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Finlandia Finlandia · Alicante/Alacant
Críticas de Kosti
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Críticas 315
Críticas ordenadas por utilidad
6
11 de enero de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es abril de 1945, el ejército alemán sabía que la derrota está a la vuelta de la esquina, pero continúan luchando hasta la extenuación. En el otro bando, 5 soldados estadounidenses conducen su carro de combate, el “Fury”, que da título a la película en su versión original, y que en España conoceremos como ‘Corazones de acero‘ (David Ayer, 2014); su vehículo, su arma, su único hogar en los últimos años, con el único objetivo de desarticular a los soldados alemanes que persisten en su lucha. Sólo les unen años de servicio y un pequeño espacio claustrofóbico en el que el más mínimo error puede resultar el último. Un drama bélico lleno de acción en el que también existe un pequeño hueco para artificios puramente dramáticos. Recientemente ha conseguido 3 nominaciones a los Satellite Awards, incluyendo su asombrosa banda sonora de manos de Steven Price, ganador del Oscar por su música en ‘Gravity’ (Alfonso Cuarón, 2013), y un premio a mejor reparto de la National Board of Review.

Lo primero que nos encontramos en esta “Furia” descontrolada es la profundidad de su imagen. En un atisbo de alarde técnico, Ayer deja delante lo que importa y detrás lo demás, un ejercicio que parece apuntar a una idea inicial en tres dimensiones, que aún vista en las 2 tradicionales, le da un soplo poderoso a ese despliegue técnico que se espera de una película como ‘Corazones de acero’. Las escenas de acción bélica están rodadas con gran acierto, y se convierten en lo más interesante y emocionante de toda la cinta, aunque, por suerte, Ayer reserva un espacio para presentarnos microrrelatos de sus personajes, dándole un empujón a un guión que, por otra parte, adolece de poco original y algo repetitivo. Sin duda, si algo falla en ‘Corazones de acero’, es su descontrol narrativo y su poca originalidad. Un guión plagado de altibajos que podría haber sacado una historia bélica digna del panteón de Ares. Por suerte, podremos disfrutar de una historia bastante fiel a la realidad, un retrato acertado del final de la Segunda Guerra Mundial y de la camaradería y acercamiento que ofrece la vida en un carro de combate, aunque se permita cierto dramatismo exagerado.

En el campo interpretativo destaca un Brad Pitt que recuerda a su vengativo personaje de ‘Malditos bastardos’ (Quentin Tarantino, 2009): la misma actitud, la misma cara e incluso se intuye un parecido en sus palabras y forma de expresarse. Da la sensación de que repite personaje, pero con Tarantino funcionó, y con Ayer no se queda atrás. Pero el trabajo de Brad Pitt funciona mejor en grupo, en ese grupo de 5 actores que empata tan bien y que forma un ente único alrededor de la historia. Es una lástima que su convencionalismo final y su desolado guión no consiguiera hacer brillar mucho más a su reparto.

Para seguidores de las historias bélicas con grandes despliegues de medios y escenas de acción bien repartidas.
Lo mejor: Su excelente banda sonora que acompaña a un reparto muy digno y destacable.
Lo peor: Su guión poco logrado que lastrado lo que podía ser una historia épica.
Kosti
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8
22 de diciembre de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Camino de la cruz’ (Dietrich Brüggemann, 2014) es la historia de Maria, una chica de 14 años en la que la adolescencia empieza a asomar, pero es contenida por una estricta aplicación de un fundamentalismo católico en el que todos sus actos, pensamientos y palabras están sujetos a la perpetua mirada de Dios y de sus discípulos. Catorce episodios que narran el particular calvario de una niña que vive atrapada entre la libertad que le otorga la vida moderna y las cadenas religiosas y familiares que le impiden volar. Pero Maria sabe que todo su sufrimiento se verá recompensado. Una película que fue presentada en el último Festival de Berlín, donde ganó el premio al mejor guión, así como la Espiga de Plata y el Premio FIPRESCI de la Seminci de Valladolid.

