Martes 26 de agosto, 7:05 pm, Cinemex Ticoman. Si Jorge Ramírez logra pasar a la segunda semana de exhibición —hecho al cual debe someterse todo director mexicano al presentar su película en este momento—, "Guten Tag, Ramón" demuestra que la sociedad esta ávida de ese cine un tanto más amable, que aun con todas las disyuntivas que acontecen actualmente en este país, debe quedar latente esa búsqueda a través de la expresión fílmica que las encare. La inmigración es una de esas problemáticas con ese caos característico que los hechos reales pautan a los cineastas, no obstante este es un ejemplar que sin deslindarse de las consecuencias da otra tónica de lo que significa ser inmigrante.

Para romper con el recurrente acerca de inmigración mexicana y centroamericana como sueño, hoy el también guionista nos ubicará junto con Ramón en un país vagamente conocido pero lejano en todos los aspectos, donde la antagonista no será del todo la discriminación y la xenofobia, sino el desconocimiento de los idiomas para poder entablar la comunicación y en el que la confianza dará todo de sí para ese conecte entre el ajeno y los residentes.

Una comedia dramática social engalanada por el mexicano Kristyan Ferrer y la entrañable alemana Ingeborg Schöner; ambos que imposibilitados verbalmente empatan en expresión corporal para comunicar todo lo que contienen al verse aislados dadas sus circunstancias, cada uno ha encontrado ese alguien que da sustento –llámese laboral o afectivo–, pero que embonan frente a la cámara, cuando tienen nada en común.

En la producción fílmica mexicana no todo debe ser corrupción y violencia, aspectos que como lastre no invitan a entrar a la sala; trabajos como el presente son escasos y por fortuna se dan para conocer otros puntos de vista acerca de que lo áspero no tiene por qué ser recalcitrante.

El principal fallo radica en el cierre que le resta casi 4 puntos, hubiese sido idóneo dejarlo más abierto y evitar esa lotería que empañan todo el juego de convenciones construido.

Mariana Chenillo debuta con esta película que nos cuestiona nuestra devoción sin importar que religión se practique, así como nuestro proceder hasta el último momento de nuestra existencia y la última voluntad que deseamos sea cumplida cuando ya no estemos.

Mucho humor negro y un cinismo desparpajado recaen sobre José, que ha estado separado de Nora por más de una década, pero que al vivir en el mismo edificio han continuado con la convivencia. Nora ha muerto y él con mucha renuencia ha decidido darle sepultura, la situación se complica cuando debe apegarse a las normas de una religión que no profesa, y al rencor presente que desató su separación de ella.

La doble moral, los engaños y la intolerabilidad de las instituciones religiosas sale a flote al descubrir la forma en que ha muerto Nora. Así como en este momento la iglesia católica continúa emitiendo juicios en contra del aborto y el matrimonio homosexual, la judía condena a sus devotos hasta en el cementerio, mostrando la hipocresía que no los exenta como seres humanos.

Buen comienzo para Mariana Chenillo.

Sábado 12 de junio, 3:05 pm. Cinemex Mundo E. Con idea vaga de la trama de esta película asistí a la última función programada por día (increíble pero cierto), donde sin imaginar te inmiscuyes definitivamente en la vida de una persona jovial que vive en inmovilidad física, y que afronta sin caer en el derrotismo, que como sería de suponer podría adoptar ante el nuevo estado que vivirá el resto de su vida. Película encargada de retomar la importancia del afecto, apoyo y compromiso para vencer la adversidad de quienes rodean al paciente con parálisis, sobre todo el de terapeutas, capacitadas para la rehabilitación con terapias, sin olvidar la motivación diaria que deben inyectar en la gente para aferrarse y luchar por la vida.

La escafandra y la mariposa (AKA El llanto de la mariposa) nos recuerda lo vulnerables que somos ante los designios de la naturaleza y que si tenemos problemas (no precisamente de salud) debemos tomarlos como reto; teniendo salud, lo demás viene y va. Nuestro espíritu de bienestar lo debemos procurar nosotros, aunque las cosas no pinten de lo mejor, mientras se lucha por conseguir cada meta presente en nuestra vida, enseñanza significativa del protagonista de esta cinta.

Aunque es una película desgarradora, puede mantenernos con la primicia de una sonrisa ante las ocurrencias de Jean – Do, quien revive los momentos más gratos en su rol de esposo, novio o padre y quien no pierde ese ejercicio de admiración por la figura femenina. Y es que el protagonista de esta historia ha sido magníficamente interpretado por Mathieu Amalric, encargado de imprimir un sentimiento de sufrimiento que aunado al manejo cámaras hacen un trabajo destacable y muy a la altura de otras con la misma temática.

