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España España · Barcelona
Críticas de rober
Críticas 705
Críticas ordenadas por utilidad
3
6 de septiembre de 2016
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No la pude llegar a ver entera. Spielberg rompe la barrera de la emotividad y cae en la sensiblería más barata. Una película formalmente muy bien hecha, pero cursi y ñoña desde el primer minuto. Por su metraje y su temática, "War horse" no es (ni pretende ser) una película infantil, y acaba navegando en tierra de nadie con su mensaje antibelicista muy obvio, unos diálogos blanditos muy desafortunados y azúcar a mansalva. Un borrón en la filmografía del director.
rober
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6
19 de diciembre de 2014
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película modesta, directa, agradable y, sobre todo, muy bien interpretada. Las tonalidades en gris del paisaje gallego y una Lola Dueñas que se echa a los hombros toda la película son argumentos sobrados para ver "Los fenómenos". Sin llegar (ni de lejos) a "Los lunes al sol", ni al mejor Ken Loach, esta película se enmarca dentro del subgénero de "cine social", y hace una visión directa e ilustrativa de la crisis económica del 2008 y de los devastadores efectos que tuvo en España.

Lo bueno es que la película contiene una encendida crítica a las nefastas políticas que provocaron en este país el "boom inmobiliario" y la posteriormente llamada "crisis del ladrillo", pero sin ser especialmente condescendiente con los personajes del film. Neneta es una pobre víctima que se ve obligada a trabajar duro para sobrevivir, pero cuando alcanza un cierto reconocimiento y status no duda en caer en los mismos vicios que el resto de trabajadores. La integración implica también ser cómplice de las mismas malas artes y del mismo afán de lucro que cualquiera. No se trata sólo de hacer novatadas, sino también de formar parte de tramas más o menos pícaras para ganar dinero a costa del engaño, como si el "es que lo hacen todos" fuese suficiente excusa. Todo vale por conseguir un trozo más grande de la empanada que cada mes prepara la mujer del Sr. Barreiro. Si algo bueno tiene la visión que Zarauza hace de esta crisis es que nos invita a reflexionar sobre si todos podemos tener una parte de responsabilidad en lo que ha pasado.

Dicho esto, la película está lejos de ser una obra maestra. El arranque es cinematográficamente perfecto (no se puede decir más cosas en tan pocos fotogramas, y con tan pocas palabras), pero después deriva hacia un lenguaje muy convencional y hasta plano, casi de telefilm. El sentido del humor otorga al conjunto unas notas de cotidianidad muy saludables, pero todo el argumento va avanzando hacia terrenos previsibles, y las subtramas caen en el tópico. Los diálogos pueden resultar aparentemente ingeniosos para alguien, pero a mí me han resultado poco creíbles. Las referencias a la "dicotomía" me han provocado vergüenza ajena, por lo inverosímil de la situación. El guión está bien en cuanto a estructura de la historia, pero es muy poco brillante a la hora de resolver las situaciones concretas que se plantean en cada escena.

De todos modos, una interesante y amena obra de denuncia que evidencia unas inquietudes poco vistas en el cine español, y que resulta una enriquecedora manera de pasar el rato.
rober
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7
26 de junio de 2013
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí, una de las sorpresas del año. La verdad es que esperaba poco de esta película. Había visto el tráiler y no me habían quedado ganas de verla. Sin embargo, “Insensibles” es una obra muy interesante. Juan Carlos Medina demuestra ser un enamorado del séptimo arte, que lo mismo se deja influenciar por “El padrino II” que por “El silencio de los corderos”, y que demuestra una clara intención de hacer un cine de sensaciones basado en un lenguaje muy particular.

El argumento es impactante y la forma de contarlo me ha atrapado desde el primer momento. A pesar de los continuos flashbacks, el espectador nunca se pierde. La puesta en escena es agobiante y enfermiza, y en ello se palpa un extraño paralelismo entre las escenas ambientadas en el momento actual y las que relatan hechos de los años 30. La fotografía y la iluminación son muy destacables, al servicio de una historia en la que todo está meticulosamente pensado para que el espectador sienta continuamente nudos en la garganta y en el estómago. Hay escenas de gran cine, pequeños detalles en los que Medina demuestra gran dominio del oficio: el accidente de tráfico, las tomas de Berkano-niño en las celdas, el agujero en la pared….

Es cierto que la atención del espectador puede perderse con los continuos excesos del guión. Se ha criticado a esta película por ser un film más de los ambientados en la Guerra Civil, en donde unos son “muy buenos muy buenos” y los otros “muy malos muy malos”. Yo no comparto del todo esa opinión. En realidad, la tendencia al exceso se muestra prácticamente en todo momento, hasta el punto de que algunos pasajes resulten poco verosímiles y puedan incluso desconcertar al espectador. Se supone que en el esplendor democrático y bienintencionado de la Segunda República (1931) se tomó la decisión de aislar a unos pobres niños cuya única culpa era padecer una extraña enfermedad incurable, poniéndolos al cuidado de un médico medio chiflado interpretado por Ramón Fontseré. Al parecer los padres no tenían nada que decir… Poco creíble, la verdad. Ante ello, el planteamiento maniqueo que se hace de la Guerra Civil no desentona. Para cuando estalla la guerra, los niños ya llevaban años dejados de la mano de Dios, sin nadie que se preocupase de ellos. También parece metida con calzador la historia de Berkano-adulto. Pero hay más. Me parece muy poco creíble la reacción de los Martel (Juan Diego y señora). Por mucho que vivan de espaldas a un pasado que quieren olvidar, lo cierto es que hay una persona, a la que consideran su hijo, que se está muriendo… Todo es desmesurada y gratuitamente trágico. Y ello por no hablar del final, que termina huyendo del terror para decantarse por el melodrama más convencional y palomitero…