Lo primero con lo que nos enfrentamos es con un plano secuencia completo que forma la primera parada en el camino de Maria, y así hasta sus 14 pasajes completos, sólo dejando un plano aéreo y dos cambios de plano en secuencias distintas. De esa manera podemos apreciar de forma muy clara la sobriedad que Brüggemann pretende inyectar a su historia, un hieratismo radical que recuerda a muchas películas del centro de Europa, como la reciente trilogía ‘Paraíso’ de Ulrich Seidl, y con la que encontramos algunas similitudes narrativas y de temática: una fe radical, el despertar de la adolescencia, los temas tabú, el abuso de poder,… aunque en realidad Brüggemann va por otros derroteros. ‘Camino de la cruz’ es el reflejo de una parte de la sociedad que vive aislada de la realidad actual, de forma consciente, negando toda bondad a aspectos de la vida cotidiana que rechazan sin apenas entenderlas o catarlas. La curiosidad de Maria, dada su corta edad, refleja perfectamente el lado opuesto, el querer descubrir por uno mismo qué se esconde detrás de lo prohibido, qué se puede encontrar si se arriesga y contradice los cánones de unos ideales que le han sido impuestos. En ese aspecto, Lea Van Acken, que es quien da vida a Maria, representa muy bien las dos caras de su personaje: por un lado la niña frágil que obedece a su madre y sigue estrictamente las pautas establecidas por su Iglesia, y por otro la adolescente que se enamora y quiere descubrir más cosas. Ésta ansía libertad, y aquélla padece un enclaustramiento propio de una mente adoctrinada en un catolicismo férreo. Pero uno de los dos lados se impondrá irremediablemente. En ese punto es donde los planos que elige Brüggemann, acertadamente, encuentran su máxima representación. Sus encuadres estáticos sirven de “cárcel” particular de ese adoctrinamiento extremo por el que hacen pasar a Maria. Ella permanece quieta en el encuadre, sin posibilidad de salir de él, sin tener en su mano la elección de romper la barrera y escapar.

Otro de los aspectos más poderosos de esta película es Franziska Weisz, o lo que es lo mismo, la madre de Maria. Es el contrapunto a la dulzura e inocencia de su hija. Nos es presentada como una madre severa, poco amorosa y bastante alejada de la típica imagen de madre abnegada. Despierta cierta animadversión en el espectador, y eso es debido, en gran parte, a la interpretación que realiza: cruda, visceral y directa, una mujer que trata a su hija meramente como si de un soldado de Dios se tratase, un símil al que se hace referencia en una Iglesia que lleva la interpretación de su creencia de forma fundamentalista y extremista, como si de un ejército se tratase, y cuya principal arma es alejar a todos sus miembros de los aspectos modernos que están denostando su religión. Weisz, a pesar de dar ese toque de frialdad a su personaje, resulta, en el fondo, un rayo de luz cálido y agradable para una película que de por sí lleva adherida la etiqueta de desoladora, porque esa es la sensación final, el poso que deja ‘Camino de la cruz’, una desolación descomunal que rasga la mente, el alma y el corazón.

Para aquellos cuyo corazón mantenga la capacidad de encogerse ante historias ajenas… o no tanto
Lo mejor: Madre e hija encajan a la perfección en esta “gélida” historia
Lo peor: Que no consigue despertar al espectador hasta bien acabada su primera mitad, pero la segunda bien lo vale
Kosti
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7
17 de octubre de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Washington (Mark Strong) es un brillante telépata, capaz de introducirse en los recuerdos de la gente, que trabaja para una organización de detectives que basan su método precisamente en eso, en ser partícipe de los recuerdos de sus clientes o los investigados. Su último trabajo asignado es Anna (Taissa Farmiga), una adolescente que no se sabe bien si es una sociópata o una víctima de un hogar desestructurado. Entre el dilema y un pasado que no consigue superar, John se verá atrapado en un juego mental del que no sabrá si poder salir.

