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Críticas de el feroz
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Críticas 192
Críticas ordenadas por utilidad
9
7 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se abre el telón y empieza el cine en estado puro, en palabras meridianas, lo que se entiende por séptimo arte.
pocas veces, sin pronunciar una sola palabra, se pone en situación al espectador de una forma tan postentosamente expresiva en imágenes de "oro puro".
Howard Hawks filma cine con mayúsculas, western de excelencia, hasta tal punto, que él mismo se auto-homenajearía años después firmano una especie de "reboot", en la que haciendo honor al significado del término, recogía el espíritu esencia de la predecesora, pero dándole una divertidísima pátina, que sin llegar a parodia, sí revestía los caracteres de una magnífica comedia. Me refiero, por supuesto, a la también estupenda "El Dorado"

Con excelentes planos y encuadres fílmicos (Magníficos los planos picados sobre Dean Martin mientras el criminal acecha en primer plano, y sobre todo, impagable la secuencia del tiroteo, maceta atravesando la ventana y Nelson lanzando el rifle a manos de Wayne, en una sucesión de imágenes magníficamente encadenadas en un sensacional montaje)

No desmerece en absoluto la hábil elección de los protagonistas. Wayne es de los pocos actores (poquísimos) o quizás, incluso el único, que se interpreta a si mismo de forma constante y resulta soberbio, y es de los pocos poquísimos, que sabe rondar a una mórbida Dickinson (que podría ser su hija) sin perder un ápice de dignidad). Mucho Duke.

Se podrían decir muchas más cosas, pero para no ser demasiado prolijo citaré dos: por un lado la estupenda banda sonora de Dimitri Tiomkin, incluyendo esos "fatales" solos de trompeta, que años después inspirarían a Ennio Morriconne para componer sus metálicas danzas de la muerte. Por otro lado la impagable presencia de Angie Dickinson..(Por Dios, si en alguna ocasión hubo motivos para envidiar a Wayne, éste es sin duda el más evidente) y la exhibición de piernas más famosa de su tiempo (Y quizás de todos los tiempos)
Extraordinario Western para ver una vez al año cuando menos.
el feroz
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7
6 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una bonita y bien narrada historia de la Luisiana "no profunda" (sin que sirva de precedente), en donde, esta vez, no hay resquicio para la caspa y sí para los sentimientos profundos y la intelectualidad o la poesía.
Agradable cine intimista, que narra la historia de este curioso trinomio de "perdedores" (viejo, joven, adolescente), en donde los conceptos, ya tan trillados, de la redención, la factura del pasado, o la resilencia, se dejan caer a lo largo de su metraje con elegante parsimonia, sin exageraciones ni concesiones a la cursilería.

Jonh Travolta, demuestra que en la histrionización de la tristeza o el derrumbamiento, puede dar "notas muy altas", y no le importa para ello, exhibir un cuerpo endeble, tocado por la decadencia de la vida.

Shainee Gabel, sabe sacar cierta belleza idílica de los paisajes del Sur para dar su adecuado soporte a una historia que muestra los tópicos humanos de "amaneceres y crepúsculos" encarnados respectivamente en Scarlett Johanson (¡Dios...Qué guapa es..!) y en un vetusto y magnífico Travolta.

A pesar de lo que pueda parecer, no hay redención ni penitencia. Ni hay algo que perdonar, ni Bobby Long renunciará a su desencantado nihilismo vital aúnque rehabilitará sus ganas de vivir para un porvenir mejor.. Es el tributo de Gabel, al desapego del pasado, para construir los horizontes del futuro, sin lo cual no hay vida posible que se precie.
el feroz
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8
22 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encanta ver a Robert Duval en papeles de bueno. Especialmente cuando lo hace en buenas películas. Si bien es cierto que es un actor acertado en sus incorporaciones de personajes egoístamente equidistantes (La jungla humana) o implacables terratenientes de gatillo fácil contra el inocente (Joe Kid) es en su faceta más humana, donde al menos para mí resulta genialmente entrañable a la vez que poderosamente justiciero.("un día de furia", o incluso ese trepidante thriller de pura acción que es "Jack Reacher" de Christopher McQuarrie)

Esa es para mí una de las bazas fundamentales con las que el irregular Kevin Kostner, un actor director tan estimado como a veces poco valorado, cuenta.