Todo ello impide que “Insensibles” pueda considerarse una obra maestra, pero no por ello han de dejarse de ensalzar sus incuestionables méritos. Se trata de una película que gana mucho si se ve como un cuento para adultos, en el que la tensión se vive en un continuo in crescendo hasta el tercio final del metraje, gracias a la cuidada realización y a la inteligente combinación de ternura y terror como sentimientos compatibles y a la vez enfrentados. Los niños transmiten una contradictoria sensación de víctimas desprotegidas y crueles verdugos. Medina demuestra ser muy inteligente al sacar partido a esta extraña dolencia que, por sus propias características, resulta muy cinematográfica. En ese sentido, son muy destacables las interpretaciones de los actores más jóvenes, que incluso están mejor que muchos artistas “consagrados” que tienen más problemas para defender sus papeles.

Finalmente, me gustaría destacar la inteligente manera de rodar las escenas de puro terror. Juan Carlos Medina busca en todo momento transmitir angustia al espectador a través de las situaciones, sin concesiones ni artificios basados en el susto fácil. Es una muestra de respeto por el buen cine y por el espectador que es de agradecer.

En fin, que habrá que seguir la trayectoria de este director.
rober
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7
31 de mayo de 2013
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por mucho que se trate de una película sobre la RDA, formalmente tiene poco que ver con “La vida de los otros”, con la que todo el mundo la compara. Petzold nos traslada a un pueblo perdido, en donde parece que siempre hace frío y nunca sale el sol. Un pueblo dejado de la mano de Dios, aislado del mundo... Allí vivimos el drama de Bárbara, una disidente del régimen a la que se la ha castigado con un destierro en medio de la nada. Con el paso de los minutos el espectador se siente invadido por esa sensación de profundo vacío y de despiadada represión que toda la gente parece aceptar con sumisión temerosa. La película está ambientada en los años 80, cuando la población ya se había despertado del sueño de la revolución de las masas y cuando ya se había hecho evidente la verdadera naturaleza totalitaria de la Europa comunista.

Una de las virtudes de la película es la manera en que se nos va presentando el conflicto de los personajes en medio de esa asfixia. Nos enteramos de la historia de la protagonista a través de las breves pinceladas de un diálogo entre el inspector de policía y el director del hospital, mientras miran a Bárbara por la ventana. A partir de ahí veremos la triste vida de los personajes, y cómo poco a poco se va encendiendo una llama en la relación entre la protagonista y el director del hospital. En ese sentido, la interpretación de los actores y el pulso narrativo de Petzold son soberbios, el espectador puede ir notando cómo va fluyendo la química en esta relación entre los personajes.

Por el contrario, no me ha gustado tanto el tratamiento de las distintas subtramas. Si bien la película es sutil en algunos pasajes, como los que se refieren a la vecina de Bárbara o a la relación entre la familia del inspector de policía y el director del hospital, en otros casos se abunda en detalles que nada aportan, como las súbitas apariciones de la pareja de la protagonista, o la historia de la muchacha embarazada. La escena de la habitación del hotel, que tiene un extraño punto “Eyes wide shout”, sencillamente chirría. Quizá Petzold pretendía enfatizar la sensación de que la mayoría de la población intenta aparentar normalidad ante una situación escandalosamente inaceptable. Quizá me estoy haciendo unos devaneos mentales imposibles. En cualquier caso, aporta muy poco.

De todos modos, la película me ha gustado mucho desde el punto de vista de la descripción de ambientes y por la forma creíble de narrar la relación entre los protagonistas. Y me ha gustado el final. Más allá de las obvias referencias a otras películas, me ha parecido una manera verosímil de conjugar y poner cierre a las dos líneas argumentales en que se basa la película, la del conflicto político, por un lado, y la de la relación personal y sentimental, por otro.

En fin, en líneas generales, una buena película.
rober
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6
31 de enero de 2022
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay que engañarse, esta película no pasa ningún filtro de verosimilitud, ni en cuanto a la intriga (llena de juegos malabares), ni en cuanto a la forzadísima historia de amor entre los protagonistas. La ceguera de la pasión no conoce límites, por lo que parece... Pero si conseguimos obviar estos factores, "Charada" es una colorista comedia llena de situaciones divertidas y diálogos ocurrentes. He leído que es una película que podría haber firmado Hitchcock, pero a mí me recuerda más al Quinteto de la Muerte de Mackendrick, aunque con más pretensiones, más ínfulas, más paja, y alguna que otra escena de puro sonrojo. De todas formas, mi impresión es que Donen siempre da a cada escena un tono de parodia, más que de suspense. Incluso en ocasiones se permite ironizar y reírse de sí mismo. Vista así, "Charada" se convierte en una película que, lejos de ser imprescindible, sí es entretenida y disfrutable. De 6,5
rober
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