Y es que aunque se trate de una película más del trillado subgénero de terror adolescente, esta vez las cosas se han hecho bastante bien teniendo en cuenta a lo que nos tienen acostumbrados.
Para empezar, en los títulos de crédito podemos comprobar que Michael Bay se ha hecho cargo de la producción, lo que nos deja claro que a nivel visual la cinta gozará de buena calidad. Sobre el argumento, ni qué decir tiene, parte de una base de lo más sencilla. Sin embargo es en el final donde nos damos cuenta de que Carretera al Infierno tiene algo distinto, un toque de originalidad y trasfondo que no veía en una película de terror desde la magnífica Saw I. En ocasiones las pocas aclaraciones del guión (o incongruencias para los gafapastas) dan mayor emoción a la historia (recuerden Cube o American Psycho).
A destacar la escalofriante interpretación de Sean Bean. Las emociones que transmite (o que no transmite) nos las muestra a pulso con la simple expresión de su cara. Y es que este asesino fantasma se ha convertido, para mi, en uno de los villanos más carismáticos del género gracias a su participación, por encima de la que hiciera Rutger Hauer en la versión original, que ya es decir. Pero claro, jamás será reconocida una interpretación sobresaliente en un producto de estas características, encima remake, y sin ser de Scorsese.
Eso y la escena final suben nota a esta pequeña joya del terror adolescente. Buena película.

Entretenida película del reducido género de la comedia negra, ideal para ver una tarde en fechas navideñas. Cuenta en su reparto con John Cusack, que, sin ser un gran actor, suele aparecer en interesantes proyectos, y con Billy Bob Thornton, que repite la formula antinavideña en la que se dejo ver con "Bad Santa".
Al final del film, uno se queda con un buen sabor de boca, junto con la sensación amarga y lúgubre que destila.
Cine negro en buen estado, con situaciones y lugares oscuros y sucios (niebla, clubs de alterne...), que dejaran satisfecho al espectador.

No negaré que al principio me pareció un poco aburrida, que si la sociedad tal, que si tales ideales políticos, que si no nacen niños...
Bueno, no pintaba mal, pero se hacia tediosa. Después de un par de sermones de un Michael Caine encarnando a una versión de John Lennon viejo, sabio, liberal y fumeta; desfilaron ante mis ojos, hasta el final de la película, la escenas más realistas que recuerdo (ver spoiler).

Buenas actuaciones, diálogos inteligentes, excelente director, montaje, uso de cámara, sonido, banda sonora... (tres hurras por Alfonso Cuarón). La película impacta muchas veces y la excéntrica sociedad está muy bien definida.

En fin, un film de los que no se ven demasiado en el cine actual yankee (cuando vi el nombre del director lo comprendí en seguida) por las molestias que se toman en hacerlo bien, en este caso inmejorable.

No se la pierdan.

9,6

Esta adaptación de la novela de Anne Rice del mismo nombre, que iniciaría una larga serie de libros, unos mejores que otros, me ha dejado con muy buen sabor de boca, y no solo por la magnífica ambientación, la soberbia banda sonora ni el lujoso reparto. Este film me ha conmovido por su carácter gótico pero sobre todo, los lazos que unen a los personajes y las luchas internas de Louis interpretado por un correcto Brad Pitt, el cual no me parece tan brillante como los está Tom Cruise encarnando al libertino y carismático Lestat, todo ello con la atmósfera victoriana y melancólica de las ciudades que aparecen en el film. Mucho mejor que la más reciente "La Reina de los Condenados", basada en el tercer libro de "Las crónicas vampíricas", donde Lestat despierta de su reposo 200 años después de sus andanzas en la historia de Louis. Muy buena.

Nunca me han gustado las películas basadas en superhéroes, tan solo excepciones como El Caballero Oscuro y Watchmen, y de los comics de Marvel solo tenía culturilla general. Sin duda muchos estarán de acuerdo en que Tony Stark es uno de los más carismáticos héroes y antihéroes de la casa de las ideas, sino el mayor.
Actuaciones correctas. A Downey Jr. le viene al dedo el papel de golfo con ese brillo de ex-adicto que aun perdura en sus ojos. Sam Rockwell ya me fascinó en su día con su aparición en La Milla Verde y Mickey Rourke hace de lo que sabe. Los demás están muy bien, contando esta vez con un reparto de lujo cuyos personajes son todo un acierto para el guión, el cual según he oido deparará sorpresas en las futuras películas de Marvel, como hasta ahora nos han venido contando (vease El Increíble Hulk, Iron Man...)
La acción no es nada gratuita, por lo que no termina aburriendo, y las carcajadas están más que aseguradas. El cocktail perfecto para un blockbuster entretenidísimo. También reconozco que siento debilidad por las películas "gamberras" y más si llegan a ritmo de AC/DC. Disfruten de las palomitas.