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Críticas de Manospondylus
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Críticas 90
Críticas ordenadas por utilidad
3
29 de febrero de 2024
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Barbie Mariposa y la Princesa de las Hadas supone la 25ª película animada de Barbie de las más de 40 que existen a día de hoy (unas cifras solo alcanzadas por Doraemon pero en más del doble de tiempo), porque, como he mencionado en las reseñas previas, antes de apostar por la calidad de, no sé, digamos la superproducción protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling, en Mattel estuvieron un par de decenios lanzando una o dos películas de Barbie al año, todas ellas con una producción tan low cost y unas historias tan absurdas que les han conferido la categoría de obras de culto debido a lo surrealistas que resultan.

Esta película que nos ocupa es la última entrega de una saga compuesta por la trilogía de Fairytopia y la duología de Mariposa, aunque esta parte ya no incluye ninguna conexión directa con las tres películas originales, sí lo hacía la primera parte de Barbie Mariposa, así que asumiremos que sigue siendo el mismo mundo de hadas. Algo shockeante del doblaje son los cambios de voces y de la traducción de nombres de criaturas y lugares entre estas dos entregas. Lo segundo es un problema que afecta a la versión en castellano y no todos los cambios son a peor (por ejemplo, el País de la Luz ahora es el Reino Alado, que es una traducción algo más fiel de Flutterfield), pero resta cohesión y queda molesto.

Iniciamos esta historia con un prólogo con estética de cuento que recuerda a ciertos filmes clásicos de Disney… o a Shrek, y que prescinde de Elina y Bieber, lo que me da la razón en que ya sobraban en la anterior película. Dicho prólogo sirve de resumen de la entrega previa (y sin recurrir a reutilizar metraje, lo que sorprende bastante) y, tras este, el comienzo es bastante coherente con lo ocurrido anteriormente y los personajes destacan la importancia de la lectura, lo que siempre es agradable, pero no tarda en aparecer un nuevo Bieber rosa que nos recuerda la clase de película que estamos viendo. A continuación tenemos una secuencia que presenta el argumento de la película y que funciona como una suerte de segundo prólogo (sobre todo porque presenta el mismo estilo), que seguramente habría funcionado mejor al comienzo como prólogo único, eliminando la recapitulación de la parte anterior o, mejor, incorporándola en un prólogo unitario. Que para venir de dónde venimos no es terrible, pero el doble prólogo queda raro, especialmente porque van muy seguidos pero con un par de escenas de separación por medio.

En fin, que lo que nos relatan es un conflicto entre las hadas mariposa del Reino Alado (anteriormente llamado País de la Luz) y las hadas de cristal del Valle de la Luz (resulta confuso, sí, pero es cosa de la traducción meter tanta “luz” por ahí, que bien pudieron llamarlo el Valle Brillante o algo así); una enemistad ancestral que queda claro que se debe principalmente a una cuestión de prejuicios, malentendidos y posverdades. Total, que la reina envía a Mariposa en misión diplomática al Valle de la Luz un poco porque sí (Mariposa hace eso tan innecesario de negarse solo para aceptar en la escena siguiente), acompañada de su Bieber particular salido de la nada (en la película anterior nunca apareció, aunque tuvimos un poco del original que es peor) también porque sí.

Por fortuna para Mariposa, ahora se puede viajar por ahí de forma completamente despreocupada. ¿Qué ha pasado con los engendros aquellos que comían hadas? Se suponía que todo el Reino Alado/País de la Luz estaba rodeado de esos seres y, aunque en la película anterior desbarataban los planes de Henna, nunca se solucionaba ese problema; pero ahora parece que han desaparecido sin más de todas partes por conveniencia. Tampoco me voy a quejar mucho porque el viaje sin persecuciones absurdas ni personajes aleatorios indicando a dónde ir se hace agradable, acompañado además de una canción simpática y ayudado por las mejoras en la animación.

El resto de la película versará sobre las vivencias de Mariposa en ese otro reino. Allí su función será la de acercar posturas entre ambos países... y también la de detener a un hada malvada que hace cosas malvadas. Con lo relativamente bien que iba todo no irónicamente hasta ahora. Porque, sí, Barbie: Mariposa contiene ideas buenas pero no puede desarrollarlas al no atreverse a desprenderse completamente de los tropos característicos de las anteriores películas, como los bichos sidekicks molestos, los MacGuffins gratuitos y el hada-bruja villana; por lo que al final terminamos con otra película de Fairytopia demasiado parecida a cualquier otra película de Fayritopia.

Como personaje protagónico Mariposa es sosísima, muy parecida a Elina en todo (lógico al ser ambas avatares de Barbie, básicamente) aunque no es tan Mary Sue en absoluto, y sus interacciones con el resto de personajes (que todavía están menos desarrollados, salvo Catania) son igual de sosas (salvo con Catania). Una vez más, al principio tratan de crear cierta tensión romántica entre Mariposa y el príncipe simp, digo, Carlos, como para hacerlos manifiestamente shippeables, pero, de nuevo, la trama los lleva por caminos diferentes y Mariposa se pasa el resto de la película generando unas intensas vibras homorrománticas con Catania, deuteragonista y princesa de Valle de la Luz (prácticamente desde la primera interacción entre ellas, aunque esta no es tan cantosa como lo fue con Henna, se va intensificando a lo largo de la cinta). En serio, no entiendo esto de meter un chico que sirva de interés romántico oficial para luego aparcarlo y pasar a mostrar un coqueteo tan evidente entre la protagonista y alguna amiga suya que es imposible que no sea totalmente deliberado. Si bien tampoco llega nunca a ser algo explícito ni conduce a nada. Es la quinta vez que ocurre en esta saga, y pasa con cierta frecuencia también en otras muchas películas animadas de Barbie, no puedo ni imaginar con qué propósito, pero suele ser de lo más divertido de estas historias.

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Manospondylus
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Barbie Mariposa
Estados Unidos2008
3,8
264
Animación
2
29 de febrero de 2024
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Tal y como amenacé hace cuatro años, prosigo con las reseñas del mágico y surrealista universo de Barbie Fairytopia porque es una forma tan estúpida como cualquier otra de invertir el día extra del año bisiesto (y de paso aporto a una película que, por algún motivo, no contaba con ninguna crítica por aquí).

Antes de continuar, un poco de contexto (el rollo este ya lo comenté por encima en las reseñas que hice de la trilogía de Barbie Fairytopia, pero nunca está de más un breve repaso): Barbie Mariposa es una película directa a formato doméstico que hace de spin-off o, más preciso, side story (ahora me doy cuenta de que abusamos de los anglicismos) de Fairytopia. El asunto es que, antes de que Greta Gerwig viniera a poner orden en el universo cinematográfico de Barbie, durante 20 años Mattel estuvo lanzando aleatoriamente películas en vídeo y TV a fin de promocionar los juguetes que sacaba a la venta simultáneamente, y que se caracterizan por su CGI tirando a pobre (si bien he visto cosas peores), una sobredosis de color rosa, arcoíris y cierto subtexto lésbico involuntario (creo) que siempre fue lo más divertido y rescatable de estas películas.

Por lo general, las cintas de Barbie (más de 40, nada menos) contaban historias independientes entre sí (al principio adaptaciones de cuentos y ballets, más adelante seguían historias originales), pero también hay un par de sagas con varias entregas siendo Fairytopia la más reconocida (principalmente por los memes). Esta es una historia original, absurda de narices, protagonizada por Elina (la versión feérica de la propia Barbie) y que se extendió a lo largo de 3 entregas tras las que llegaron 2 más como side stories. La primera de ellas es esta misma, Barbie Mariposa, realizada por el mismo equipo técnico y creativo (lo que no es una buena noticia) y estrenada en 2008 como anuncio de la línea de juguetes del mismo nombre.

En fin, que una vez más volvemos a la Pradera de Fairytopia y una vez más somos torturados por Bibble, Bible, Bieber o como quiera que se llame el molesto bicho azul y peludo que revolotea por ahí gimoteando y que nos va a atormentar durante los títulos de crédito (dos minutos enteros que se hacen larguísimos). A continuación se da paso a la siempre fascinante vida de Elina, quien procede a narrarle la historia de Mariposa al Bieber porque, como han derrotado a Laverna y traído la paz y eso, ya no hay nada más que contar sobre ellos. Entonces la escena cambia con un fundido a un plano de situación del País de la Luz que en adelante es donde va a transcurrir la acción (salvo interrupciones). Así que todo el asunto de la conexión con la trilogía de Fairytopia se reduce meramente al eso y a que se supone que la titular Mariposa es una amiga de Elina en lo que es un ejercicio de narración enmarcada fascinante. En serio, lo de introducir una nueva historia Barbie a través de otra que prácticamente no tiene nada que ver no deja de ser una decisión curiosa cuanto menos, porque bien podrían haber hecho una película de Mariposa completamente independiente como tantas otras veces, pero han optado por una conexión innecesaria que no aporta absolutamente nada. Bravo.

Como sería de esperar, la historia de Mariposa es bastante similar a lo visto con Elina: Mariposa es un hada y el citado País de la Luz es uno de los reinos de Fairytopia (aunque convenientemente aislado de los demás) y, como el resto de ese mundo, vive amenazado por un terrible peligro, en este caso, unos bichos nocturnos de nombre impronunciable que comen hadas porque así de cruel es la naturaleza. También es fascinante como se introducen estos reinos como si fueran lo más idílico imaginable pero siempre están a punto de caer en el desastre, en este caso, a causa de unos grotescos engendros hadófagos (vale, me he inventado la palabra, pero ¿a que mola?) que atacan cada noche porque sufren de fotofobia (esa sí existe), una desventaja que las hadas mariposa aprovecharon para llenar el reino de flores luminosas después de ser atormentadas y devoradas durante siglos.

Estamos solo en el planteamiento y la trama ya empieza a hacer aguas: ¿de verdad las hadas del País de la Luz tardaron siglos en utilizar la luz como defensa contra unas criaturas (bastante estúpidas, por cierto) que temen la luz? ¿Acaso es esto otro sobreanálisis de un producto para críos directo a vídeo? Pues un poco sí, por los loles, básicamente, pero sin desvelar nada importante de la trama ni spoilear el final.

Total, que la ideóloga del plan de las luces fue nombrada reina del País de la Luz y todas las hadas vivieron seguras en el área iluminada… excepto la protagonista del relato, Mariposa, que tiene la costumbre de alejarse de noche para ver las estrellas aun a riesgo de que se la coman (que cada quien decida si merece la pena). También aprovechan para meter un discurso sobre que Mariposa se siente diferente y no encaja entre las demás hadas, lo que queda vago e indefinido (y un poco incoherente por su tendencia a aislarse a la vez que le encanta recibir atención); y aunque parece que va a servir como motivación para que se embarque en la aventura, en realidad tampoco habría tenido elección porque la reina ha sido envenenada y, por supuesto, es ella quien tiene que encontrar el antídoto. Eso sí, por lo menos no es otro elemento random más sino que se le intenta dar uso como mensaje de autoaceptación logrado un poco a medias, y hasta su afición a la astronomía termina siendo relevante.

Volviendo a las semejanzas con las entregas previas, se nota que esta película comparte guionista porque según avanza los parecidos van a más: lo del veneno es exactamente lo que hacía Laverna, Mariposa recuerda a Elina, ambas tienen una amiga que no participa en la aventura, y también hay un chico cuya función es hacernos creer que será el interés romántico de la protagonista, pero eso no llevará a nada; sin olvidar la secuencia subacuática de relleno con sirenas.

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Manospondylus
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6
21 de febrero de 2022
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Segunda serie live-action del universo Star Wars, con una factura técnica comparable a la de una superproducción hollywoodiense y mucho contenido jugoso para su fanbase (de la franquicia en general, no de quienes desprecian sistemáticamente todo lo que ha salido después de la trilogía original), incluyendo información necesaria y también una considerable cantidad de fanservice. Su principal defecto (si es que puede considerarse como tal) es que es precisamente una serie para fans. Y es que, a diferencia de The Mandalorian que podía ser vista y disfrutada, al menos al principio, con un conocimiento reducido del lore de la franquicia (es decir, por espectadores casuales), El Libro de Boba Fett va directamente al meollo (lo que no quita que a veces peque de un ritmo lento y de algún rodeo innecesario), sin presentaciones y con múltiples guiños y conexiones con otras obras de la franquicia, por lo que el público más generalista tendrá difícil el captar todo lo que ocurre y seguir la trama sin problemas o con interés.

No es que sea necesario haber visto la serie animada de los Ewoks y haber leído hasta el último cómic y novela del Universo Expandido; si bien es cierto que hay detalles (incluso un personaje de los cómics de Marvel) extraídos del Universo Expandido, pero, al no ser excesivamente importantes, su trasfondo es algo que prácticamente puede obviarse. Por el contrario sí es fundamental tener controladas las películas (especialmente las trilogías original y de precuelas, aunque también conecta con la denostada, no sin razón, trilogía de secuelas), The Mandalorian y buena parte de Clone Wars (de la que Filoni continúa, con la complicidad de Favreau, trasladando personajes a la imagen real).

Tampoco puede decirse que esto de dirigir nuevas obras a un público tan específico sea algo exclusivo de Star Wars, aunque es cierto que es algo que ha acompañado a la franquicia desde los 80 con su antiguo Universo Expandido (llamado ahora Legends), sino que es un fenómeno cada vez más frecuente en franquicias enormes que cuentan con una gran fanbase y un fandom muy activo en Internet (véase el UCM). Y no es algo malo en sí mismo, pero sí que es comprensible que espante a potenciales espectadores que se puedan sentir abrumados (o sencillamente sentir pereza) ante la cantidad de películas y series que tienen que ver antes de comenzar con el nuevo producto.

El argumento es obvio: como vimos al final de la segunda temporada de The Mandalorian, Boba Fett regresa a Tatooine y reclama el puesto de daimyo (algo así como una mezcla de un señor feudal, de dónde procede su nombre, y un señor del crimen), tas las muertes de Jabba y de Bib Fortuna (asesinado por el propio Boba en The Mandalorian); para lo que cuenta, además de su experiencia y habilidad, con la ayuda de Fennec Shand y de un buen puñado de créditos. Los asuntos de Tatooine, desde la cultura Tusken (lo que no era en absoluto necesario, pero tampoco molesta) a los negocios que se cuecen por Mos Espa ocupan buena parte del tiempo, mientras la trama se va centrando en el tráfico de especia (esto recuerda sospechosamente a Dune) y el Sindicato Pyke.

La primera mitad se centra esencialmente en Boba Fett, revelando por medio de flashbacks cómo escapó del Sarlacc (lo que a decir verdad es demasiado rápido) y su recorrido hasta su reaparición en The Mandalorian e incluso hay algún breve vistazo a su infancia en Kamino (lo que proporciona trasfondo a un personaje que en la trilogía original era sumamente plano, por mucho que gustara en su día a los fans), mientras que en el tiempo presente de la serie intentará hacerse un nombre en Tatooine.

La segunda mitad es más coral y hace las veces de temporada 2.5 de The Mandalorian (porque es evidente que lo que aquí ocurre va a tener repercusión en esta otra serie). Y, sí, hay una buena dosis de fanservice, pero coherente, creíble en este universo, del que no saca de la historia y, por el contrario, forma parte lógica (casi siempre) e inseparable de la trama (algo así como en Spiderman No Way Home, incluso diría que generalmente queda menos forzado). Únicamente la aparición cierta togruta puede considerarse gratuita, pero es un placer verla de nuevo y sobre todo con quién interactúa.

Sin embargo, no todo es beskar en esta armadura, y las flaquezas de El Libro de Boba Fett son más que evidentes. Aunque correcto, Boba Fett no se revela como un personaje tan fascinante como mucha gente esperaba y, más allá de que era necesario revelar cómo salió del Sarlacc, no tiene mucho que ofrecer. Boba es más un vehículo para contar historias más interesantes, pero, armadura aparte, carece del carisma que sí ostenta Din Djarin. Además, Boba también se resiente de que no posea un elemento distintivo como lo es el vínculo paternofilial entre Djarin y Grogu, y las (relativamente modestas) ambiciones de un señor del crimen de Tatooine por sí solas no bastan para mantener un metraje de 6 horas, especialmente en una obra con un tono ligero y family-friendly (esperable, pues ha acompañado a las películas y series de Star Wars desde el principio, destacado por el mismísimo George Lucas, pese a que haya quien se empeñe en culpar a Disney, a Favreau, a Filoni o yo qué sé). De no ser por la incorporación de más personajes (y subtramas) en la segunda mitad, El Libro de Boba Fett se habría hecho monótono y un poco pesado.

A lo que no se le pueden poner muchas pegas son al diseño de producción y a los efectos especiales. De lo primero poco hay que decir, pues sigue la trayectoria marcada desde la primera película que se ha ido perfeccionando con el tiempo (lo único cuestionable son las motos de colorines). Sobre lo segundo, El Libro de Boba Fett combina efectos prácticos con digitales en la línea de lo visto en The Mandalorian, a fin de mantener la coherencia con la trilogía original (de la que esta serie se transcurre poco después) al tiempo que lo que vemos resulte creíble en 2022.

(Continúa sin spoilers)
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Manospondylus
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7
31 de marzo de 2020
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Gekijoban Hibike! Euphonium: Chikai no Finale (o Hibike! Euphonium la película 3: Chikai no Finale) es la continuación de la serie de TV Hibike! Euphonium (a su vez resumida en dos películas compilatorias, una por cada temporada, de ahí que esta se considere la tercera parte), la adaptación al anime de la serie de novelas de Ayano Takeda consumada por uno de los mejores estudios de animación de Japón (y, ya que estamos, del mundo), Kyoto Animation (habitualmente abreviado KyoAni).

La trama principal sigue las vivencias de Kumiko Ōmae, una estudiante de Bachillerato (o su equivalente japonés: 3 años de educación secundaria postobligatoria) que toca el eufonio (bombardino) en la banda del instituto Kitauji, así como el recorrido de dicha banda desde el inicio del curso hasta la competición nacional de bandas en la que intentará conseguir el ansiado oro. Como secuela directa, esta película muestra el segundo año de Kumiko en dicho instituto, empezando, de nuevo, desde el inicio del curso en abril (como es habitual en Japón), poco después de donde se quedó la serie de TV, y hasta la competición de la región de Kansai, paso previo a la nacional.

Como, entre otros motivos, los personajes que proceden de la serie (la mayoría, incluyendo a la protagonista) no reciben ninguna presentación, es imprescindible haber visto las dos temporadas de dicho anime, así como es realmente recomendable la visualización de la película spin-off Liz to Aoi Tori (Liz y el Pájaro Azul) cuya trama ocurre en paralelo a esta película y se llega a cruzar un par de veces. Además de que los guiños y alusiones a lo acontecido en estas otras obras son constantes.

Sin embargo, si Hibike! Euphonium funciona estupendamente como serie, no tanto como película, puesto que una de las gracias de esta historia son sus personajes y una sola película apenas hay tiempo para dedicarles a cada uno el necesario. Además, muchos de los acontecimientos se precipitan de forma brusca y la información que recibimos se amontona sin que se profundice en casi nada. Se pasa muy por encima de muchos asuntos, las subtramas quedan reducidas o son prácticamente eliminadas y se percibe una evidente falta de información como si faltaran escenas. Y no me refiero a que, como tantas otras veces, se haya cortado metraje incluyendo escenas enteras, sino a que seguramente estas omisiones estén presentes desde la escritura del guion. En cualquier caso, el resultado es bastante similar: la película avanza a saltos y deja ciertas lagunas.

En comparación, la serie de TV abarca un año escolar completo en dos temporadas de 13 episodios (y un OVA) cada una, lo que se traduce en más de cuatro horas de metraje (openings y endings aparte) por temporada, pero aquí se comprime más de medio curso (desde el inicio en abril hasta después de las vacaciones de verano en septiembre) en poco más de hora y media. El resultado es un filme que casi parece otra película compilatoria, la de una inexistente tercera temporada de la serie de TV.

Hay una gran cantidad de personajes, cada uno con su historia, pero la mayoría apenas reciben algo de atención: reaparecen la inmensa mayoría de los personajes principales y secundarios de la serie (prácticamente todos salvo la hermana mayor de Kumiko, incluso Hashimoto y Niiyama, aunque sólo para unos segundos), pero con papeles breves y sin mayor trascendencia; Reina cobra importancia sólo en escasos momentos (lo más destacable es otra escena en el monte Daikichi, y una brevísima conversación con Shūichi), lo que es una lástima, y se echa mucho en falta a Asuka (naturalmente hace una breve aparición, pero, como ya ha terminado el instituto y no forma parte de la banda, su papel queda reducido a un simple cameo) y no hay ningún personaje entre los nuevos con personalidad suficiente como para llenar ese vacío. Además, sumados al ya de por sí amplio elenco de Hibike! Euphonium, se incorporan los nuevos estudiantes de primero que ingresan en la banda del Kitauji, lo que supone cuatro personajes nuevos, si bien sólo Mirei resulta algo interesante (pese a que su trasfondo tampoco se explora en profundidad y su desarrollo queda en el aire).

Eso sí, aunque no presenta una evolución significativa, es de agradecer que Kumiko continúe en su línea, es decir, manteniéndose lejos del estereotipo de chica deredere completamente vacía que suele protagonizar este tipo de anime, y siendo, por el contrario, una adolescente inteligente, insegura, espontánea, a veces fría y distante, bastante bocazas y con tendencia a ser brutalmente sincera; características que la convierten en un personaje tan creíble como divertido.

Por otra parte, se había insinuado (bueno, prácticamente prometido) que esta sería la película que iniciaría y desarrollaría la relación entre Kumiko y Shūichi, dando lugar a una historia amorosa más o menos presente en las novelas pero que fue eliminada de la adaptación anime (de hecho, KyoAni había vendido esta como una película romántica). Sin embargo, la única interacción entre ambos como pareja (más o menos) es durante el festival Agata (el mismo que apareció en el episodio 8 de la primera temporada, ubicada en el curso anterior), e incluso en esa noche se nos muestra más de Reina que de Shūichi (y lo peor es que no puedo quejarme porque esperaba que tuviera una presencia mayor y esta es una de sus pocas escenas), quien, para colmo, tiene mucha más química con Kumiko que el propio Shūichi. De hecho, hay tan poca química entre Kumiko y Shūichi que sus interacciones resultan algo frías y aún incómodas (lo que también es consecuencia de haber reducido el papel de Shūichi durante la serie de TV). Al final, la subtrama romántica queda sólo como un par de escenas algo inconexas y faltas de contexto, tiene un progreso pobre (casi nulo) y concluye cuando todavía queda un cuarto de película, sin apenas haber comenzado. Una vez más, es como si faltaran escenas.

(Sigue sin spoilers)
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1
7 de noviembre de 2015
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Se pueden tener muchas malas ideas, ocurrencias espantosas surgidas en algún momento adverso, duro, difícil, de escasa inspiración o estando bajo la influencia de algo ilegal (que hay gente para todo), pero la idea de dos plátanos gigantes, antropomorfos y adultos que se pasan el día en pijama en una casa a la que acuden un grupo de ositos, presumiblemente infantes, resulta especialmente perturbadora, inquietante, horrible y atroz.

¿El resplandor de Kubrick? No, gracias. Si hay algo más aterrador que vagar por los pasillos del Overlook y encontrarse de frente con las gemelas Grady es ser perseguido por una pareja de grotescos plátanos de 2 metros en pijama de rayas que "se quieren divertir", con esas sonrisas malévolas y esas miradas fijas y sin vida.

Ojalá nadie torture a sus hijos, ni a los de nadie, con este dantesco espectáculo. O por lo menos que los servicios sociales actúen si esto llegara a ocurrir.



Aspectos negativos: Pues... todo.
Aspectos positivos: Que terminó ya a finales del pasado siglo.
Aspectos muy negativos: Que hay una continuación en glorioso CGI. En serio, ¿qué necesidad había?
Puntuación: La mínima que le podía dar.
Manospondylus
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