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Críticas de Pedro Triguero_Lizana
Críticas 1 475
Críticas ordenadas por utilidad
7
3 de febrero de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver "La otra alcoba", que no había visto nunca hasta ahora, y me ha gustado bastante. La historia que se cuenta, que en principio parece sólo una típica historia de infidelidades amorosas, se va convirtiendo, a medida que avanza la acción, en mucho más que eso: en una original visión de la lucha de clases en la España de los años 70 -no se olvide que De la Iglesia, además de homosexual, era comunista- y en una visión entre esperanzada y desencantada de un momento histórico inmediatamente posterior a la muerte del dictador Franco, un momento en el que el cine del "destape" se destapa, y las mujeres (Amparo Muñoz y Yolanda Ríos) enseñan el pecho, y además se hacen ya alusiones muy claras al travestismo y a la homosexualidad masculina. La idea de mostrar unas vidas paralelas, las de una pareja de pobres (Patxi Andión y Yolanda Ríos) y una pareja de ricos (Simón Andreu y Amparo Muñoz) es aprovechada al máximo en todas sus posibilidades.

La perspectiva izquierdista del director, y también una sinceridad y una valentía personales, que no temían ni la polémica ni los temas tabúes, permite a éste decir lo que otros cineastas de esos mismos años -o de tiempos más recientes- no se atrevían a decir: que hay ricos y pobres, y que hay una lucha de clases entre ellos. Mujer rica, hombre pobre...La mujer rica (Amparo Muñoz) no busca la aventura extramarital por capricho, por vicio, o por aburrimiento, como en otras películas; la busca en tanto que busca el semen del hombre, de un hombre que no sea estéril como su marido. La explotación de los pobres a cargo de los ricos, en este film, posee una curiosa dimensión sexual, y tiene por escenario no una fábrica sino una cama.

En relación con lo anterior, los diálogos del personaje de Andión -quien, al contrario que Muñoz, no está doblado; menos mal, dada la personal voz de este actor- son de una valentía y una sinceridad tales que dan ganas de citarlos todos. Andión, su personaje, es consciente de que hay ganadores y perdedores, y de que él es un perdedor; mientras que él es el que pega personalmente a Simón Andreu, éste tiene a gente que apalice por él a Patxi Andión. Los ricos, efectivamente, siempre tienen a personas que hacen el trabajo sucio, o pesado, o manual, o sexual. La demoledora secuencia final, en la piscina, es muy reveladora al respecto.

Quiero destacar, por último, las sensuales y carnales escenas de sueños eróticos del personaje de Amparo Muñoz, especialmente el sueño erótico en la gasolinera, con ella y Andión revolcándose sobre una especie de grasa negra, y -dato curioso, y que, supongo, se debe a la homosexualidad del director- con ella vestida, y con él desnudo completamente.

"La otra alcoba" es una película a reivindicar.
Pedro Triguero_Lizana
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9
4 de abril de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una de las mejores historias de fantasmas que ha dado el cine que conozco, y me temo que es una película infravalorada y poco conocida, estando, además, entre lo mejor del cine de Dino Risi, uno de los grandes cineastas del cine italiano.

Es una de las últimas películas que hizo Romy Schneider antes de suicidarse, lo que da a la historia que se cuenta un sobrecogedor valor dramático añadido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro Triguero_Lizana
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8
11 de octubre de 2017
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El primer tramo de la filmografía como director de Jean-Pierre Melville transcurre por los senderos del drama, que es un drama extraño, retorcido, de silencios, pasiones y situaciones peculiares, a veces teñidas por un cierto fatalismo, incluso por la sombra de la muerte: "El silencio del mar" (Le silence de la mer, 1949), "Los niños terribles" (Les enfants terribles, 1950) y "Cuando leas esta carta" (Quand tu liras cette lettre..., 1953), marcan esta etapa, una etapa de hallazgos, de crecimiento y afianzamiento personal, y de búsqueda de un cine propio, que desde entonces hasta el final estará marcado por un insobornable pesimismo y por una honda percepción de la vida.

En el caso que nos ocupa, "Cuando leas esta carta" -título en español derivado de la traducción del título en francés; no me consta que se llegase a estrenar en España- es un intenso drama con una importante carga sexual entre los personajes, y con unos ribetes de "thriller" y de "film noir" que anuncian la posterior deriva del cine de Melville hacia este campo, a partir de "Bob el jugador" (Bob le flambeur, 1956), su siguiente largometraje. Los planes que trazan, peor o mejor, los personajes de esta historia, se tuercen o se malogran, y el retiro del convento parece un refugio seguro frente a lo azaroso de la vida en Cannes, la ciudad donde transcurre la acción. La venganza tramada por la protagonista, muy bien encarnada por Juliette Gréco, se vuelve contra ella, y en cierto modo hay un choque de caracteres, el del personaje religioso y recto y el del personaje zarandeado por la vida que decide tentar al anterior, que Melville ensayará de nuevo, con mejores resultados -realmente óptimos- en un trabajo posterior que para mí es una de las cumbres de su carrera, "Léon Morin, sacerdote" (Léon Morin, prêtre, 1961).
Pedro Triguero_Lizana
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6
13 de marzo de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resnais se dedica en esta película a un melancólico y un poco frío ejercicio de reconstrucción de los últimos meses de vida del famoso estafador francés de origen ucraniano-judío Serge Alexandre Stavisky (1886-1934), quien tenía fuertes relaciones con el poder económico y político de la Francia de principios de los años 30. Se muestra su forma de ser, vemos su lujoso tren de vida, vemos a su círculo de amistades, y se muestran un poco sus sucios negocios. Además, se hacen referencias a su pasado, y a un futuro en el que, ya muerto Stavisky, vemos imágenes de su entierro, y declaraciones de sus conocidos ante un comité de investigación. Así, desde el presente, el relato se va abriendo hacia el pasado, y hacia un futuro inmediato.

Es una película que se sitúa en un momento propicio, tanto por la moda "retro" que se instala en el cine de esos años, como por la moda del revisionismo de hechos históricos controvertidos. "Stavisky" se mueve, así, entre "El gran Gatsby" (The Great Gatsby, 1974), de Jack Clayton, y "Sacco y Vanzetti" (Sacco e Vanzetti, 1971), de Giuliano Montaldo. El caso de Stavisky se prestaba a un film de reconstrucción histórica con fuertes resonancias políticas, pues este estafador era, en cierto modo, la punta del iceberg de un sistema corrupto; Stavisky tenía compradas muchas voluntades, sabía muchas cosas de mucha gente, y su suicidio generó muchas dudas y sospechas. Las referencias a la España republicana de esos años, y a los intentos de algunos de dar un golpe de estado, se deben al guión de Jorge Semprún. La presencia de Trotsky en esta historia refuerza la vertiente política del film, aunque no sé si está muy justificada.

Resnais, que parece dudar entre la perspectiva didáctica y la libre interpretación, podía haber puesto más alma, o más sentimiento, en esta reconstrucción histórica: la reconstrucción de ambientes, vestuario, etc., está bien, pero el personaje de Anny Duperey queda bastante desdibujado, y no es muy creíble el amor que se supone que hay entre ella y Jean-Paul Belmondo. Éste, en su papel de simpático sinvergüenza, da a su personaje todo el carisma necesario, pese a la casi ausencia de acción física que hay en este film, un film en el que, tal vez, sobran diálogos y faltan explicaciones.
Pedro Triguero_Lizana
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Toda la memoria del mundo (C)
CortometrajeDocumental
Francia1956
7,2
581
Documental
7
17 de febrero de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Toda la memoria del mundo" marca, junto con "Noche y niebla" (Nuit et brouillard, 1955), el punto álgido del Resnais documentalista de los años 50. Este paseo por la Biblioteca Nacional de Francia, en París, permite hablar no sólo de bibliotecas y de libros, revistas, etc., sino también de la cultura, la memoria, el pasado, y hasta de la felicidad. La carga literaria de anteriores cortometrajes de Resnais, como "Guernica" (1950), encuentra ahora, en el tema de este documental, su escenario idóneo. Está realizado en película de 35 mm., con fotografía en blanco y negro, y entre los colaboradores figuran nada menos que Agnès Varda y Chris Marker.
Pedro Triguero_Lizana
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