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España España · Toledo
Críticas de Orion
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
4
28 de abril de 2013
34 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Procuraré ser breve. Lo que voy a escribir aquí no es sólo mi opinión sobre esta película, sino sobre todas (o casi todas) las películas españolas que he visto en el cine en los últimos años.

Combustión es una película que posee una gran dirección en cuanto al apartado estético se refiere. La fotografía es muy buena. Los planos de Madrid, los movimientos de cámara, la filmación de las carreras, etc. Todo a un gran nivel. Ha contado con una jugosa inyección de pasta al parecer, ya que ha sido financiada, entre otros, por Antena 3, La Sexta, Canal +, el Gobierno de España y el Gobierno regional de Cataluña (me ha parecido ver al inicio). Bueno, pues todo esto NO SIRVE ABSOLUTAMENTE PARA NADA si la película NO cuenta con:

A) ACTORES. Los chavales de esta película no son actores, ninguno. No se puede decir "tenemos un problema, viene la policía" con el mismo tono con el que dices "voy a comprar el pan mamá" o "voy a sacar a pasear al perro". Cuando hablan en susurros es patético. Para ser un buen actor hay que aprender a manejar la VOZ. Es fundamental aprender a modularla para hablar acorde con las circunstancias que exige el guión y a la vez hacer que parezca natural. Ninguno de los actores españoles jóvenes de moda sabe hacer eso, por eso cualquier película en la que intervengan suena como un culebrón de estos de la Uno, y rápidamente cualquier frase pierde toda su credibilidad. No sé bien si esto se produce por culpa de una mala dirección de actores, o porque los actores simplemente son malos. O por lo que yo me inclino más bien: porque NO SE TRABAJA UNA MIERDA. Posiblemente el tal Alberto Amann o el Álex González se hayan leído el guión un par de veces mientras cagaban la mañana antes del rodaje, en vez de echarle las horas necesarias que requiere esta profesión.

2) GUIÓN. No voy a poner ningún ejemplo concreto, vayan a verla. De cada tres diálogos, al menos un par contiene una frase sonrojante, de esas que provocan vergüenza ajena. O situaciones tontísimas*. ¿De qué narices sirve tener financiación de tantas productoras y organismos gubernamentales si no eres capaz de esbozar un puto guión coherente, que es el pilar central de cualquier película? ¿Tan difícil es hacer en España un guión de cine sin tener que meter frases chorras y situaciones absurdas cada cinco minutos? Si cuentas con un presupuesto decente, ¿Lo primero que deberías hacer no es conseguir un buen guión, antes de nada? ¿Tan difícil es?

Es una lástima, pero es la realidad del cine español actualmente. Me parece muy bien que se financie al cine patrio, pero es que el dinero por sí solo no crea buen cine. El buen cine lo crea el TRABAJO, ese de echarle horas, pulir guiones, repetir la toma cien veces hasta que esté como tiene que estar, repetir mil veces la frase hasta que la diga como tiene que sonar. TRABAJO, señores, que se traduce en un guión sólido y coherente y una buena dirección. Si falta esto, el resto, por muy bonito que sea, da completamente igual. De donde no hay no se puede sacar. Y punto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Orion
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10
24 de abril de 2016
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Procuraré ser breve. Todos los que estamos aquí, en esta página, lo estamos porque amamos el cine. Entramos, discutimos sobre las películas que nos gustan (y las que no), las criticamos, las juzgamos, las ponemos notas. Sin embargo, hay ciertas películas que no podemos juzgar ni criticar. Esto imagino que nos pasa a todos. Ciertas películas que traspasan todas nuestras barreras internas y se convierten en vivencias, recuerdos, sentimientos concretos. Una vez que una película ha alcanzado ese punto para nosotros, es estúpido intentar juzgarla. Perderse en sus aspectos técnicos (la dirección, el hacer de los actores, el guión). De la misma forma que no puedes juzgar un recuerdo de tu infancia, o una melodía que en cuanto la escuchas te hace evocar un momento pasado. ¿Recuerdan la canción que sonaba de fondo en aquél momento en que eran unos adolescentes de no más de catorce o quince años, y besaban a una chica por primera vez? ¿Tendría algún sentido pensar si aquella era una buena canción, o una mala? Qué va. Ya no se trata de eso.

