Yo nací en el año 81. Me alegro de ello, porque puedo decir que viví aquella época, aquel cruce de caminos entre un país con un sistema político en el que unas beatonas de derechas nos decían lo que era moral e inmoral, a un sistema en el que las beatonas ya no son de derechas y no van vestidas de negro y llevan la cruz de Cristo sino que son de izquierdas y van con piercings y media cabeza rapada.

En medio, encontramos durante finales de los 70 y gran parte de los 80 un oasis de libertad, de autentica libertad.

¿Sabéis lo que es libertad? Comerse un trozo de pizza grasienta y aceitosa sin remordimiento y sin que nadie te lo recrimine. Comerse este trozo y dejar que el de al lado también se lo coma tranquilo. Eso es la libertad. Los Bingueros son ese trozo de pizza insano que sabe tan bien y que es tan inadecuado, tan indecente, como placentero.

En la actualidad no habría sitio para Los Bingueros, porque no hay la libertad que disfrutaron nuestros padres en aquella época. Hoy, las miradas acusadoras, los comentarios recriminándote el trozo de Pizza, lo perjudical para tu salud, lo gordo que te vas a poner... Es una nueva inquisición, la de lo políticamente correcto, que coarta la libertad.

Es irónico, porque Los Bingueros formaron parte de la transgresión de la época con respecto a lo anterior, y a dia de hoy suponen una nueva transgresión con el pensamiento actual.

Miren a los protagonistas de esta película. Fumando un cigarrillo. Bebiéndose un vaso de licor. Mirando o disfrutando a una chica atractiva. Y por cierto: Una chica disfrutando de un hombre sin remordimientos. ¿O ustedes han visto a las chicas llorando mientras bajaban las escaleras desnudas? Ellas bajan a buscarlos con sus hermosos cuerpos en cueros. ¡Ah, la libertad!

Y podemos pensar que el ambiente es casposo. Pero son hombres y mujeres, no niñatos. Con pelo en pecho, felpudos y tetas grandes. Con americana y zapatos. Con vestidos y tacones. ¿Alguien se ha planteado alguna vez lo realmente casposo que es ver a un tio hecho y derecho vestido de adolescente?

Estas ideas, que podrían parecer para algunos retrogradas, son en realidad transgresoras, y la transgresión nunca es retrograda, porque rompe los esquemas mentales creados, nos ayuda a avanzar y ponernos en duda a nosotros mismos. No hay nada más progresista que eso. Burlarse de lo que todo el mundo se burla, sonarse con la bandera, mofarse del Rey, imitar a Rajoy... esta tan asimilado como normal que no supone ninguna ruptura psicológica. Y por cierto, en el humor de esta película no se insulta a nadie, cosa imposible de pensar a día de hoy.

Recuerdo a mis padres y a la mayoría de adultos muy felices sintiéndose adultos en aquella época. Charlando una noche entre semana entre tabaco y copas de lo que les apeteciese, relajados y riendo a carcajadas mientras en la tele daban el 1, 2, 3 o programas como La Clave, donde se debatía sobre temas delicados argumentándolos sin gritarse ni interrumpirse.

En fin, esto es una apología del tabaco o de la pizza. De lo injusto de la denominación “casposo”, pues creo que eran buenas comedias, fieles representaciones de un tiempo que considero mejores que los actuales.

