Harry Dean, protagonizado por Colin Firth, es un restaurador de arte que ha diseñado un plan para estafar a su multimillonario jefe, el cual es un fanático de las obras de arte. ¿Y qué mejor manera de estafarle que vendiéndole un cuadro falso de Monet? Un plan que a priori parecía perfecto, se va a ir poco a poco enredando y complicando con una sucesión de “desgracias y desdichas”.

Divertida comedia bien moldeada con el guión de los hermanos Cohen.

Un sublime Colin Firth, que ahí donde lo ves tan serio, echa mano de un nuevo registro siendo capaz de hacerte reír con un simple gesto educado, formal, sin perder la compostura y, eso sí, siempre con su traje puesto. Buenísimos los momentos de “que no cunda el pánico” en forma de curiosas conversaciones entre él y su compañero de plan, “El mayor” (Tom Courtenay).

No tan acertada Cameron Diaz , con una actuación sobrecargada y artificial intentando ganar el protagonismo que le roba el bueno de Colin Firth.

Aún así, vale la pena verla si quieres pasar un rato divertido con buen humor inglés.

Además, no es muy larga y no se hace nada pesada. Te entretienes durante toda la película.

El duo de agentes jubilados vuelven para una nueva misión. Te frotas las manos recordando lo bien que estuvo la primera y esperando a ver qué nos traen de nuevo los buenos de Bruce Willis y John Malkovich. Y de repente te encuentras con esto:

Hay una mosca cojonera que no deja a Bruce Willis ser “Bruce Willis en una película de acción”. Dicho insecto irrumpe en forma de la actriz Mary-Louise Parker. A lo largo de la película te haces la misma pregunta: ¿¿¿Pero qué pinta esa tía ahí??? Y la respuesta es la misma: MOLESTAR y CORTAR EL ROYO.

Ver a Bruce Willis hecho un calzonazos y continuamente pendiente de ella, es para que se lo haga mirar. ESTO DEBERÍA SER UNA PELÍCULA DE ACCIÓN!!. El amor puede hacer algo de presencia, pero ya está.

Los únicos que se salvan: Anthony Hopkins por su actuación. Hellen Mirren por su elegancia. Y Byung-Hun Lee por la exhibición de artes marciales.

Fuera de eso, no tiene mucho más. Poca emoción y poco gancho. Jubilados sin chispa. Nos quedaremos con la primera.

Pues qué se puede decir...es PETER JACKSON.

Buena película que no pierde en ningún momento el patrón que le dio el éxito en el Señor de los Anillos: aventura, acción, imaginación, paisajes, amigos, enemigos, pero sobre todo, VIAJE.

En este tipo de películas, Peter Jackson propone algo más que una película interesante, o una buena película. Este gran director te invita a que les acompañes, a que vivas las aventuras con ellos, a que te sientas en el comedor de tu casa y veas y oigas como en un perfecto directo, todo lo que a los personajes les está por venir a lo largo de la película. La vives segundo a segundo. Como ellos y con ellos.

Perfecta para una tarde nublada y con palomitas.

No te olvides la mochila y el saco de dormir!

Basada en una historia real, Rush narra la rivalidad entre dos grandes de la Fórmula 1, James Hunt y Niki Lauda, en la temporada del año 1976.

Visto el argumento, lo primero que puedes pensar es "Buf, otra película de coches" y NO PODRÍAS ESTAR MÁS EQUIVOCADO.

Ron Howard muestra con una magnífica sutileza cómo dos pilotos con personalidades tan opuestas pueden ser tan parecidos. Los dos persiguen lo mismo, pero a su manera. Además, consigue contagiar en tu estómago ese "cosquilleo de tensión" debido a la intesa rivalidad y competitividad entre los dos pilotos, las vidas personales de cada uno de ellos, la importancia de la victoria, la velocidad en la conducción,etc.

Destaca la precisa asimilación de los papeles de James Hunt por Chris Hemsworth y Niki Lauda por Daniel Brühl. Ambos de 10.

Si a todo esto le sumas un trabajo de documentación excelente, acompañado de una banda sonora por Hans Zimmer, el resultado es una MUY-BUENA-PELÍCULA.

Enhorabuena Ron Howard, cuando te pones...te pones.

Basada en un hecho real ocurrido en la mitad de la década de los 80.

La película trata sobre cómo un enfermo de sida a quién le han diagnosticado menos de 1 mes de vida, hace lo imposible por alargarla a toda costa. En su empeño por no sucumbir a tan dura enfermendad, va a toparse con dos grandes obstáculos:

1) El desconocimiento de la propia enfermedad en aquellos años. Tratado y llevado a cabo por el actor principal con un realismo absoluto.

2) El polémico sistema de los acuerdos y los contratos farmacéuticos que se llevan a cabo entre empresas farmacéuticas y las Administraciones. En este caso, se denota un amplio trabajo de documentación e indagación en el tema.

Por otro lado, grandísima protagonización tanto de Matthew McConaughey como de Jared Leto siendo a su vez reconocida por el merecido Oscar 2013 al Mejor Actor Principal y Secundario respectivamente.

No vale la pena contar más. Simplemente, hay que verla. Una muy buena película. Seria, cruel aunque esperanzadora, real y cargadísima de realismo interpretativo.