Estas películas que, como digo, no podemos juzgar, suelen ser películas que te apasionan de pequeño, que te fascinan, que te cautivan en esa edad en la que eres más impresionable. El hecho de poner una nota o entrar a criticar los aspectos técnicos o formales de películas como Jurassic Park o La Amenaza Fantasma me repugnan, es una idea que ni puedo concebir. Porque para mí, éstas dos ya no son películas como tal, no son un producto que veo y que puedo evaluar y juzgar, sino que son ya vivencias, sentimientos del pasado, de un tiempo concreto.

A medida que vas creciendo y haciéndote mayor, cada vez tienes menos películas de este tipo. Pierdes la inocencia, las cosas no te cautivan tan fácilmente, y los recuerdos se suceden a mucha más velocidad. Al ser un amante del cine, consumes cine como quien come diariamente. Ir al cine no es algo especial como cuando eras pequeño, sino que es una constante, y se pierde (en parte) la magia. Sin embargo, muy de vez en cuando, una vez cada, qué se yo, ¿cinco, diez años? Sucede algo como esto. Ves una película que te cautiva, instantáneamente, sabes que es especial. Te hace nacer un sentimiento en el interior. Y lo alimentas. La ves mil veces, empieza a ser parte de ti, como sucedía cuando eras pequeño.

No puedo pensar en Interstellar sin pensar en mi padre. Quizá por eso esta película es tan importante para mí. Creo que pocas películas me han ligado tanto a una persona como Interstellar me ha ligado a mi padre. Horas y horas y días enteros hablando de ella, compartiéndola. Un nexo a una pasión común: el espacio, la negra inmensidad, las estrellas, lo desconocido. Es ver la nave surcar el espacio y escuchar la maravillosa partitura de Hans Zimmer y venir a mi cabeza recuerdos de otros tiempos, de estar en la casa de mi pueblo de niño con todo oscuridad a nuestro alrededor (cosa que jamás podría hacerse en la ciudad), observando las estrellas con el telescopio, y mi padre enseñándome las constelaciones, y ambos teorizando sobre lo que podría haber allá en otras estrellas, con un frío de muerte. Tres veces fuimos a verla al cine, dos veces con doblaje y una en VO. Momentos de esos, pocos en la vida, que sabes según los estás viviendo que los vas a atesorar para el futuro, que no habrá muchos más así.

Sé que nunca voy a llegar a ser un gran crítico de cine. Tampoco creo que sea mi misión en esta vida. Leo las críticas de usuarios como Tomine o Servadac, con una mezcla de fascinación y envidia sana, y sé que nunca seré capaz de expresar lo que ellos expresar ni de ver lo que ellos ven en una pantalla. Incluso cuando no entiendo del todo lo que estoy leyendo, intuyo lo que hay por detrás, y me fascina, me apasiona. Leo sobre la fuerza del cine en su concepto más básico, imagen y sonido. Imagen y sonido. Aunque no lo entiendo del todo, en el fondo creo que es eso. Porque, cuando me pongo a ver Interstellar, con las luces apagadas, y veo la nave surcando el espacio, y empiezan a sonar esas (insisto) maravillosas notas de música, algo se enciende dentro mí, y pienso en mi padre y en aquellos días, en la inmensidad de lo que nos rodea y en lo diminutos que somos en nuestra pequeña bola azul, en qué le deparará el futuro a la humanidad, si conseguiremos surcar la oscuridad infinita y conquistar otros mundos.

¿Simplicidad argumental? ¿explicaciones entre científicos de la NASA que parecen hechas para el público directamente? ¿alguna que otra trampa en el guión? Puede ser, pero qué mas da. Interstellar ya no es para mí un objeto que pueda examinar y juzgar fríamente, ha traspasado la barrera: se ha convertido en un sentimiento. Yo ya no puedo juzgar esta película.
Orion
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10
26 de abril de 2019
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Procuraré ser breve (aunque luego nunca lo soy). A mis veintiocho años, dudaba ya seriamente de que alguna película o saga consiguiera zafarse de la racionalidad que le va imponiendo tu mente a todo a partir de determinada edad y dar el salto hacia ese pequeño Olimpo personal de cada uno, que son las vivencias.