‘Mindscape’ (Jorge Dorado, 2013) no es el thriller que todos esperamos, pero se le puede exprimir bastante jugo. Para empezar, su dirección resulta refrescante y brillante. Si bien Jorge Dorado ya había demostrado cierto dominio en lo que a cortometrajes se refiere, el mundo de los largometrajes le quedaba aún lejos, pero sin duda ha conseguido moverse como pez en el agua. Crea 95 minutos de dinamismo mental, un juego de engaños entre sus dos protagonistas, una mezcla de recuerdos que confunden realidad y memoria, y eso se consigue gracias a la atmósfera aterradora creada por su director, que se atreve además a realizar filigranas con la cámara dignas de cualquier artesano. Pero donde falla ‘Mindscape’ es en su guión. A pesar de que consigue diálogos fluidos e interesantes, sobre todo las palabras que resurgen de la incógnita mente de Anna, que va más allá de la simple rebeldía adolescente, aunque cae en demasiados tópicos de dicha etapa de la vida. Precisamente Anna es el personaje mejor construido y representado de toda la trama (sus miradas a cámara son aterradoras), porque a pesar de disfrutar con Mark Strong, un actor que suele deleitar con su sola presencia, en ‘Mindscape’ parece estar fuera de sí, abstraído, como si el papel no hubiera sido pensado para él, un hombre atormentado y, en cierta medida, ingenuo. ¿Puede ser que Strong esté algo encasillado? Hasta descubrir la respuesta, nos quedamos con su faceta más gamberra y diabólica.

A pesar de los pesares, ‘Mindscape’ se disfruta y consigue lo más difícil: atrapar al espectador y engañarlo, aunque sea una sola vez. Lo más avispados o los que estén a vueltas de todo probablemente no caerán en la trampa mental que Jorge Dorado nos sugiere, pero si se dejan llevar la historia fluirá, les agarrará y no les soltará hasta el último suspiro, ese suspiro que siempre suele fallar, pero que Dorado consigue hacerlo verosímil y alentador.

Para aquellos que todavía crean poder sorprenderse en una sala de cine sin salir decepcionados
Lo mejor: su dirección, Taissa Farmiga y una banda sonora muy curiosa
Lo peor: un guión con demasiados tópicos y un personaje principal en el que Mark Strong no brilla todo lo que debería
Kosti
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8
30 de septiembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia negra extremadamente divertida: situaciones ridículas, escenas hilarantes y personajes que rozan cierto patetismo conforman esta historia que entra dentro de un humor un tanto macabro... pero muy divertido. Hacía mucho tiempo que no salía de una sala de cine con la sensación que me dejó Four Lions: lágrimas brotando de mis ojos y un dolor agudo en el vientre, todo ello provocado por una serie de carcajadas que duran desde principio a fin.
Sin duda, los personajes son su mejor baza: 5 británicos de origen árabe que pretenden formar parte de la rama radical del Islam, pero lo único que consiguen es tropezar una y otra vez. La trama que los sigue se hace ligera, muy amena y, sobre todo, divertidísima.
A su vez, Four Lions supone una sorprendente crítica ante los fundamentalismos y sus decisiones, aunque con un toque cómico que la suaviza. Es impresionante también la naturalidad con la que el director trata este tema que, a priori, resulta tan delicado.
En resumen, una comedia muy divertida que tiene una trama mu interesante, pero que se pierde en un final demasiado convencional, aunque los créditos solventan un poco ese convencionalismo del final. 100% disfrutable.
Kosti
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5
28 de enero de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya fiasco me he llevado con esta película. Uno piensa cuando ve el cartel y el trailer que, una película con Johnny Depp y Angelina Jolie no puede ser mala y, bueno, en cierta manera no es así, pero tampoco se entiende cómo pueden participar en un guión con algunos despropósitos y tan predecible. Además me sorprende que un director como el de "La vida de los otros", que tuvo tanto éxito con dicha película y recibió tan buenas críticas, una vez que se traslada a Hollywood no consiga, por lo menos, mantenerse en esa línea.
The tourist es una película de suspense, pero también cargada de mucha acción. Como película de acción está bastante bien, pero la intriga desaparece al presentirse el desenlace, que no se augura muy prometedor (y así fue). Por otro lado, más positivo, se disfruta la ciudad de Venecia y algún que otro punto cómico en escena que la hace más amena, pero que no consigue sacar la trama de un sopor algo tratable. En fin, no era lo que esperaba, pero tampoco es el mayor de los desastres. Se aguanta y entretiene lo justo... Ahora bien, destaca que los secundarios despierten más interés que los dos protagonistas, ya que así lo consiguieron Paul Bettany y Rufus Sewell, quizás porque eran los dos personajes menos predecibles...
Kosti
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