Hoy reitero lo que es un verdadero problema… hoy trataré de vivir sin la queja por el fracaso que indudablemente aparece de vez en cuando, porque soy afortunado hoy al contar con lo más preciado y que algunas veces olvido: SALUD.

Miércoles 16 de enero, 6:35 pm. Cinemex Galerías. Sin leer alguna crítica acerca del trabajo de Martínez Solares y con sinopsis que si bien no anteponía absurdos, no resistí el impulso por aventurarme y comprar un pase para esta película. Digamos que actores con trayectoria sustentaban mi convencimiento por encontrar en esta película un valor agregado (José Alonso, Margarita Sanz, José Carlos Ruíz), que la hiciera por lo menos interesante, pero ni eso pudo contra el desconcierto que me dejo para concluir en que no vale la pena la propuesta.

Adaptada de una novela de Vicente Leñero, “El garabato” hace alusión directa a las trucos bajos recurrentes en la política de nuestro país, para ascender a puestos de poder en el gobierno, valiéndose de campañas patrocinadas por empresarios y narcotraficantes que esperan una retribución cuando el candidato ocupe el puesto al que aspira. Y como en la política los llamados “vídeo escándalos” y gobernadores metrosexuales se pusieron de moda, Martínez Solares decide centrar su historia en un candidato promiscuo, así como en su grupo de asesores que le rodea.

En un principio se percibe que tratan de hacer confusa la trama, entre el pasado y presente, sin dejar clara la dirección del personaje principal. La presencia de personajes femeninos se torna primordial en los movimientos de la trama, pero tampoco se argumenta significativamente su proceder, hay mucha ligereza en el tratamiento de quienes se ven inmersos en la historia. A mi parecer la idea es valida, sin embargo el guión tiene demasiadas inconsistencias para dejar un resultado nada distinguido.

El género tampoco se acaba por definir, ¿thriller?, ¿comedia?, ¿acción? o ¿drama? es una pregunta que queda al aire, por lo pronto invito a sus creadores a que vean su próximo trabajo concluido después de la edición, así podrán decidir si sale o se queda en la lata.

Mal comienzo del 2008 con esta cinta, esperemos que las siguientes propongan algo más contundente para la escena cinematográfica nacional.

Lo mejor: La interpretación de José Alonso como preso despiadado, así como Margarita Sanz en el papel de jefa de relaciones públicas del candidato. El impacto visual que ofrece el cartel.

Se les crítica a directores mexicanos su fijación por la delincuencia como tema central de cada producción, causando en nuestra gente desconfianza por ir y pagar un boleto al complejo comercial, argumentando que el cine mexicano ofrece desencanto y declive en sus historias. Crítica valida, que en pocas ocasiones se puede contradecir dicho pensamiento, gracias a que no todos estamos dispuestos a ver el cine desde el punto de vista reflexivo, sino también como medio de evasión de la realidad y suspender por un lapso de tiempo nuestra incredulidad. Para el cine mexicano, muchas veces con tendencia a lo antropológico es una cuestión compleja, ya que mucha de la cotidianeidad está retratada de tal forma que resulte familiar para nosotros espectadores locales. Sin embargo los creativos de la lente están dispuestos a plantear desde otra perspectiva la problemática que nos aqueja y experimentar con los géneros cinematográficos.

Cero y van cuatro se convierte en reto por esa mezcla de géneros, y retratar al delincuente en sus múltiples facetas que superan el estereotipo trazado por décadas, donde figuras de poder, de moral inquebrantable o incluso en muchedumbre son exhibidas y cuestionadas por su proceder. La película va del drama a la comedia y sus cuatro historias son ligadas por los personajes con roles entremezclados entre autoridades, infractores y gente común. Cada historia tiene sus aciertos y puntos débiles, no hay esa constante que la convierta en una tragicomedia cayendo en el drama, la tragedia y la comedia, convirtiéndola en un largometraje versátil.

En cuanto al reparto hay debuts en cine, otros de experiencia a cuadro que se suman a la producción: Silverio Palacios con el toque perfecto de dramatismo y tragedia; Raquel Morel bien por la interpretación de la mujer adinerada dispuesta a comprar la dignidad de varios a su alrededor incluso la de sus secuestradores; Ana Ciocceti, Martha Cristiana y María Fernanda García con ese tono de cinismo y desfachatez entregan un toque chusco en el corto de Sariñana (indudable el sello que le pone el director); Alexis Ayala y Paty Muñoz de las Fantasías a Cero y van cuatro, ella muy adhoc con lo que se requería; Paty Muñoz y Llaca así como Fernando Carrillo en papeles de amantes con la dignidad comprada.

Lograda compilación de metrajes, aun y con su talón de Aquiles en general.