Es increíble lo absolutamente patético que puede llegar a ser un hombre que ama a una mujer que ha dejado de amarle o que, sencillamente, nunca le ha amado.
Ellas no tienen problema: No es raro que una mujer llore, que se muestre débil, que quede con el amigo pagafantas para contarle que su exnovio es un capullo y que la ha dejado, que se acerque a otro chico para recibir cariño. Y además probablemente tengan a sus amigas alrededor apoyándola emocionalmente y acercándolas a nuevos chicos con el animo de: A por ellos!
Nosotros sin embargo, aunque podemos sentirnos igual de mal que ellas o peor (Podríamos hablar de los instintos de propiedad masculinos), no debemos mostrarnos llorosos, ni débiles, ni faltos de autoestima ni orgullo. Si le explicamos a alguna chica con la que quedemos sobre nuestra ex, ella pensará que somos unos capullos. Nuestros amigos nos apoyaran, con una mano en el hombro y diciendo "animo" (Y seguirán compitiendo por conseguir alguna de las chicas monas que se acerquen al grupo). Nadie vendrá a darnos cariño a menos que, precisamente, nos mostremos duros, sólidos y enteros. Es decir, como los prestamos bancarios: Nos darán cariño si no lo necesitamos.
No es lo mismo que una chica no tenga las ideas claras o no quiera estar contigo, a que sea el chico el que no tiene las ideas claras, no ve clara la relación o no quiero estar con ella. Nosotros quedamos en muy mal lugar si cometemos errores en ese sentido, mientras que ellas... ellas probablemente vean como el mundo se compadece de su duda.
Esa es la miseria de los hombres en el amor. Es como una enfermedad en que no te puedes poner malo, ya que no hay medicinas. La única cura es no querer ponerse malo.
Una gran película sobre el tema, probablemente la mejor. Toda una terapia para el desamor, para verlo desde fuera y pensar: venga, tío... ¿Que película te has montado en tu cabeza? ¿Magia, destino, casualidad? No, solo dos personas eligiéndose o rechazándose... Un gran esfuerzo, un castillo de naipes que puede caerse en cualquier momento y que, con toda la fuerza de nuestro interior, habrá que volver a empezar a construir si se ha derrumbado... cuando sea el momento adecuado.

De las innumerables veces que la he intentado ver, no lo he conseguido nunca. Siempre me doy por vencido por aburrimiento. Es muy aburrida. Lo único que ofrece es violencia, y en el puto mundo de psicópatas que vivimos, eso les da gustillo a toda la panda de desequilibrados que nos rodea.

Tarantino es otro de esos directores sobrevaloradísimos, que te hacen películas de serie b con discursos larguísimos para sugerir que es una película con trasfondo. Pero no pasan de peliculillas de entretenimiento, con buenos muy buenos, malos muy malos, y Uma Thurman.

A mi no me la coláis.

Esta película es un clásico de los años 80. Si bien es cierto que me gustaba cuando era niño y que quizás a día de hoy seria una película un poco ingenua, es el clásico film divertida que tanto se llevaba en los 80, esas películas que cogías en el videoclub un domingo por la noche.

Que tiempos aquellos... Incluso las películas más tontas e ingenuas estaban pensadas para ser efectivas. Vale, está película quizás no es el colmo de guión complejo y sofisticado, pero divierte. Películas suavemente emocionantes, con momentos de risas y fantasía e imaginación.

Te hace pasar un buen rato, acabas con una buena sensación de una película que no pesa mucho.

La idea, aunque lo parezca, no es buena, porque no es en absoluto original. En los últimos años hemos tenido una infinidad de películas que parodiaban los cuentos de hadas y fantasia, entre las que Shrek fue su máximo exponente. Así que ya empezamos mal. Supongo que Groening pensó: “Como le vendó una serie a Netflix? Ya lo tengo, le propongo una burla al mejor producto de su principal competencia: Juego de Tronos. Todo esto con el estilo sutil de Los Simpsons.

Los chistes son previsibles y lentos, sin ritmo, y por tanto sin gracia. Como la mayoria de las últimas temporadas de Los Simpsons, que usan la formula de “a. Un personaje dice que algo esta mal, no se puede hacer o está prohibido. B. Inmediatamente aparece un personaje que hace eso que no se puede hacer.” O “a. Algo que ocurre es malo, pero se acaba. B. De repente aparece algo mucho peor.”.

El argumento no le importa a nadie lo más mínimo. Se pone tierno a medida que avanza la serie, pero es superficial y poco elaborado. Una serie de aventuras habría sido más oportuno, pero habría exigido más esfuerzo a los guionistas, claro.

Curiosamente, los personajes anónimos de la serie son los que generan los momentos graciosos, los personajes "de bulto". Los gnomos, los trolls, los habitantes del pueblo de la protagonista... Ellos son los que protagonizan los momentos más graciosos y los que más captan mi atención.

Falta frescura y ganas, creo que nosotros la vemos con tanta pereza como la que tenía el equipo de creación de la serie al crearla.