Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de AdolfoOrtega
<< 1 2 3 4 10 28 >>
Críticas 140
Críticas ordenadas por utilidad
9
3 de abril de 2012
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unas semanas pude disfrutar de una gran película de John Ford, "El joven Lincoln", cinta que me ayudó a confirmar la opinión de que el estadounidense es uno de los creadores de belleza más importante del pasado siglo. Ahora, que acabo de ver "Dos cabalgan juntos", esta impresión está, si cabe, más afianzada aún en mi alma cinéfila: John Ford es un genio.

El título de la película se refiere a la relación que reemprenden dos viejos conocidos, cuando se reencuentran para afrontar juntos una misión diplomática encaminada a negociar con una tribu india la liberación de familiares de colonos, que fueron tomados como rehenes años atrás. Este argumento es la base que usa John Ford para invitarnos a reflexionar sobre aspectos tan presentes entonces como hoy, como son el racismo y la xenofobia, la fuerza de la cultura como elemento modulador de nuestra identidad, el autoengaño al que recurrimos para intentar endulzar una existencia amarga, el peso de los recuerdos de nuestra infancia, o el idealismo como actitud sólo entendible en quien aún no conoce la auténtica naturaleza egoista y caprichosa del pueblo. Y todo ello en una atmósfera de fino humor, contado de una manera sencilla, que contrasta con la riqueza del mensaje, con su infinidad de matices, tan característica del estilo del director norteamericano. El único punto débil que encuentro en la película es que este fondo de gracia inunda espacios de profunda carga dramática, restando credibilidad a alguna escena concreta, aunque, en general, el humor esté perfectamente integrado con el mensaje profundamente pesimista del film.

El peso de la historia, de tintes quijotescos, recae sobre los dos protagonistas, en los que queda perfectamente reflejada desde el primer momento la naturaleza pragmática, cínica y acomodada del uno, en contraste con el carácter idealista, responsable y abnegado del otro. Unas botas lustradas apoyadas en la baranda del porche de un bar, frente a un sucio uniforme, deslucido prematuramente por el polvo seco del desierto. Estas personalidades tan dispares presentan sin embargo un nexo común, que el desarrollo de los acontecimientos irá haciendo cada vez más presente, de manera que, finalmente, descubrimos en ambos personajes una misma condición de amor a las causas justas. Como si Don Quijote y Sancho dejaran por un momento las cercanas tierras manchegas para adentrarse en las extensas llanuras del oeste americano.

En definitiva, un relato profundo en su sencillez, bien presentado y mejor contado, que sólo puede aflorar de un admirable maestro al que, como buscadores de belleza, admiramos sinceramente. Un genio como John Ford.
AdolfoOrtega
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
17 de junio de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando me enfrento a Adiós a las armas, quedo inmediatamente cautivado por ese blanco y negro difuminado, esos contrastes lechosos que son capaces de transmitir una atmósfera de ensueño. Para mí, esa forma de narrar, ese legado de nuestra Cultura, es el máximo atractivo para acercarme a esta película. Y es precisamente lo que yo considero un valor, lo que espanta a muchos a disfrutar del cine que nuestros abuelos vieron de niños. Se pierden uno de los máximas aportaciones del cine, que es también un balcón al pasado.

La película tiene un comienzo brillante. Aún no se aplicaba el código Hays, y eso aporta a la película una sutil sensualidad latente...ese pie que el bueno de Gary Cooper estudia y mima está lleno de erotismo. Pero conforme avanza el metraje, la película se vuelve precipitada, y nos da la sensación de que se han introducido muchos conceptos de una manera muy forzada. Paralelamente, algunos personajes como el simpático doctor italiano tiene una evolución poco trabajada. No siempre los clásicos son sinónimos de obras maestras.

La película denuncia un sistema hipócrita, que permite y alienta los encuentros amorosos furtivos, mientras persigue con ahínco las relaciones más profundas y puras. Cuenta con algunos movimientos de cámara muy destacables, que los historiadores del cine sabrán ponderar en su contexto, porque la introducción del sonido limitó mucho a los directores al respecto por la aparatosidad del equipo de rodaje. Gary Cooper, ya estrella por la época aunque aún no icono universal, llena la pantalla con su candidez, hombría y determinación.

Una buena película que los que sabemos apreciar el buen cine valoramos en su conjunto a pesar de sus limitaciones por su ritmo precipitado y su argumento farragoso y simplón, pero que queda vedado para los que el blanco y negro es sinónimo de viejuno y chungo, pero que lo flipan con las explosiones y el ruido.
AdolfoOrtega
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
8 de agosto de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Podemos englobar La Mujer Pantera entre las películas de monstruos, que afloraron con genialidad a partir de la década de los 30 del pasado siglo en un Hollywood dorado. Hoy día se pisotea el recuerdo de este glorioso subgénero con películas vacuas y absurdas, sagas y requetesagas ñoñas e insultantes.