Cuando somos críos, es normal asociar determinadas películas con un sentimiento de fascinación o especial felicidad, o vivirlas de tal forma que no las consideras como películas en sí, sino como experiencias personales que han cimentado tu vida, tu personalidad, tu tú en general. Uno nacido en 1991, como un servidor, no puede juzgar a El Rey León o a Parque Jurásico con la perspectiva de una mente racional cinéfila, sino que dichas películas se encuentran en un escalafón superior a lo que tu sentido de la crítica puede alcanzar, porque forman parte de ti, igual que lo es el recuerdo de estar jugando con tus amigos en el patio o el sabor de los bocadillos de nocilla en el recreo o la noche de cine con tus papis. Esas películas no son analizables, no son enjuiciables desde el punto de vista de la racionalidad, son intocables.

Esto es, como digo, algo propio de la infancia, ya que la facilidad por la ensoñación y por la fascinación es algo que naturalmente se va perdiendo con la edad. Pero a veces, y ya casi por sorpresa, hay algo que consigue saltar esa barrera que vas creando y que cada vez es más alta. Quien me iba a decir a mi que a mis veintiocho años me iba a volver a sentir como en aquella sala de cine del noventa y nueve mientras veía la Amenaza Fantasma.

Los Vengadores se ha convertido en una vivencia para mí, en algo que va más allá de la crítica racional. Si estás dentro de esto sabes exactamente como me siento y a qué me refiero, y coincidirás mayormente con todo lo que estoy diciendo. Si no lo estás, sólo verás a unos tíos disfrazados darse de hostias. Es normal. Es tontería tratar de explicarlo, funciona así.

No he llorado en veintiocho años en una sala de cine, y eso que me trago religiosamente toda película que proyectan y que hay que ver, y que he visto auténticas obras de arte que me han conmovido de verdad. Bueno, pues he soltado un par de lagrimones en la escena final. Después de veintiocho años. Os habéis pasado, joder. Gracias por estos diez años.

La pongo un diez evidentemente. Es lo que hay.


[[[[AVISO: A PARTIR DE AQUÍ, SPOILERS]]]]]]
[[[[AVISO: A PARTIR DE AQUÍ, SPOILERS]]]]]]
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Si bien es cierto que salí casi llorando, estuve un rato dándole vueltas, también, al tema de las líneas temporales que manejan los hermanos Russo, ya que la película, además de ser un carrusel de emociones para los amantes de estas cosas, es toda una Looper de tres horas en potencia. Un completo, vamos. Tras una primera impresión, me parecía que la película caía en una práctica muy extendida en el cine de ficción moderno, cual es la de establecer ciertas reglas para luego saltárselas como le dé la gana al director. Pero, a medida que lo pienso, menos me lo parece. Aunque no las tengo todas conmigo.

A la hora de realizar una película relacionada con viajes en el tiempo, y dado que desconocemos la mecánica (real) que tendrían, de ser posibles con la ciencia actual, los viajes en el tiempo, los distintos autores optan, grosso modo, por uno de los siguientes "set" de reglas:

a) La paradoja de la predestinación: lo que ya ha pasado, ha pasado, y no puede ser modificado hagas lo que hagas. Si viajas al pasado, todo lo que hagas ha pasado ya, de forma que sólo puedes hacerlo (te guste o no, quieras o no) como ya lo has hecho. No se puede alterar el pasado, ni puedes alterar tu presente viajando al pasado, sino que todo lo que hagas si viajas hacia atrás en el tiempo será para "habilitar" todo lo que en realidad ya ha pasado. Se crea un bucle temporal, etc. Por ejemplo, la película "Predestination", en la que trabaja Ethan Hawke.

b) Alterar el pasado altera el futuro: si tienes un amigo en el presente, viajas al pasado, y matas a su padre, cuando vuelvas al presente tu amigo no existirá porque nunca habrá nacido: lo has cambiado. Una única línea temporal, "modificable" a través de los viajes en el tiempo, pero sin predestinación. Por ejemplo, el efecto mariposa.