A pesar de sus infructuosas incursiones en ciertas facetas cinematográficas, éste es sin duda uno de los triunfos más claros de la baraja personal de un director que no siempre da en el clavo y a veces no por su culpa. A mí, y en contra de la opinión de todos los críticos y públicos del mundo, me gusta ese extraño western fantástico, casi de género inclasificable, que fué "the Postman". Con más razón esta película se convierte en una de mis favoritas de su trayectoria profesional. (Salvando esa maravillosa incursión reivindicativa ecológica que fué "Bailando con lobos"

"open Range" no entrará nunca en el deseado acervo de las película artísticas y culturalmente significativas, que como toda lista hecha por humanos, tiende a la subjetividad y al gusto personal, tanto como cualquier otra, pero no cabe duda de que el film de Costner tiene todos los buenos ingredientes que constituyen la receta del Western, que es capaz de expresar, divertir y a ratos, incluso apasionar. Desde la venganza, la redención, el autoperdón a los pecados cometidos, la factura del pasado (ahí está Stevens y "Raices profundas"), la búsqueda de la felicidad, representada en la esperanza que ofrece una madura pero bella Annette Bening, como elemento disuasorio de la violencia y conciliador con las faltas cometidas, y en medio de todo el imprescindible tributo al duelo de los buenos y los malos. Los malos que lo son y los buenos que quizás no lo son tanto.

No es que sea partidario en exceso de la violencia en el cine, pero ¡Qué bien insertada y filmada está a veces en la mano de un buen realizador!. (Gran secuencia la del Barman negándose a servir una bebida y Costner lanzando la jarra a través de la barra al mismo rostro del provocador, todo en un plano medio tan sorpresivo como electrizante)

Para colmo de curiosidades en las buenas interpretaciones, véase a un perverso Michael Gambon, aquí de desmedido villano, y conocido por ser el bondadoso y sabio Albus Dumbledore, tutor del mago-niño más famoso de la historia del cine. Todo un encuentro.
el feroz
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8
21 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
He procedido por decimoquinta vez, quizás al visionado de la obra inmortal de Fleming, tan memorable como injustamente atribuída, puesto que detrás de grandes partes del film, se encuentran presencias tan importantes como Cukor, éste último casi absolutamente no acreditado, y todos ellos merecedores del Oscar, al mismo nivel que el que en justicia lo obtuvo. (especialmente Cukor, que supo imprimir su sello único a las actuaciones de Vivien Leigh, y Olivia de Havilland, pero que por desgracia, no congeniaba con el más abrupto y varonil Gable, el cual desde su posición de "fetiche" absoluto de Louis Mayer, exigía a gritos un cambio de director.

A pesar de la multiplicidad de realizaciones y personalidades diferentes intervinientes, incluyendo la de un exaltado David O. Selznick que casi impuso su criterio sobre cualquiera de los anteriores, y por tanto de la variedad de sellos y visiones personales, se consiguió, lo cual es enormemente meritorio, que la película funcionase como un todo coherente en donde las piezas del puzzle encajaron con matemática precisión.

Por una vez, y sin que necesariamente sirva de precedente, la "literalidad" prácticamente absoluta de la adaptación de Margaret Mitchel, se convirtió en un triunfo más, y nunca en un defecto. Quizás porque la trascendencia de un libro, en que, a falta de televisión y vídeo de su época, fué leído por toda una generación de jóvenes de la América de entre guerras, no admitía, so pena del fracaso, ninguna revisión o visión personal que se precie, aúnque sí algunos planos secuencias puramente cinematográficos que lejos de resultar impostores, subrayaban la trama con más eficicacia aún que la propia novela. Aunque invirtiendo el planteamiento, se prescindió de otras secuencias, extraordinariamente insertadas por Mitchel, que incidían en una violencia o erotismo de manera demasiado evidente para ser toleradas por la bienpensante censura americana. No deja de ser paradójico que se suprimieran ciertos pasajes, y en cambio se añadieran otros tan significativamente sugerentes como los eliminados. (así a modo de ejemplo, cuando en la novela, Buttler impone el vestido rojo a Scarlett para que acuda a la fiesta de aquélla a la que ha traicionado, aprieta su corsé con fuerza suficiente para que ella gima de dolor. La frase de él es absolutamente lapidaria "Lástima que no esté alrededor de tu cuello". Se obvió este impagable testimonio de explícita violencia erótica, pero en cambio se añadió otra que no constaba en la obra original. La de un desmedido Gable, rompiendo de una patada la puerta del dormitorio del cual ha sido, metafórica y literalmente expulsado. Memorable.

"Lo que el viento se llevó", por tanto, es una película de coherente uniformidad, de grandes sentimientos, incluidos los hoy tan denostados sentimientos patrióticos, y de amores llenos de candente poder y "pecado carnal", mucho antes de que lo hiciera, con menos eficacia películas para mi gusto tan sobrevaloradas como la "Gilda" de Charles Vidor.

Todo ello fué confirmado, aderezado y enaltecido por la inmortal partitura de Max Steiner, que alcanzó con la misma la cumbre del lirismo cinematográfico, muy adecuada parta una película sobre la guerra, en la que lo que menos importa es la guerra.

Impagable la presencia de Gable, La crítica y el público estuvieron de acuerdo en la inapelabilidad de la elección, para dar cuerpo a uno de los personajes viriles más controvertidos de la literatura americana. ( a modo de anecdótica opinión, y dada la descripción que Mitchel hace del personaje, léase para comprobarlo, siempre he pensado que de rodarse esta película en los años sesenta el actor idóneo hubiera sido, el menos expresivo pero más corpulento Clint Walker (Doce del patíbulo). se admiten disparidades.
Valga lo dicho también para la elección de Vivien leigh y el resto del elenco.

Sigue valiendo la pena, tras ochenta años de recorrido, volver a invertir cuatro horas de tiempo. Es más que de lo que se puede decir de muchos mamotretos actuales.
el feroz
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9
21 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo, en este país, en que todos los actores y actrices, mejores o peores del mismo querían trabajar con Pedro Almodóvar. (Algo que, en particular el que esto escribe, nunca llegó a entender). Y hay (y hubo) una época en que todos los actores y actrices de este planeta, quieren trabajar con Clint Eastwood. (Y esto sí que de verdad no me sorprende lo más mínimo)

Eastwood es el director de los hombre duros, incomprendidos a veces. Es el director, por excelencia de la actitud bronca y el gesto displicente, y en esa línea es el maestro indiscutible. De hecho en el rostro adusto de Frankie Dunn, se encuentra subrayados casi en negrita, los legendarios "tics" del hombre sin nombre de la "trilogía del Dólar", incluso la implacabilidad del Willian Munny de la maravillosa "Unforgiven", y se confirman en cada fotograma, sin que Eastwood, tanto delante como detrás de la cámara se ordene a si mismo un cambio radical de registro. Sabe que ni lo necesita, ni el público se lo requiere. La magia, está en ese rostro, tanto como en el resto de la película.

"Million Dólor Baby" es uno de los pocos films que puede arrogarse el mérito de no tener un sólo plano desperdiciado, mal ubicado o impostado. Hasta el último de ellos, se encuentra ahí por una razón expresiva o artística. (Valdría la pena detenerse un poco en los maravillosos encuadres del rostro de Hilary Swank, captando hasta el último resquicio de lo "captable" a través de una lente, pero por falta de tiempo y espacio, prescindiré de ello.

Pocas veces en el cine se ha mostrado con tal acierto, una simbiosis tan perfecta entre la brutalidad del pugilismo y la poesía en estado puro, que Eastwood extrae de cada uno de los momentos de la película. Incluyendo los portentosos soliloquios epistolares de Morgan Freeman, pura prosa cinematográfica, perfectamente insertados en el fantástico guión de Paul Haggis. ( No he leído la novela en la que se basa, ni conocía al autor de la misma, pero dudo que la versión original literaria, pueda superar su exposición en imágenes)

Tocando temas tan polémicos socialmente, como puede ser el boxeo femenino, y la eutanasia, de las cuales Eastwood hace un retrato tan irónicamente distanciado, como tierno, comprensivo hasta cierto punto, y casi mágico, "Million Dolar Baby" podría haber sido, incluso un regalo póstumo "crepuscular" para el público, por su particular estética y su excelente pulso "fílmico". Afortunadamente, al directos y actor aún le queda vida y carrera por delante.

Una película, drama pugilístico, que sorprendentemente, no tiene el boxeo como meollo, y que cuenta mucho más de lo que se sugiere.
Bellísimo el primer plano final de la sonrrisa de Maggie, que recoge en su gesto toda la trascendencia del film en un simple esbozo, y que de paso, sirve para dejar a la eutanasia en una justa equidistancia, lejos de las radicalidades de unas u otras facciones.

Preciosa película. Gran dirección. Grandes actuaciones, y en especial de una inmensa Hilary Swank. Un film que da a la palabra "recomendable" un nuevo e intenso sentido.
el feroz
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