Repleto de un absurdo humor inglés, es decir; inteligente y muchas veces carente de sentido, se trata de una película que no sigue un trancurso coherente en el hilo argumental. Recuerda a obras de los Monty Python, cuya sátira posée una impronta tan personal que es reconocida por todo cinéfilo. Me temo que nunca tendrá el eco que se merece.

Aconsejable solo para aquel que esté dispuesto a adentrarse en la imaginación sin límites, en un universo en el que todo lo que puede ocurrir ocurre. Personalmente, me atrevo a decir que tenemos ante nosotros una original obra sin miedo al "qué dirán" del amplio público taquillero. La Guía del autoestopista galáctico es un film valiente y atrevido. Les animo encarecidamente a que la vean si quieren salir de la rutina hollywoodiense.