c) Creación de nuevas líneas temporales: alterar el pasado altera el futuro, pero no en tu "realidad" temporal sino en una línea temporal distinta, que se crea específicamente cuando viajas atrás en el tiempo y alteras los hechos. Esto es, por ejemplo, la saga de Trunks del futuro de Dragon Ball Z.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Orion
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5
15 de abril de 2014
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Man of Tai Chi' es una peli de artes marciales con un argumento bastante mediocre, situaciones absurdas, actores malos y luchas magníficas increíblemente coreografiadas. Es decir: una película de kung fu de la vieja escuela, al estilo de aquellas de Bruce Lee, en las que el argumento era lo de menos, un hilo conductor cuya misión era la de ir enlazando las sucesivas peleas.

Reconozco que no soy objetivo al puntualizar esta película. Probablemente un siete sea una nota exageradamente alta para una cinta con un argumento TAN malo pero, que le vamos a hacer, Keanu Reeves siempre me ha caído muy bien (se le ve que el tío es un friki absoluto de las artes marciales, lo cual hace que me sienta bastante identificado con él dado que yo también lo soy; me encantan), y el hacer tu primera película como director jugándotela de esta forma, haciendo lo que te gusta y te divierte aunque sea un poco truñete (autoconsciente por momentos), demuestra que le ha echado dos cojones, me resulta digno de admiración.

Se la recomiendo a todos aquellos amantes del cine de artes marciales, frikis de 'Matrix' y de 'Tigre y Dragón' como un servidor. No es nada del otro mundo pero las luchas están muy curradas. Por cierto, no sé a quién habrá insultado el bueno de Keanu en España, pero, ¿qué narices? No sólo no conseguí encontrar ningún pase de esta película en ningún cine de mi localidad (soy de Toledo, ciudad en la que hay dos multicines de diez salas cada uno), sino que, en Madrid (ciudad donde hay sotopecientos mil cines) únicamente la estaban proyectando en DOS (2) de ellos. No es ninguna joya del séptimo arte pero, no sé, generalmente hay mil bodrios mucho peores campando a sus anchas por las carteleras y a ninguno jamás le han hecho el "bullying" que le están haciendo a esta pobre. De locos.

PD: Mi novia casi se queda frita, y a la salida me puso a caldo por el rollo de película que la había hecho ver. Niños, recordad bien esto en el futuro: NUNCA se debe ir con mujeres a ver películas de artes marciales.
Orion
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8
5 de octubre de 2015
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha pasado ya una década desde el inicio de Perdidos. Se dice pronto. Recuerdo como si fuera ayer el día que vi el primer capítulo de esta serie, en el canal Fox, con apenas catorce años cumplidos. Desde aquel momento, Perdidos pasó a formar parte de mí: me obsesioné semanalmente con sus tramas, me volví adicto: un "Lostie", como se solía decir en aquella época.

Hace cinco años que finalizó la serie. Recuerdo también el día que echaron el último capítulo. Fue todo un acontecimiento: sincronizaron su estreno con el de EEUU para que pudiéramos verlo justo cuando se estrenaba (me acuerdo de levantarme a las seis de la mañana para verlo en Cuatro), lo pasaron en salas de cine... El final dividió a la gente. Muchos de los fans de la serie, entre los que me incluyo, pensamos que el final no había estado a la altura, que se habían dejado muchas cosas en el tintero y que no habían sido honestos. Escribí en esta página una crítica que se titulaba "NO", en la que tachaba a Abrams y Lindelof de timadores y a Perdidos de ser una estafa y una completa y total pérdida de tiempo. Dicha crítica se mantuvo en esta página hasta hoy, que decidí borrarla para escribir otra nueva.

Hace apenas dos meses, me crucé de casualidad en el Plus con un capítulo de Perdidos. Al volver a ver a Jack, Locke, Kate, Sawyer y los demás, me invadió la nostalgia. Los flashbacks, el letrero de Lost en letras blancas del inicio, la tecla, los números, Jacob... Comprobé que la serie estaba, por temporadas completas, disponible en el apartado de Series de Movistar, así que decidí volver a verla, darla otra oportunidad. Pero esta vez, no desde la óptica de "ver a ver qué pasa", no desde el ver a qué conducen todos esos misterios, puesto que esta vez ya sabía como acababa, ya sabía el final. Esta vez la vería a sabiendas de todo, para valorarla como obra, en su conjunto.

Ayer vi el episodio final, de nuevo, cinco años después. Como le diría Richard a Locke, "I've changed my mind". En verdad, nunca sabremos si la serie fue elaborada, planificada y ejecutada tal y como es, siguiendo un plan preconcebido desde el inicio, o si fue sólo, de la temporada dos en adelante, un batiburrillo de ideas que se le iban ocurriendo a los productores, viendo que la serie tenía éxito, para mantener a la audiencia conectada y ganar más pasta. En definitiva, nunca sabremos del todo si Lost es una obra maestra o un timo como una catedral . La razón me dice que desconfíe, pero que le vamos a hacer: ahora soy un hombre de fe.

En resumen, esta es mi concepción actual sobre Perdidos:
1. Los personajes son, junto con la "trama central", la gran joya de la serie. Existen pocas obras, cinematográficas o televisivas, que comprendan un conjunto de personajes mejor definidos y elaborados que a los de Perdidos. Es increíblemente complicado hacer una serie con más de 10 o 12 personajes protagonistas y ser capaz de dotarles a todos de tanta profundidad, humanidad y personalidad únicas. Es imposible no quererlos a todos; es imposible, una vez que te has metido en la serie, que no formen parte de uno mismo.

2. Estaba equivocado respecto a lo de que no explican suficiente de la trama principal: sí que lo hacen. Supongo que, hace cinco años, durante el episodio final, esperaba que saliera alguien diciendo: "mira, la isla es esto, esto y esto, el humo es esto, etc.". Hace cinco años, no valoraba aun el hecho de que el cine (o en las series) no se explique todo con palabras. Que el hacerlo, desvirtúa y simplifica la obra. No entendía aun el valor de dejar a la gente que una los cabos y comprenda por sí sola. Directores como Lynch, o Kubrick, tienen películas realmente difíciles de entender, en las que nadie explica nada, y lejos de ser consideradas como "timos" o "estafas", son consideradas como las mejores obras de estos directores.

3. Pese a que ahora, habiendo visto Perdidos con otra perspectiva y otros ojos, la considero como una obra maestra absoluta, hay ciertas cosas que no me gustan de ella, y que considero que la serie podría haber ganado mucho si se hubieran hecho de forma diferente.

No es cierto aquello que decía en mi antigua crítica, de que no se explicaban los misterios principales: sí que se hace. Estas explicaciones se dan, principalmente, en una serie de capítulos a lo largo de la temporada 6, concretamente en "Across the sea", donde se narra la infancia de Jacob y su hermano, y en "Ab Aeterno", el capítulo que narra la historia de Richard Alpert.
El leitmotiv de la serie es el mismo que el de cientos y cientos de películas y series anteriores a ella: es la lucha del bien contra el mal, la vida y la muerte, la luz contra la oscuridad.
Si bien es verdad que una de las grandezas de Lost es que su ambigüedad en ciertos temas hace que quepan muchas interpretaciones distintas, creo que hay ciertas cosas que sí que obtienen una resolución clara en la serie.

AVISO: A PARTIR DE AQUÍ, SPOILER

La isla es el lugar que alberga la "fuente de la vida". La luz que habita en el centro de la isla es la vida, el bien, el tiempo por vivir. Se da por sentado que, en un principio, el Dios o los Dioses que crearon todo, crearon también este sitio, esta cueva en el corazón de la isla, y depositaron allí esa luz, que es la esencia de toda vida en la tierra. Cuando Jacob le pregunta a su madre que qué es la luz, ella le dice que "todos los hombres tienen un poco de esta luz dentro de ellos, pero ellos siempre quieren más" y que la luz es "la vida, la muerte, la reencarnación". Está establecido que este lugar tan importante ha de tener siempre un guardián que lo proteja. Este guardián es la única persona que puede encontrar la fuente de la vida. El resto de gente no tiene acceso a ella, salvo que el propio guardián le invite a verla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Orion
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