Mientras que algunas películas se disfrutan más comiendo palomitas y sentados en una butaca de cine, “Stone of Destiny” casi necesita que nos sentemos en un sofá en un domingo llovioso.
Aunque entretiene bastante, la película es suficientemente ligera que no perderá nada cuando llegue al DVD.
Basada en hechos reales, Charlie Cox es Ian Hamilton, un estudiante escocés que en los años 50 se une a un grupo de nacionalistas escoceses para robar la Piedra de Scone, un símbolo de orgullo escocés, de la Abadía de Westminster.
Esto no es “Braveheart”, tiene un guión demasiado serio y sentimientos de patriotismo que no llegan hacer un nudo en la garganta.
La verdad: si te gustó “El Escocés Volador”, te encantará esta peli.

La brigada se mete a paso de ganso en los cines para un holocausto muy británico. Ambientada en la Segunda Guerra Mundial en Alemania, la película te hará coger el pañuelo pero la mayor parte de su poder se pierde por culpa de un reparto con acento de Valladolid.
La película va sobre Bruno, un niño de ocho años que se traslada con su familia desde su casa en Berlín hasta el campo, donde su padre nazi (David Thewlis) tiene un trabajo nuevo. El padre no le cuenta a su esposa ni a sus dos hijos pequeños que ahora es el comandante de un campo de concentración cercano.
Bruno (Asa Buttefield) empieza a sospechar de las dos grandes chimeneas que se ven en la distancia y decide investigar. Se hace amigo de un niño judío, uno de los presos, con su conjunto a rayas, que da el título a la película.
Es un cuento enternecedor de una amistad prohibida, con una buena interpretación por parte del joven Butterfield, que actúa y habla como debería hacerlo un niño. Le espera un gran porvenir.
Las cosas no son tan impresionantes en otras partes, con unos personajes muy bidimensionales y una versión simplista sobre el holocausto que pudo haber venido de un cuento infantil.
Es una de esas películas raras que te gustaría ver un remake, esta vez hecha por alemanes.

Dicen que lo mejor que hay ver disfrutar de una película es con palomitas y frutos secos. En el caso de la comedia supercolocada “Pineapple Express”, es mejor llevarse una shisha porque la habilidad de reírse incontroladamente con cosas que no son graciosas será una gran ayuda. Y, si te desmayas en la mitad de la peli, no te perderá mucho.
Un cruce entre una peli de Cheech & Chong y una de Chevi Chase, todo es un poco a la buena de Dios, co-escrita por Judd Apatow (“Lío Embarazoso”), junto con los ingredientes normales de mujeres cachondas que se enamoran de tíos infelices, con humor grosero y una vinculación afectiva masculina un poco incómoda.
El protagonista es Seth Rogen que hace del imbécil de Dale, un administrativo que adora la marihuana que casualmente sale con la despampanante Angie (Amber Heard).
Con no sale con su chica o no está trabajando, Dale se fuma unos canutos impresionantes con su amigo y traficante Saul (James Franco) que acaba de recibir un mega-envío de Pineapple Express, una droga alucinante.
Cuando Dale es testigo de un asesinato, comete el error de dejarse un canuto y pronto, con Saul, es perseguido por un sicario y un poli de mala muerte.
La mayoría de los chistes no funcionan. Ver a Saul conduciendo un coche de policía con su pie atascado en el parabrisas roto puede hacerte reír pero la mayor parte de sus conversaciones con Dale no funcionan.
Te deja con la sensación de que Apatow debería volver a escribir en vez de producir tantas películas (lleva 9 en los últimos 3 años).
Si te gustó “Dos colgaos muy fumaos”, te gustará esta.

Esta comedia descabellada y muy dispersa con un reparto lleno de estrellas es un cuento de espías a veces muy gracioso y muy rápido poblado con algunos de los personajes más tontos de la gran pantalla en los últimos años.
Para el talento de los hermanos Coen, es un contraste muy sabroso comparado con su última película, la multi-oscarizada "No es País para Viejos".
Aunque no va a ser un clásico de la comedia, vale la pena pagar por verla aunque solo sea para ver a Brad Pitt haciendo de un trabajador de gimnasio con cabeza de chorlito sin dos dedos de frente. Este lío ambientado en Washington DC es una mezcla descabellada de una farsa de dormitorio y una jarana de espías.
Aunque el argumento es complejo y rígido, en el fondo es un vehículo con clase para que un grupo estupendo de actores pueda pulir sus credenciales humorísticas.
Brad Pitt da en el clavo con el tarado Chad, con su pelo perfectamente cortado y arreglado y con un personaje incapaz de hilar una frase entera.
Se ve que Pitt lo está pasando bomba y que se está burlando alegremente de ser demasiado guapo en la vida real.
También funciona bastante bien con Frances McDormand, que hace de Linda, su compañera de fechorías en Hardbodies Gym, cuya única ambición en la vida real es hacerse la cirugía estética para poder tener éxito con un romance en Internet.
Cuando los dos tontos encuentran el CD que contiene las memorias del espía escritas con ineptitud, lo único que piensan es en vender los secretos a los rusos.
Las cosas se complican cuando uno de los novios de Linda, Harry (Clooney), es igual de burro que ellos y tiene un lío con Katie (Tilda Swinton haciendo su mejor dama de hielo), la esposa del tío que escribió sus memorias.
Aquí hay que respirar un poco. Como se puede uno imaginar, todo el lío sórdido se vuelve en una confusión ridícula igual que la confusión de los varios personajes indiferentes que intentan superarse unos a otros en el índice de estupidez.
Puede ser que sea un viaje bastante vacío (vamos a ver, es un ejercicio sin ningún sentido pero entretenido) pero digno de admiración en cuanto al talento de los actores, que hacen sus mejores interpretaciones.
Cuando es gracioso, es muy gracioso, probablemente la película más graciosa de los Coen desde que hicieron "O Brother", con Brad Pitt y George Clooney muy en forma.
Aunque no va a ser un clásico… pero será una gran diversión mientras dure.

Aunque tenga el nombre de los accidentes que le suceden a los dos personajes principales, el título de esta película (“La Caída”) también se le puede aplicar al efecto que hace sobre tus párpados. Aunque se pueda mirar, también es una pieza muy pesada de realismo mágico carente de tensión, suspense y, por supuesto, magia.
Ambientada en un hospital en los años 20, la recién llegada Catinca Untaru hace de una paciente de 5 años que, después de ser tratada por un brazo roto, se hace amiga de un especialista de cine de Hollywood (Lee Pace) que se ha lesionado durante un rodaje.
A pesar de la ambientación, durante la mayor parte del tiempo él le cuenta sus historias para que ella se encuentre bien, incluyendo cinco aventuras con la misión de asesinar al gobernador malvado.
Llena de unos visuales fascinantes (o sea pretenciosos) que esperas por parte de un director que sólo quiere ser conocido como Tarsem, éste es un cuento para dormirse realmente por la noche.
La verdad: si te gustó “Las aventuras del Barón Munchausen”, te encantará esta peli.