La Mujer Pantera es CINE sin artificios, donde los recursos técnicos están al servicio del relato, y no al contrario, como ocurre con demasiada frecuencia últimamente. Tourner no necesita exhibirse en secuencias complejas, pero cuando aparece el añorado THE END en la pantalla, empezamos a valorar sus dotes como realizador. Nos cuenta la historia de Irina, una guapísima y enigmática joven serbia que opta por reprimir sus pasiones, para no herir a aquellos a quien ama. Pero su instinto, su animalidad, es incontenible, como su belleza felina, como su sensualidad desbordante... La lucha contra la naturaleza interna, un tema apasionante tratado con maestría por Tourner.

Pero esta obra maestra destaca ante todo por sus aspectos técnicos. Es un ejemplo de como hacer cine. De la necesidad de ajustarse a un raquítico presupuesto, aparece la virtud de explotar el poder de la sugerencia. Subrayaría especialmente el uso del sonido. Un rítmico taconeo sobre el asfalto, el inquietante chapoteo en una piscina interior son capaces de trasmitirnos el miedo de los miedos, esto es, la soledad ante la amenaza.

La Mujer Pantera es una película sencilla, que no simple, que nos lleva a una época en que los monstruos daban miedo y enamoraban, una época en que los monstruos no eran imbéciles.
AdolfoOrtega
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
26 de abril de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Humprey Bogart es un icono. Más allá incluso de ser uno de los grandes de la etapa dorada de Hollywood, junto a Cary Grant, James Steward, Spencer Tracy o Henry Fonda. Sin ser el mejor intérprete, Bogart es junto a John Wayne el privilegiado que en mi opinión más profundamente ha sabido grabar en el inconsciente colectivo su imagen y su propio nombre, convirtiéndose en sinónimo de CINE.
Y son personajes como este ex presidiario en busca de redención los que comenzaron a forjar su leyenda. Quizá podemos imaginar a Henry Fonda en este papel, trasmitiendo mayor vulnerabilidad, o incluso a un también genial Robert Mitchum...pero nadie como Bogart sería capaz de representar la integridad y la hombría no carente de sensibilidad: la reluciente armadura, la radiante luz.
Es cierto que la película no es redonda. Me resulta algo forzado el desarrollo de la relación del ex recluso con la pedantísima joven y con su no menos irritante abuelo. En contraposición, la historia de amor con Lupino es mucho más sutil y elegante.
Pero en su conjunto, El último refugio es una magnífica muestra de un cine sencillo en su forma y profundo en su fondo, una película que tras su disfrute nos invita a la reflexión sobre el significado de Libertad y sobre la posibilidad de Redención.
Mención aparte merece su director, Raoul Walsh, un genio a quien la Historia del Cine parece estar dando su merecido lugar de privilegio entre los más grandes. Aquí nos regala secuencias y planos soberbios, como el maravilloso plano picado que refleja la vulnerabilidad de Roy en la sierra. El director que dibujó la firmeza, fidelidad y desesperación con el desmayo de Olivia de Hallivan en Murieron con la botas puestas, el cineasta que nos legó un retrato de la ambición y la locura con Cagney gritando en la cima del mundo, nunca fue nominado a un Óscar. No sé si el bueno de Roy tiene posibilidad de redención, pero a la Academia de Cine Americano le costará mucho purgar esos pecados.
AdolfoOrtega
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
18 de febrero de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Busco y rebusco, y encuentro entre las películas almacenadas en mi ordenata esta joya, de la que, hasta ayer mismo, no había podido disfrutar. A priori, el principal atractivo de la cinta es su magnífico reparto, encabezado por dos de los mejores actores de toda la historia del cine:Cary Grant y Katharine Hepburn.¡Señores, vamos a quitarnos el sombrero!.Y, efectivamente, se confirman nuestras impresiones. La elegancia de Grant, o el rostro de Hepburn en esos primeros planos sublimes son CINE, con mayúsculas.
Pero la película es algo más que sus espléndidas interpretaciones, y la mejor prueba de ello es que después de ese añorable The End de las películas clásicas, no tenemos más remedio que pararnos un rato a reflexionar. Porque George Cukor, lejos de presentarnos una comedia ligera, nos inquieta, sin renunciar al buen humor, con cuestiones profundas que nos zamarrean el alma, como la valentía necesaria para ser un auténtico rebelde, frente a la actitud cómoda de quien se refugia en sus aficiones, tornadas en vicios, ante una vida vacía.
El aburrimiento de la solemnidad y de las relaciones basadas en la hipocresía social, frente a la frescura del talento, de la cultura, del que tiene arte.
La renuncia de las aspiraciones personales cuando decidimos compartir la vida con la persona amada, que tiene que afrontar la persona noble, en contra de quien, con una falsa astucia, considera posible llevar a cabo sus sueños manipulando o engañando a quien, realmente, no ama.
El choque escandaloso que se produce en nuestra conciencia cuando impactan en ella el amor fraterno y la pasión conyugal...Y muchos otros aspectos
Todo esto, que con mi pobre verbo parece árido, nos lo presenta George Cukor en una historia sencilla, graciosa, entrañable, que contrasta con la profundidad del mensaje, que perdurará algún tiempo dentro de nosotros para que sigamos pensando en él. ¿No es esto el buen Cine?
AdolfoOrtega
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 10 28 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow