?, ¿Habrá algún muchacho que piense que tú fuiste el mejor maestro que tuvo en su vida?...

Creo que Pat Conroy -“Patroy” para su convencional rectora y “Conrack” para sus rezagados alumnos- será de aquellos, siempre escasos profesores, que conseguirá obtener respuestas positivas a aquellas preguntas, pues no sólo enseñó como se debe enseñar (impartiendo conocimientos útiles para la vida, dictando clases activas y experimentales, e interesándose por sus alumnos como personas) sino que fue capaz de irse contra las normas cuando sintió que, éstas, fomentaban el oscurantismo, el maltrato y la segregación.

En un mundo de profesores-sujetos (doblegados, incapaces de trascender sus funciones y faltos de creatividad), un profesor como “Conrack” es un glorioso oasis y es la esperanza de libertad y confraternidad con la que soñamos muchos seres humanos. En la isla Yamacroah de Carolina del sur – tierra con rezagos feudales y esclavistas- el dejó su huella en 1969, tiempo en el que los EEUU desbordaban su arrogancia contra el valiente pueblo vietnamita. Para aquellos chicos afrodescendientes, su presencia trajo autovaloración, aprendizaje cierto y reconocimiento de su enorme valía como seres con futuro.

Martin Ritt, un director consecuente y uno de los que más luchó contra la discriminación racial a lo largo de su filmografía, logra una cálida, objetiva, valiente (y por supuesto libre) adaptación del libro “The water is wide” que, el mismo Pat Conroy publicara en 1972, y del cual la cadena Hallmark hizo ya una nueva versión en el año 2006, conservando el título de la obra. Con Jon Voight en el rol del inconforme maestro, la historia de Ritt gana espontaneidad, un cierto margen de afortunada improvisación y los hechos se desenvuelven con fuerte espíritu y con el más sincero reconocimiento de aquellos torbellinos de afecto que a la primera oportunidad se convertirán en manantiales.

Hay una frase de la señora Scott, que da cuenta de las tan comunes personas que, no puede ser más que por turbias razones, por las que llegan a la rectoría de algunos colegios: ”Trate a los niños con severidad y dureza, píselos con fuerza cuando se pasen de la raya, póngales el pie encima y no lo quite”. Por fortuna, el profesor es un hombre lúcido, y en su momento, habrá de responderle como es debido. Y hasta la comadrona sabrá decirle a él las palabras sabias que fortalecen su esencia: “Trátelos bien y los chicos le corresponderán”.

En medio de un ambiente discriminatorio y cargado de subestimación, el profesor “Conrack” demostrará que poniéndose en los zapatos de los alumnos (¡o quitándoselos junto a ellos!), y tratándolos no como hasta ahora son sino como se espera que sean, cualquier niño o niña conseguirá extraer la ternura y los potenciales que solo aguardan por alguien que tenga la llave precisa.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Más sobre Luis Guillermo Cardona
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow