Detallista y preciosista, una mirada muy atenta, tiene cuidado de contar la historia de tal manera que te deje boquiabierto y emocionado... sólo que no cuenta ninguna historia. Sí, hay una moral detrás, y te puede parecer mejor o peor pero la expone con mucha delicadeza, pero es un "cómo" que no se ha detenido lo suficiente en pensarse el "qué".
El juego de la realidad es fácil de guionizar, ¿qué es cierto? ¿qué no? Con no responder a esa pregunta parece que todo se puebla de una profundidad mágica. Pero no. Y el formato en capítulos también facilita la tarea, así no hay que conectar y todo parece una escalera perfectamente dibujada, pero las verdaderas historias (perdón, las historias que me gustan), no son así.
Así que te entretiene con tropos bellos que sólo acompañan sin contar nada más que "pues un niño que aprende mágicamente lecciones de empatía". Fin.

Es sinceramente una lastima que una película tan sofisticada y con una dirección tan soberanamente ejercida se pierda en una justificación moral a la obsesión estadounidense de conseguir ''ser un triunfador'' a cualquier precio. Es victima de una suerte de fascismo eugenesico donde la ejecución pragmáticamente superior es el fin del ser humano. Lo disfrazan además de filantropía musical, convirtiendo en un anti-esteta a sus críticos.
Igual no te convenzo porque estás dentro de esa moral, o igual porque me he pasado de listo, pero bueno, te lo has planteado. Ya es un paso.
Y es una lastima, digo, porque por lo demás es de lo mejor que he visto en un buen rato, con una total inmersión en la historia y con un acercamiento equilibrado y astuto al hermético mundo del jazz.
[Por cierto, y ya abierta la caja de Pandora de lo contestatario... si todo el mundo escucha jazz (y lee a Jodorowsky y ve TED en youtube y ...), ¿dónde diantres está todo el mundo?]

Me imagino al Vigalondo con un corcho en la pared lleno de hilitos rojos y papelitos. Bien, ha cuidado los detalles al máximo, y lo ha dejado cerrado y bien gracias. Primera película y quiere hacer algo con lo que quedarse contento, como no es famosillo aún se puede permitir arriesgar, ¡qué diablos, que es lo que le falta al cine de hoy!
¡Pero! *Pegas en spoiler*

...y aun así ya le he cogido algo de tirria, y ojo, no es espantosa, le he puesto un 6, pero hay cosillas que no puedo pasar, y que probablemente me harán ir a por otra serie cualquiera:

-El protagonista es un tipo que si estuviese en mi empresa le caería bien a todo el mundo y yo pensaría que es un imbécil carismático, y él la liaría una y otra vez, pero el populus le reiría los chistes y a mí, trabajador responsable, me tocaría ir arreglando sus raíces hidroxigenadas. Entiéndase la metáfora. Además es un policía, que es como la manera yanki de decirnos que en el fondo es un buen tipo, que a veces tiene que tomarse la justicia por su mano (pero es por tu bien, ciudadano) y que es un líder nato, porque, hey, es un policía (¿narcóticos? como si es de tráfico, son proto-hombres)
-El hijo es un adolescente contestatario (el Bart de todas las malditas series con familia), qué sorpresa... y la hija mayor (que no actúa mal)... gafotas, pero no demasiado (dejémoslo en que es Lisa), oh, otro estereotipo, rayos. Luego están Marge, mujer modelo, y Maggie, tierna prepuber. Para qué salir de la zona de confort.
-El argumento es aceptable pero a veces fuerzan la máquina para llegar a escenas que quieren meter, sin importar el precio. El fundamento de los dinosaurios, para empezar, o no menos de 5 escenas en solo el piloto.
-Sacrifican demasiada credibilidad en pro del espectáculo ecléctico que gusta un poco a todo el mundo y mucho a nadie. Es decir, a por ratings de audiencia.
-Crooooooooooooooooooma everywhere.
-En general no me gustan las series que destilan EEUU por doquier, y estados de bienestar en general: estado policial, neoliberal, tecnócrata, fascista (por lo visto hasta ahora, tampoco me mojo, ni es esto un foro político).

Pero bueno, los actores secundarios y sus personajes están bastante bien, y la trama no inventa nada pero mezcla bien, va a un ritmo excelente, el sonido te introduce en la escena, no tiene casi gazapos científicos (y eso hoy en día es un logro), y los <misterios> son misteriosos.

Jajajaja qué mala es.

Me da igual de quién sea, el único que no va a ir al calabozo de los estudios Ghibli es el director artístico (Yôji Takeshige). No suelo reirme de las películas malas, no todo el mundo puede ser un genio; pero es que aspira a ¡wowowo! y se queda en ¡ayayay!

El malo al final me recuerda a los vigoréxicos mazados de gimnasio que se saltan el día de piernas. Sé que se espera que una crítica sea útil y contructiva, pero va, venga, ríete un poco, que es que es muy mala.